IRAQ: Una cruzada non sancta

La intensa ofensiva militar dirigida contra mezquitas, clérigos y tradiciones islámicas lleva a muchos iraquíes a creer que la ocupación encabezada por Estados Unidos es, realmente, una guerra de carácter religioso.

Crédito: Departamento de Defensa de EEUU
Crédito: Departamento de Defensa de EEUU
Circulan fotografías de mezquitas y ediciones del Corán con cruces negras pintadas, así como de soldados arrojando basura dentro de los templos, y versiones sobre ataques a mezquitas y brutales tratos a clérigos.

Con este panorama, la pregunta que cunde es si la invasión y ocupación de su país no constituyen, en realidad, una guerra contra el Islam.

Muchos iraquíes recuerdan que el presidente estadounidense George W. Bush anunció "una cruzada" poco después de los atentados contra Nueva York y Washington el 11 de septiembre de 2001.

"Más de una vez se le fue la lengua a Bush usó expresiones como 'fascistas islámicos', que tocan las fibras de los musulmanes de todo el mundo", dijo a IPS en Bagdad el jeque Abdul Salam al-Kubayssi de la Asociación de Eruditos Musulmanes, de la comunidad sunita.
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"Nos gustaría que fuera un error, pero lo que sigue sucediendo nos hace pensar en sucesivas cruzadas", añadió. Las fuerzas de la ocupación alegan que atacan las mezquitas porque los insurgentes se introducen en ellas en busca de protección.

Una octavilla distribuida por soldados estadounidenses a fines de noviembre en Faluya indicaba que los "insurgentes" utilizaban las mezquitas para sus ataques contra las "Fuerzas Multinacionales", lo cual las obligaría a tomar "medidas necesarias contra ellas".

El comunicado se refería a los ataques diarios de francotiradores contra las fuerzas ocupantes en esta ciudad donde perecieron muchos solados estadounidenses.

Pero la población local no comparte esas afirmaciones.

"Los combatientes nunca utilizan las mezquitas para atacar a los estadounidenses porque saben cuáles serían las consecuencias, las reacciones del ejército" ocupante, dijo a IPS un miembro del consejo municipal de Faluya que pidió no ser identificado.

"Pero los soldados estadounidenses siempre atacan nuestras mezquitas y minaretes", añadió.

En la Operación Furia Fantasma de noviembre de 2004, resultaron dañadas o destruidas por completo una veintena de mezquitas de Faluya, ciudad es conocida por su cantidad de templos.

Muchos pertenecen a la minoritaria comunidad sunita. Los líderes de la Asociación de Eruditos Musulmanes ahora son el enemigo número uno de las fuerzas de la ocupación y del gobierno dominado por la mayoritaria comunidad chiita.

Debido a las continuas detenciones de figuras sunitas y a los ataques a las mezquitas en todas las zonas del país donde predomina esta rama del Islam, incluida su sede en las afueras de Bagdad, la Asociación se siente perseguida.

Las fuerzas ocupantes muestran su apoyo a los clérigos que integran la estructura política creada por la coalición que gobierna Iraq, entre ellos el actual primer ministro Nouri al- Maliki, del Partido Dawa, quien calificó al líder de la Asociación, Harith al-Dhari, de "terrorista" y asesino.

Pero otros sunitas más seculares también se sienten perseguidos por los ocupantes.

"Como la mayoría de los sunitas, no sigo a Al-Dhari ni a ningún otro líder religioso, como la mayoría de los ", dijo a IPS el profesor Malik al-Rawi del Instituto Nacional de Investigaciones Científicas de Bagdad.

"Pero cuando nos percatamos de que nuestros símbolos eran objetivo de los estadounidenses, debimos reunirnos en torno del hombre que no nos vendió a la ocupación", explicó Al-Rawi.

La cantidad de iraquíes que creen que los ocupantes están librando una "guerra religiosa" aumentó drásticamente tras los ataques contra Faluya en 2004, sostuvo.

"Aquellos operaciones y todo lo sucedido después en Samarra, Al-Qa'im, Haditha y ahora Siniya han llevado a que la gente piense en las cruzadas. Los estadounidenses nos odian por alguna razón y no encontramos otra que no sea la religión", añadió.

Pero no sólo los sunitas se quejan de la falta de respeto de las fuerzas ocupantes a sus mezquitas.

La ciudad de NaYaf, de mayoría chiita, fue arrasada por el ejército estadounidense en agosto de 2004. Muchos ataques se acercaron con peligro al santuario sagrado del Imán Alí, dañando sus paredes exteriores.

Otros ataques estadounidenses a mezquitas chiitas de Bagdad enfurecieron a la población que profesa esa rama del Islam en Iraq.

Algunos analistas iraquíes consideran que la percepción de que se está ante un conflicto religioso parece haberse esparcido a medida que la ocupación se fue prolongando.

"El mundo debe tomar consciencia de que el gobierno de Estados Unidos está llevando la situación hacia el agujero negro de un nuevo conflicto religioso al dar luz verde a sus soldados para que ataquen mezquitas y detengan clérigos a su antojo", dijo a IPS el politólogo Kassim Jabbar de la Universidad de Bagdad.

"Incluso personas muy educadas se preguntan por qué los líderes estadounidenses no han limitado los ataques a los símbolos religiosos de nuestro país", añadió.

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