Figuras políticas de Occidente y del mundo musulmán, junto al saliente secretario general de la ONU, Kofi Annan, hicieron un nuevo y urgente llamado a un diálogo entre culturas y dieron su bendición a un plan de acción para crear la Alianza de Civilizaciones.
"No es suficiente publicar un informe agudo y aplaudir las grandes ideas, a menos que hagamos algo con todo eso", señaló Annan el lunes, durante las discusiones informales en la Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) sobre esa iniciativa, destinada a combatir las raíces del terrorismo y de los conflictos bélicos.
El informe y plan de acción sobre la Alianza de Civilizaciones, presentado originalmente en Turquía el mes pasado, concluye que la creciente división entre Occidente, en su mayoría cristiano, y las sociedades islámicas no es religiosa ni cultural, sino esencialmente política.
Preparado por un grupo de alto nivel de 20 líderes políticos, académicos, de la sociedad civil, de las finanzas internacionales y de medios de prensa de todo el planeta, el plan propone esfuerzos globales más intensos para fomentar la tolerancia y acabar con los estereotipos que han exacerbado las tensiones entre las sociedades.
"En este periodo de crecientes tensiones, ninguno de nosotros debería simplemente hacer llamados laterales a la coexistencia pacífica y luego seguir con nuestra vida como siempre. Debemos hacer un esfuerzo activo para aprender de cada uno a entender la fuente de nuestras diferencias", señaló Annan.
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Como el secretario general, los patrocinadores de la iniciativa, España y Turquía, renovaron sus llamados a respaldar la Alianza de Civilizaciones
"Ha llegado el momento de actuar y asumir la responsabilidad. Nuestras acciones en la fase de implementación serán evidencia concreta de nuestra voluntad sobre este tema", dijo el primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan.
Rechazando la idea de un "choque de civilizaciones", Erdogan dijo que "las crecientes disparidades e injusticias, así como los temores y sospechas exageradas, alimentan el odio mutuo, los prejuicios y la intolerancia que prevalecen en todo el mundo".
El primer ministro turco señaló que ningún ideal de paz puede realizarse a pleno sin antes llegar a los corazones de las personas, y añadió que la verdadera confrontación es entre "los voluntarios del amor y los soldados del odio".
Citando a Rumi, poeta y filósofo musulmán del siglo XIII, afirmó: "El centro de toda fe pura es el amor. La paz debe primero echar raíces en los corazones de los seres humanos".
Por su parte, el jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, sostuvo que el informe era "una herramienta de esperanza" y, rechazando el concepto de choque de civilizaciones, afirmó que el mundo necesita buscar terrenos comunes para un entendimiento.
"Estamos aquí para el bautismo formal del proyecto. Ahora estamos cumpliendo una nueva fase, con el objetivo de fortalecer alianzas, sumando esfuerzos que pueden traducirse en acciones concretas para contribuir a la paz e impulsar el diálogo entre civilizaciones", dijo Zapatero.
El informe reconoce que las desavenencias entre las sociedades occidentales y musulmanas se agravaron por las intervenciones militares en Afganistán e Iraq, así como por la falta de avances en la resolución de la crisis árabe-israelí.
"Podemos pensar que el árabe-israelí es un conflicto regional más entre muchos, pero no lo es. Ningún otro conflicto tiene una carga simbólica y emocional tan poderosa entre pueblos muy lejos del campo de batalla", dijo Annan.
El trabajo establece una serie de propuestas concretas en materia de educación, medios de comunicación, juventud, migraciones, incluyendo hasta coproducciones televisivas y cinematográficas que superen fronteras religiosas y culturales, destinadas a mostrar a la diversidad como una característica de las sociedades humanas.
En nombre de la Unión Europea (UE), el enviado de Finlandia, Kristi Lintonen, señaló que las naciones del bloque recibían el proyecto como "una importante contribución a una plataforma común de unidad a nivel local, nacional y regional".
Lintonen dijo que la comunidad internacional debe desarrollar un "impulso público que rechace el extremismo", con compromisos y una "política muy activa" para incrementar el entendimiento mutuo.
El enviado finlandés aseguró que la Alianza de Civilizaciones podría recibir contribuciones constructivas de parte de la UE, que ya lleva adelante varias acciones tendientes al diálogo entre culturas. El bloque eligió a 2008 como el Año Europeo del Diálogo.
Europa cuenta con ejemplos de iniciativas similares, como el Proceso de Helsinki sobre Gestión de la Globalización, liderado por Finlandia y Tanzania desde 2003, y la iniciativa danesa Coexistencia de Civilizaciones.
Para Lintonen, estas iniciativas reflejan "la alta prioridad que le damos a integrar los pueblos de todas las religiones y sociedades, así como preservar los valores universales esenciales, como la tolerancia, loa diversidad y el diálogo pacífico".