La presencia de combatientes islamistas en los Balcanes constituye una preocupación para toda Europa. La justicia de Bosnia-Herzegovina comenzó a atender esos temores con una larga condena a tres jóvenes musulmanes.
La sentencia atribuye a los tres condenados la planificación de un atentado suicida contra objetivos europeos, con el fin de presionar a los gobiernos a retirar sus tropas de Afganistán e Iraq.
El juicio se procesó en medio de temores de que esta nación de cuatro millones de habitantes, la mitad de los cuales practica el Islam sunita, se convierta en un trampolín para actividades terroristas en suelo europeo.
También fue la primera ocasión en que se puso en práctica la nueva ley antiterrorista de este país de los Balcanes.
El tribunal condenó al sueco de origen bosnio Mirsad Bektasevic a 15 años y cuatro meses de prisión, al turco residente en Dinamarca Abdulkadir Cesur a 13 años y cuatro meses y al bosnio Bajro Ikanovic a ocho años de cárcel.
El fallo determina que estos hombres de entre 19 y 29 años intentaron "llevar adelante un atentado terrorista en territorio bosnio u otra nación europea", indicó el juez Mehmed Sator.
Los hombres fueron condenados por pretender "obligar a los gobiernos de Bosnia o de otros países a sacar sus fuerzas de Iraq y Afganistán", añadió el magistrado.
El tribunal reveló que el seudónimo de Bektasevic, de 19 años, era Maximus y que fue quien grabó un vídeo en que explicaba cómo usar los 20 kilogramos de explosivos, cinturones suicidas y otros materiales incautados por la policía al momento del arresto "contra aquellos que matan hermanos y musulmanes en Iraq y Afganistán".
"Los hermanos se están preparando para un ataque", decía en el vídeo presentado ante la justicia.
Iba a ser un atentado suicida, añadió el juez. Bektasevic hizo un testamento legando unos 71.000 dólares a "algunas organizaciones militantes, incluida una considerada rama de Al Qaeda", la red terrorista del saudita Osama bin Laden.
El nombre de Maximus figuró el año pasado en un informe de inteligencia croata y estadounidense, de 252 páginas, dedicado a analizar organizaciones islámicas en Bosnia-Herzegovina supuestamente peligrosas.
El documento señalaba que Maximus reclutaba a través de Internet a jóvenes musulmanes para que se unieran a la insurgencia en Iraq.
Bektasevic también visitó al líder de Al Qaeda en Iraq, Abu Musab al-Zarqawi, asesinado el año pasado, y dirigía uno de sus sitios en Internet.
Varios pasajes del informe publicado en la prensa bosnia sugieren que el reclutamiento puede haber comenzado hace unos cinco años, cuando terroristas de origen árabe quedaron inmovilizados por las duras condiciones de seguridad impuestas tras los atentados del 11 de septiembre contra Nueva York y Washington.
"Los terroristas consideran que es hora de que su trabajo en este territorio sea asumido por fuerzas locales. La gente que nació y vive aquí tiene una ventaja que facilitaría su labor. Por su aspecto físico, son menos obvios", señala el informe de inteligencia.
El ministro de Seguridad bosnio Barisa Colak reconoció la existencia del informe de inteligencia, pero declaró que las autoridades "no tienen pruebas concretas de que el reclutamiento se hubiera generalizado".
Pero "debemos ser extremadamente cuidadosos y serios y no dejar nada de lado", añadió.
Muchos combatientes musulmanes ingresaron a Bosnia-Herzegovina durante la guerra de los Balcanes, entre 1992 y 1995, tras la cual se desmembró la antigua Yugoslavia.
Por lo general ayudaron a los musulmanes laicos a luchar contra serbios y croatas, pero a cambio introdujeron nuevas costumbres y normas.
Además de colaborar en los combates, su objetivo era ayudar a que los bosnios musulmanes "volvieran al verdadero Islam", dijo en una entrevista uno de ellos, Ali Hammad.
La fuerte influencia de países musulmanes se volvió evidente los tiempos de guerra y de posguerra en Bosnia-Herzegovina, al tiempo que las naciones musulmanas de Medio Oriente brindaron asistencia y propagaron "la sabiduría del verdadero Islam", como dijo Hammad.
Varias organizaciones humanitarias iraníes y sauditas comenzaron a funcionar en ese país a partir de 1992, pero luego cerraron sus puertas por la presión de la comunidad internacional.
Pero la población local está preocupada por un nuevo barrio en Sarajevo que tiene una gran mezquita dedicada al rey Fahd de Arabia Saudita.
El templo fue construido por la familia real saudita en 2000 y se cree que alberga a la rigurosa secta sunita wahabita, con creciente influencia en Bosnia-Herzegovina.
El wahabismo es un movimiento sunita y reformista del siglo XVIII que se propone devolver al Islam su expresión más pura, sin influencias e innovaciones a las que considera corruptas y extranjeras.
Los fieles que concurren a esa mezquita evitan calificarse de wahabitas, pero sus pantalones cortos y sus barbas los distinguen de los creyentes más comunes, que están afeitados y pueden verse de vaqueros.
El tunecino Abu Hamza, líder de los wahabitas de Bosnia-Herzegovina y defensor de ex combatientes islámicos que se casaron con jóvenes bosnias y radicaron aquí tras la guerra, urge a los bosnios musulmanes a "volver al Islam genuino".
Una Comisión de Revisión de Ciudadanías estudia los casos de extranjeros que se casaron con bosnios musulmanes después de 1992, con la intención de revocar la ciudadanía a supuestos terroristas según agencias de inteligencia.
El responsable de la Comisión, Vjekoslav Vukovic, señaló que se habían revocado 300 ciudadanías e indicó que el órgano iba a pedir la ampliación de su mandato, que termina en febrero.
"Es necesario. Tenemos un montón de documentos para verificar y comparar. Hay algunos falsos y hay personas que figuraban en 'listas negras' internacionales o de la ONU como presuntos terroristas o por suponer un riesgo para la seguridad", declaró Vukovic.
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