IRÁN: Gobierno desafía a ONU

Mientras el mundo aguarda una respuesta de Irán a la resolución 1737 del Consejo de Seguridad de la ONU, funcionarios de gobierno reclaman revisar la adhesión al Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares si este país es «amenazado».

La resolución aprobada por unanimidad el 23 de diciembre impuso varias sanciones a este país de Asia central y le exigió que suspendiera "sin demora" todas las actividades de enriquecimiento y reprocesamiento de uranio.

Aunque la medida de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) dio a Irán un plazo de 60 días para actuar, el presidente Mahmoud Ahmadinejad prometió no ceder a la presión y exhortó a sus compatriotas a estar listos para una "victoria nuclear".

El director de la Agencia de Energía Atómica de Irán, Gholamreza Aghazadeh, afirmó que su país produjo 250 toneladas de gas de hexafluoruro de uranio y las acumuló en túneles en una central nuclear en la ciudad de Isfahan para alimentar las centrífugas, informó la estación radial oficial.

Según agencias de noticias iraníes, Aghazadeh también dijo que las autoridades todavía no consideraban el retiro del Tratado de No Proliferación.
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Cuatro días después de la resolución del foro mundial, el parlamento iraní respondió con la aprobación de una ley urgente que obliga al gobierno a "revisar sus relaciones con la Agencia Internacional de Energía Atómica" (AIEA) pero no hace mención del retiro del Tratado de No Proliferación.

Una comisión especial establecida por el Consejo de Seguridad Nacional de Irán estudia ahora las relaciones de este país con la AIEA, el organismo de control nuclear de la ONU. La comisión decidirá el cronograma de acceso de los inspectores de esa agencia a las instalaciones nucleares del país, anunció Aghazadeh a la prensa.

Se prevé que el director de la AIEA, Mohammad El Baradei, informe pronto al Consejo de Seguridad si su agencia cortará la ayuda a Irán, incluso la de elementos necesarios para la radioterapia contra el cáncer.

En una visita de dos días a China la semana pasada, el principal negociador nuclear iraní, Ali Larijani, entregó al presidente chino Hu Jintao una carta de su par Ahmadinejad en la que le decía que Irán todavía se regía por el Tratado de No Proliferación, pero que la situación podía cambiar si su país era amenazado.

Hu urgió a Irán a dar una "respuesta seria" a la resolución 1737 y los funcionarios chinos destacaron que las negociaciones son la mejor manera de resolver la crisis nuclear iraní, informó la agencia de noticias Aftab.

El mensaje entregado por Larijani fue interpretado por el diario radical iraní Keyhan como una amenaza abierta de retiro del Tratado.

Larijani detalló una serie de condiciones para que Irán siga siendo parte del acuerdo, "pero dado que casi ninguna de las condiciones mencionadas se han cumplido, se puede interpretar que su declaración es el preludio lógico de una medida racional, es decir, abandonar el Tratado de No Proliferación", escribió Mohammad Shariatmadari, editor del Keyhan.

"Hace dos años era tiempo de que nos retiráramos del Tratado. Si lo hubiéramos hecho, no estaríamos ahora en estas circunstancias", sostuvo Shariatmadari, y agregó que el Tratado de No Proliferación es obsoleto.

El Consejo Supremo de Seguridad Nacional prohibió toda crítica a la política nuclear del gobierno, por lo tanto no existe un debate público sobre el tema.

"La voz de la razón de la oposición, especialmente a la luz del considerable éxito de los reformistas en las últimas elecciones, se hace oír cada vez más a medida que la crisis se agudiza", comentó a IPS un observador de Teherán que solicitó mantener su nombre en reserva.

"Los iraníes aparecemos en los medios internacionales cantando ‘La energía nuclear es nuestro derecho incuestionable’. Pero surgen dudas sobre el ejercicio de ese derecho a un costo que puede ser muy alto para el país, como parece ser el caso ahora", agregó.

El Frente de Participación Islámica de Irán, uno de los principales partidos reformistas, exhortó esta semana al gobierno a abrir el tema a la discusión pública y permitir que la ciudadanía se informe de los costos y beneficios de la tecnología nuclear.

El partido rechaza la estrategia "injusta y hegemónica" de Estados Unidos y otras grandes potencias, pero a la vez critica las políticas nucleares del gobierno de Ahmadinejad y exige un retorno a las políticas del anterior gobierno reformista.

"Los iraníes tienen también otros derechos incuestionables que no pueden sacrificarse por un solo derecho incuestoinable", destacó el Frente en una declaración.

Un grupo de intelectuales conocidos como "Nacionalistas-Religiosos" expresó una preocupación similar.

"El respeto a la democracia y a los derechos humanos es una precondición para la reaalización de nuestro derecho de poseer energía nuclear", declararon los intelectuales, y agregaron que la nación también tiene derecho al bienestar, a un desarrollo equilibrado y a no estar en guerra.

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