La presunta complicidad de gobiernos de la Unión Europea en las cárceles ilegales y vuelos clandestinos a cargo de Estados Unidos se ha convertido en el caballo de batalla de diputados del parlamento de ese bloque, empeñados en cuidar que no se vulneren los derechos humanos en la región.
Las responsabilidades de los gobiernos asumen diferentes grados, según el amplio informe elaborado por una comisión especial y que será votado entre el 12 y el 15 de febrero por el plenario del Parlamento Europeo.
Alemania, Gran Bretaña e Italia participaron en interrogatorios a supuestos terroristas detenidos antes de ser embarcados en uno de los 1.245 vuelos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos en los últimos cinco años con destino a su base en el enclave cubano de Guantánamo.
Suecia entregó prisioneros y Portugal permitió escalas de aviones sospechosos en el aeropuerto de Oporto, en el norte del país, y en el archipiélago de Azores, ubicado en pleno océano Atlántico y en la mitad de la ruta entre la costa de Europa y de América del Norte, En esas islas Estados Unidos cuenta con la base aérea de Lajes.
En su mayor parte, se trataba de vuelos militares estadounidenses autorizados por Portugal en base al acuerdo de Lajes, pero de la lista formaron parte aviones sauditas, kuwaitíes, franceses, británicos, y dos de Elektra, "una extraña compañía cuya bandera estamos intentando descubrir", dijo a IPS Ana Gomes, diputada socialista de Portugal en el Parlamento Europeo.
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Integrante de la Comisión Temporal del Parlamento Europeo, que finalizó un año de exhaustivas investigaciones sobre este asunto, Gomes apuntó las serias dificultades para realizar un trabajo cuyos resultados son sólo morales, pues las decisiones de este cuerpo legislativo no son vinculantes para los gobiernos del bloque, que se autodefine el mayor espacio democrático del mundo.
Pero los llamados simplemente "vuelos de la CIA" no fueron los únicos resultados obtenidos.
A pesar de la falta de colaboración de los respectivos gobiernos, testigos oculares confirmaron la existencia de presidios improvisados por la agencia estadounidense en Rumania y Polonia, lo cual llevó a sospechar de la base militar de ese país en Mannheim, Alemania, y también fuera de la UE, pues existe la certeza por parte de la comisión sobre cárceles ilegales en Libia.
Gomes recomienda la lectura de estas denuncias, contenidas en el extenso informe de la comisión, presidida por el diputado conservador portugués Carlos Coelho y que tuvo al socialista italiano Claudo Fava como relator, cuyas investigaciones concluyeron el jueves de la semana pasada.
El extenso y detallado informe de 220 párrafos, resultantes de 180 entrevistas, 300 horas de audición y ocho misiones fuera de la sede, será votado entre el 12 y el 15 de febrero por el plenario del parlamento conformado por representantes procedentes de los actuales 27 países miembro del bloque.
Guantánamo y las posibles cárceles ilegales en los tres países de la UE no son las únicas preocupaciones de la Comisión Temporal.
"Tenemos la convicción de que por lo menos una de las prisiones secretas se encuentra con toda certeza en Libia, hacia donde volaron y continúan volando muchos aviones civiles fletados por la CIA, muy especialmente desde Gran Bretaña y Portugal", precisó.
En Portugal, los antecedentes se remontan a julio de 2003, durante el gobierno del actual presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, "cuando el canciller Antonio Martins da Cruz fue a entregar una carta secreta a (el líder libio Muammar) Gadafi", a la cual la comisión tuvo acceso, subrayó Gomes.
El contenido de la misiva daba a entender de "que se trataba de hacer un favor a (George W.) Bush (presidente de Estados Unidos), a (Tony) Blair (primer ministro británico), y a (por ese entonces jefe del gobierno italiano, Silvio) Berlusconi".
La diputada recuerda que "a partir de noviembre de 2003 comienzan los vuelos de la CIA a Libia", en momentos en que Gadafi se empeñaba en borrar un pasado de malas relaciones con esos tres países.
"Tenemos noticias que, en Rumania, las prisiones eran en contenedores, y en Polonia en edificios degradados y que se encuentran abandonados. Existen testigos de cómo las personas son tratadas, con manos atadas y pies encadenados, unidos los unos a los otros en fila india, pero también existen serias sospechas sobre la base de Manheim", explicó.
"Se habla de los vuelos de la CIA, por su responsabilidad en éstos, pero la verdad es que en toda esta operación ilegal, la CIA es un accesorio: ésta es una operación del Departamento de Defensa, montada en 2002 por el entonces secretario (ministro de esa cartera, Donald) Rumsfeld", precisó la eurodiputada durante su extenso diálogo con IPS.
La falta de un apoyo sustantivo del gobierno luso del primer ministro socialista José Sócrates, para colaborar con las investigaciones, obligaron a Gomes a presentar "documentos con indicios relevantes" al Fiscal General de la República de Portugal, Antonio Pinto Monteiro, para iniciar un proceso judicial sobre las escalas de la CIA en Azores.
En caso de ordenar el inicio de una investigación, Pinto Monteiro deberá sobretodo aclarar si Lajes ha servido como un centro de detención ilegal estadounidense en los años posteriores al atentado del 11 de septiembre de 2001 a Nueva York y Washington,
La actitud hacia la colaboración con la Comisión Temporal, en Portugal no alcanzó al punto a que llegó Polonia "que inclusive se negó a recibirnos", pero Lisboa "hace como que ayuda a la investigación, pero en verdad la traba", denunció Gomes.
Recordó que a fines del año pasado recomendó "una investigación parlamentaria, como se hizo en Alemania, o judicial, como en España, donde por pedido de (José Luís) Rodríguez Zapatero (el jefe de gobierno), la fiscalía está investigando".
También comparó la negativa portuguesa con lo ocurrido en Italia, donde ya fue detenido el director del servicio de inteligencia y hay una investigación judicial por iniciativa de las familias de las victimas. Gomes deploró no haber recibido respuestas, sino evasivas, pese a que a fines de noviembre "envié al canciller Luiz Amado 17 páginas de preguntas, sobretodo respecto de los aviones civiles que pasaron por aeropuertos portugueses con rutas muy complicadas y otros casos sobre vuelos militares, insistiendo en esto lo estaba preguntando desde marzo de 2006".
"Cuando todavía todo el mundo tenía dudas respecto de la existencia de prisiones secretas en varios países, antes de que Bush lo admitiera, Guantánamo era ostensible y absolutamente ilegal", recordó la eurodiputada.
Al inicio de la investigación, en diciembre de 2005, Gomes recordó que el entonces canciller luso, Diogo Freitas do Amaral declaró ante el Parlamento Europeo que "25 por ciento de los 850 vuelos militares tenían que ver con las operaciones en Iraq y Afganistán, que por mes pasan por Portugal y que cuentan con una autorización genérica".
"Entonces yo pregunté lo obvio: ¿y el 75 por ciento restante para dónde van? Consulta que fue realizada al canciller Amado en marzo de 2006 y cuya respuesta fue recibida sólo en agosto, afirmando allí que no habían vuelos para Guantánamo".
Eso "no es verdad, porque tenemos los registros de Euro-control, que mostraban que esos vuelos existían", apuntó.
Aparte del "lamentable caso polaco", Gomes dijo que en Portugal fueron "recibidos en un ambiente horrible". "El presidente del Parlamento, Jaime Gama, no dio autorización para usar una sala, la reunión con Amado fue terriblemente tensa, atacándonos constantemente, lo que causó un gran malestar entre todos los eurodiputados que viajaron a Lisboa", detalló.
Amado, por su parte, en toda aparición pública aparece visiblemente irritado con Gomes por haberle pedido explicaciones por las autorizaciones de vuelos a Guantánamo, llegando al punto de acusarla de "desleal" con el PS y con el gobierno de su país desde su sillón de parlamentaria europea y recordándole que es "normal" autorizar vuelos de una base militar a otra.
La réplica de Gomes no se hizo esperar, al sostener que, si bien "es verdad que Guantánamo es una base militar, allí existe también una prisión ilegal donde, como es de conocimiento universal, se cometen serias violaciones a los derechos humanos".
El analista portugués Miguel de Sousa Tavares advirtió, a su vez, sobre "la complicidad europea con Guantánamo", que no es una prisión como cualquier otra "sino el Territorio Cero de los derechos humanos".
En Guantánamo, los presos "inauguraron una nueva condición penal, de la que no existían registros desde los más profundos tiempos de la barbarie", indicó Sousa Tavares.
Por eso, "la complicidad europea con Guantánamo no es una cuestión menor, que deba ser remitida al silencio en nombre de superiores intereses nacionales o europeos", acotó.
Sousa Tavares concluyó acusando al gobierno socialista de "caer encima de Ana Gomes como si ella fuese una vende-patria" y de esa manera "invertir los términos de la ecuación: en la postura correcta está no quien desea averiguar la verdad, sino quien pretende ocultarla".