AMBIENTE: ¿Es necesario un nuevo órgano mundial?

La creación de una nueva organización de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Onuma), propuesta por el presidente de Francia, Jacques Chirac, divide a los ambientalistas.

Unos consideran que sería útil para afrontar los desafíos del deterioro ambiental global pero otros la ven como una propuesta redundante y una maniobra política Chirac de cara a las elecciones generales francesas previstas para abril y mayo.

Chirac propuso crear la Onuma el 12 de diciembre en París, tras una reunión con el comité organizador de la Conferencia Internacional del Medio Ambiente, que el gobierno francés prepara para febrero.

Según Chirac, esa conferencia, en la que participarán representantes de unos 60 países, y de numerosas organizaciones internacionales y no gubernamentales, deberá presentar "un inventario de la situación del ambiente global y de su inquietante degradación, y presentar propuestas políticas prioritarias aceptables en el plano internacional".

La conferencia de París también debería, según Chirac, "afirmar claramente que un gran número de países desea disponer de una Onuma que disponga de los medios materiales para actuar y hacer respetar cierto número de reglas esenciales para el futuro de nuestra biosfera".

Entre los países participantes en la conferencia de febrero aparecen economías emergentes —como Sudáfrica, Brasil, China, e India— y que, según versiones no oficiales, se oponen a la creación de la Onuma.

Aunque Chirac propuso crear la Onuma ya en 2002, durante la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, hasta hoy permanecen en la penumbra las tareas precisas que tendría esta nueva entidad, y que no sean ya asumidas por instituciones multilaterales existentes.

Entre ellas, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), o los distintos secretariados responsables de la vigilancia y administración de normativas internacionales como el Protocolo de Kyoto o el Convenio sobre la Diversidad Biológica.

"Crear una nueva agencia internacional para la protección ambiental es superfluo. Existen propuestas coherentes de política ambiental, pero falta voluntad de los centros de poder para aplicarlas", dijo a Tierramérica Catherine Reymonet, de Amigos de la Tierra.

Junto con numerosos ambientalistas franceses, Reymonet escribió recientemente una carta pública a Chirac, reprochándole la discrepancia entre su discurso pro-ambiente y las políticas implementadas durante su mandato.

Entre otras cosas, Reymonet recordó a Chirac su intervención constante en favor de subvenciones europeas para la agricultura intensiva, así como la incapacidad de su gobierno de concebir y aplicar una política de transportes que reduzca el consumo de combustibles fósiles y, consecuentemente, la emisión de dióxido de carbono, y que de prioridad a sistemas colectivos, como el tren.

Para Michel Noblecourt, jefe de redacción del diario Midi Libre, que pertenece al grupo Le Monde, la propuesta de Chirac se inscribe en la campaña que concluirá en abril con la elección de un nuevo presidente y un nuevo parlamento.

"La protección ambiental se ha convertido en un tema esencial de la campaña electoral", escribió Noblecourt en el editorial del diario el 13 de diciembre, un día después de la reunión de Chirac con el comité organizador de la conferencia.

"Cada candidato sueña con (aparecer como) el perfecto defensor del ambiente… Cuidado con las promesas de campaña", advirtió el analista.

Pero aunque Chirac, quien fue electo presidente por primera vez en 1995 y renovó su mandato en 2002, podría presentarse a la elección presidencial de abril y mayo de 2007, sus chances de ganarla son mínimas, tanto por su edad —cumplió 76 años el 29 de noviembre— como por su baja popularidad.

Bajo la presidencia de Chirac, Francia ha penado para cumplir sus compromisos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en el marco del Protocolo de Kyoto, o de reducción de nitratos en las fuentes de agua, según las normas de la Unión Europea.

Algunos analistas estiman que las organizaciones ambientales internacionales existentes, entre ellas el Pnuma, trabajan bien, y solamente necesitan un apoyo decidido de las instancias políticas, especialmente en los países industrializados como Francia.

Pero algunos grupos de activistas discrepan. "La ONU no dispone de una agencia especializada en el tema; el Pnuma es solamente un órgano intermediario, sin medios financieros y capacidad normativa", dijo a Tierramérica Susan George, presidenta del Instituto Trasnacional, un grupo contra la globalización.

"El mundo necesita una institución internacional sólida, legítima y democrática, para impedir las guerras por las fuentes de energía, la privatización y la degradación ambiental alarmante", señaló.

Fuentes del Pnuma contactadas por Tierramérica en París declinaron opinar sobre la propuesta de Chirac.

Para George "más temprano que tarde, una organización mundial para el ambiente verá la luz del día".

"En el plano internacional, las competencias ambientales son muy dispersas y débiles, lo que hace que su sistema de gobierno actual sea incoherente, sin una visión global, fragmentado y opaco, sin autoridad y sin legitimidad. Administrado por todo el mundo, el ambiente, en realidad, no está protegido por nadie", concluyó la activista. * El autor es corresponsal de IPS. Este artículo fue publicado originalmente el 6 de enero por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica.

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