Una elección parlamentaria parcial a realizarse este miércoles en Bajaur, un distrito del oeste de Pakistán, pondrá a prueba la política del gobierno de Pervez Musharraf en las zonas tribales fronterizas con Afganistán.
La zona tribal semiautónoma limítrofe con Afganistán, que incluye a Bajaur, alberga a miembros de las organizaciones extremistas islámicas Al Qaeda y Talibán y ha sido blanco de ataques de misiles que la oposición atribuye a fuerzas de Estados Unidos.
Afiches fijados por todo Bajaur exhortan a boicotear los comicios. "¡Oh, bravos miembros de las tribus de Bajaur! Participar en esta elección fraudulenta sería una gran injusticia para los mártires de la madrasa que fueron asesinados en el ataque con misil del 30 de octubre" de 2006, dice uno de ellos.
Aunque el origen del misil todavía está en discusión, la mayoría de los habitantes de la zona creen que fue lanzado por un helicóptero de Estados Unidos contra Ayman al-Zawahiri, dirigente de Al Qaeda, quien presuntamente se ocultaba en la madrasa (seminario islámico).
El misil no alcanzó a Zawahiri pero mató a 83 estudiantes, y el legislador del partido Jamaat-e-Islami que representa a Bajaur en la Asamblea Nacional, Haroon-ur-Rashid, renunció en protesta. El partido advirtió que boicoteará las elecciones, que ahora se disputan Syed Badshad, de la gobernante Liga Musulmana de Pakistán, y Malik Shahabuddin, del Partido Nacional Awami.
Los afiches también advierten a las mujeres que permanezcan en sus hogares el día de las elecciones, bajo pena de castigos. Esto implica que la mayoría de las 55.000 mujeres del distrito, de un total de 131.700 votantes registrados, no participarán en los comicios.
Los dos candidatos, Badshah y Shahabuddin, apoyan la proscripción de las mujeres. "Es contra las tradiciones tribales permitir que las mujeres voten", declaró Gul Afzal Khan, jefe de campaña de Shahabuddin.
Preocupado por esta situación, el ministro federal de Asuntos Políticos, Amir Muqam, declaró que el gobierno haría "todos los esfuerzos posibles para asegurar la participación femenina en la elección" y que "no se permitirá que nadie prohíba el voto de las mujeres".
Un funcionario de la Comisión Electoral de Pakistán anunció que se establecerían centros de votación separados para las mujeres, pese a las proscripción. En comicios anteriores, líderes tribales impidieron físicamente que las mujeres votaran.
Uno de los hechos más embarazosos relacionados con la elección parcial para el gobierno de Musharraf fue la exhortación el pasado sábado a cancelar los comicios por parte de Qazi Hussain Ahmad, presidente de Muttahida Majlis-e-Amal (MMA), una poderosa coalición de partidos islamistas que gobierna la Provincia de la Frontera Noroccidental.
"El gobierno puede enfrentar una grave situación de ilegalidad y desorden en la zona de Bajaur si sigue adelante con el plan de celebrar la elección parcial", previno Qazi en una conferencia de prensa.
Según Qazi, Estados Unidos y sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) interfieren abiertamente con la política interna de Pakistán, y el gobierno de Musharraf no tiene el valor de protestar contra los ataques con misiles "ni admite los crímenes cometidos por las fuerzas extranjeras".
En un debate parlamentario realizado en noviembre sobre el bombardeo de Bajaur, líderes opositores rechazaron la afirmación del gobierno de que el ataque fue perpetrado por el propio ejército pakistaní, y no por fuerzas de Estados Unidos o de la OTAN.
Según la versión oficial, el ejército pakistaní actuó basado en informes de inteligencia del ejército estadounidense de que la madrasa era utilizada para entrenar extremistas que actuaban en Afganistán.
La organización de defensa de los derechos humanos Amnistía Internacional calificó el ataque del pasado 30 de octubre como una "posible ejecución extrajudicial".
"No parece haberse hecho ningún intento de detener a las víctimas, descritas por el general de división Shaukat Sultan, portavoz del ejército, como 70 u 80 extremistas que estaban adiestrándose y aprendiendo tácticas terroristas en la madrasa", señaló Amnistía en un comunicado de prensa emitido el 1 de noviembre.
"Los habitantes de la zona dicen que las víctimas eran líderes religiosos y estudiantes de la escuela, muchos de ellos menores de 18 años. Los corresponsales afirman que entre los fallecidos había niños de tan solo seis años", agregó la organización.
También está en debate la autoría de lo que se considera un ataque suicida de represalia que mató a 42 reclutas del ejército el 8 de noviembre, en un centro militar de Dargai, en la Provincia de la Frontera Noroccidental.
Bajaur también había sido blanco de otro bombardeo de helicópteros el 12 de enero de 2006, sobre la aldea de Damadola, que provocó la muerte de 18 personas, en su mayoría mujeres y niños.
Ambos ataques provocaron una ola de protestas en distintas partes de Pakistán, organizadas por grupos de derechos humanos y por partidos religiosos que rechazan el apoyo de Musharraf a la "guerra contra el terrorismo".