Las cotidianas manifestaciones a pequeña escala crecen en Venezuela y comienzan a colmar la paciencia del gobierno, que endurece su posición, advirtió la organización Provea al entregar su informe sobre la situación de los derechos humanos en el país.
Casi cada lunes algún acceso carretero a Caracas es bloqueado por chóferes que protestan por el asesinato de un compañero a manos del hampa el fin de semana, mientras que en la vecindad del Ministerio de Vivienda es común ver a mujeres agolparse día y noche en reclamo de un techo. Algunos desesperados incluso han clavado sus manos en árboles hasta obtener una casa.
En portones de empresas petroleras o de obras públicas se suman trabajadores desempleados reclamando un puesto, a menudo en grupos que protagonizan incidentes, en los que incluso ha habido muertos. Así en toda la provincia, las tradicionales protestas estudiantiles ya son menos que las de vecinos contra la inseguridad, por viviendas o ante el mal estado de las calles.
También indígenas y pescadores han protestado contra los riesgos para su hábitat de concesiones mineras o de hidrocarburos, a la par de que mineros reclaman que se les permita laborar y se rebelan contra los desalojos forzosos ejecutados por unidades militares.
La organización no gubernamental Provea registró 10.558 protestas callejeras en Venezuela en los primeros siete años de gobierno de Hugo Chávez.
[related_articles]
En ese lapso "fue muy bajo el porcentaje de manifestaciones reprimidas, pero esa situación ha cambiado en el último período", dijo a IPS Marino Alvarado, coordinador general del grupo.
En el período octubre 2005-septiembre 2006, "de 1.280 manifestaciones de carácter pacífico, 58 fueron reprimidas, impedidas u obstaculizadas por organismos de seguridad del Estado", según Provea. Un estudiante murió por heridas de bala, pese a que el gobierno prohibió que las fuerzas porten armas de fuego en la represión de manifestaciones, y hubo 113 lesionados.
La Guardia Nacional (fuerza militar con funciones de policía) fue el organismo que bloqueó el mayor número de manifestaciones. El sector más reprimido fue el de los vecinos, seguidos de los trabajadores, y la modalidad de protesta más enfrentada fue la concentración: se reprimió una de cada 18 frente a una de cada 218 el año precedente.
"No puede hablarse de una escalada pero, considerando que este ha sido un año electoral, puede decirse que el gobierno, caracterizado por su tolerancia frente a la protesta, comienza a perder la paciencia", sostuvo Alvarado.
El activista llamó la atención sobre el hecho de que, visiblemente, a juzgar por sus pancartas, consignas y declaraciones, la mayoría de quienes llevan adelante protestas o demostraciones por reivindicaciones son propios seguidores del presidente Chávez.
La disolución de una protesta frente al presidencial Palacio de Miraflores hace dos meses llevó a la popular dirigente de chavistas radicales en Caracas, Lina Ron, a llamarle la atención al gobernante. "Le recuerdo, señor presidente, que usted se comprometió a no reprimir al pueblo y aspiramos que esta línea no cambie", declaró. "Es que el pueblo se moviliza por reivindicaciones que no han sido atendidas por la estructura burocrática que copa el gobierno, y a la base llega apenas un porcentaje pequeño de las directrices que traza Chávez", observó ante IPS Carlos Betancourt, comandante guerrillero de izquierda en los años 60 y 70.
Alvarado destacó que, no sólo hay represión con la fuerza pública, sino que al menos 60 personas están siendo procesadas penalmente por dirigir o instigar las protestas, varias de ellas están detenidas y al menos una, la activista de grupos sin vivienda Jasmín Manuitt, purga una condena de cuatro años de prisión por instigar ocupaciones de inmuebles.
En su opinión, "eso ha dado lugar a una figura que no es la del preso político que conocimos en el pasado, pero tampoco son detenidos o procesados por delitos comunes, sino por promover las protestas sociales".
El defensor del Pueblo, Germán Mundaraín, restó importancia al informe de Provea pues "es producto de una percepción, sus datos no son de fuentes directas y sus conclusiones van a contracorriente de la mayoría de los ciudadanos venezolanos, 63 por ciento de los cuales sufragó para que Chávez gobierne otro sexenio".
Chávez fue reelecto el 3 de este mes para ocupar otros seis años la presidencia de Venezuela con más de 61 por ciento de los votos.
El balance general de los derechos humanos durante los casi ocho años de gobierno de Chávez "es de luces y sombras", según Provea, pues, "aunque se produjeron avances, principalmente en el campo de los derechos sociales, preocupan las enormes carencias institucionales para prevenir las violaciones de los derechos humanos".
Por ejemplo, la organización alabó el freno a la privatización de servicios de educación, salud y seguridad social impulsada en la década anterior, y las reformas legales en materia agraria —formalmente se han distribuido tres millones de hectáreas a decenas de miles de familias campesinas— de vivienda y de seguridad social.
También elogió la mejoría en los índices de escolaridad y el programa de salud Barrio Adentro, de atención básica en sectores pobres con la actuación especialmente de médicos cubanos, y que reivindica una cobertura de 17 de los 27 millones de venezolanos, mientras que el estatal sistema de salud tradicional apenas cubre 3,5 millones de personas.
"Pero en el campo de los derechos civiles y políticos, el panorama es menos alentador", pues por ejemplo en 1999, primer año de gobierno de Chávez, se registraron 101 violaciones al derecho a la vida y 1.245 hasta 2005, lo que arroja una media anual de 177", detalló. También aseguró que en las cárceles se registra una muerte por día.
Provea entiende que "pensar en forma distinta al pensamiento oficial o ser crítico de la gestión de gobierno se convirtió en una causa de despido laboral, un motivo para negar una determinada gestión pública o una razón para ser descalificado".
Todavía está fresca la divulgación de un vídeo, aplaudido por Chávez, en el que su ministro de Energía y presidente de la estatal Petróleos de Venezuela, Rafael Ramírez, advierte a gerentes y cuadros a su mando que esa firma "es roja, rojita" (color distintivo del chavismo). "No nos temblará el pulso" para despedir a quien contraríe esa línea estratégica, se escucha decir además. ***** + La oposición emerge (https://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=39540) + Chávez gana y proclama el socialismo (https://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=39532) + Provea (http://www.derechos.org.ve)
(FIN/IPS/hm/dm/hd ip/ve sl la/06)