El presidente de la región autónoma kurda en Iraq, Massoud Barzani, rechazó en términos muy duros y en su totalidad el último informe de un grupo de expertos designados por el Congreso legislativo de Estados Unidos, y amenazó con optar por la secesión si Washington seguía sus consejos.
Barzani condenó las conclusiones del informe del Grupo de Estudios sobre Iraq (ISG), de 10 miembros y copresidido por el ex jefe de la diplomacia James Baker y el ex diputado del opositor Partido Demócrata Lee Hamilton.
En especial, repudió las recomendaciones referidas al federalismo, a la Constitución y a la norteña ciudad de Kirkuk, centro de una riquísima zona petrolera que los kurdos aspiran a integrar dentro de su autonomía.
"El grupo Baker-Hamilton ha hecho recomendaciones irrealistas e inapropiadas bajo el pretexto de que van a sacar a Estados Unidos de la actual crisis en Iraq", señaló en una declaración divulgada este viernes.
"Si bajo este pretexto quieren imponernos sus recomendaciones inapropiadas, entonces, en nombre del pueblo del Kurdistán anunciamos que este informe está en contra de la Constitución y de los intereses de Iraq y del Kuridstán, y que no lo aceptaremos", añadió.
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Barzani llamó a una "real reconciliación nacional que se origine en los propios iraquíes" y no a través del informe del ISG.
La declaración del líder kurdo fue divulgada dos días después de hecho público el informe Baker-Hamilton, de 96 páginas.
Los kurdos, de religión musulmana, son una nación sin tierra propia. Cerca de 12 millones viven en el sudeste de Turquía, cinco millones en Iraq, un millón en Irán y menos de un millón en Siria. También hay pequeñas comunidades kurdas en Kirguistán, Azerbaiyán y Rusia. En Iraq, constituyen 20 por ciento de la población, de casi 25 millones.
La mayoría de los musulmanes iraquíes son chiitas (62 por ciento) y habitan el sur, mientras en el centro predominan los sunitas (35 por ciento), el grupo islámico dominante en el depuesto régimen de Saddam Hussein (1979-2003).
Desde la primera guerra del Golfo, en 1991, el norte del país es controlado por las milicias del Partido Democrático del Kurdistán, liderado por Masoud Barzani, y de la Unión Patriótica del Kurdistán, del presidente Jalal Talabani.
"El informe fue influenciado por países árabes, especialmente Arabia Saudita, y no creo que tenga ninguna posibilidad de éxito", dijo a IPS el parlamentario kurdo Saadi Barzinji, en entrevista telefónica desde Bagdad. El legislador criticó al informe por ser "unilateral y parcial".
"Desde una perspectiva kurda e iraquí, el informe no es preciso y no ha tomado muchos factores objetivos en consideración", añadió.
El estudio también dividió a los políticos en Washington.
El presidente estadounidense George W. Bush, tras reunirse este viernes con el primer ministro británico Tony Blair, dijo que su gobierno no seguirá todas las recomendaciones incluidas en el informe, y por tanto no tenía pensado dialogar con Siria y con Irán para buscar una solución a la crisis iraquí.
Pero Baker dijo al Senado estadounidense el jueves que el trabajo debía ser considerado como un todo y no "una ensalada de frutas", en la que uno elige lo que la plazca.
Mientras, las amenazas kurdas podrían suponer un serio desafío a la intención de Estados Unidos de preparar el terreno para un gradual repliegue de sus tropas, como sugiere el informe, para fines del primer trimestre de 2008.
Los kurdos señalaron que varias de las recomendaciones del ISG van "en colisión" con sus intereses. Entre otras cosas, el estudio aconseja celebrar un referendo sobre el destino de Kirkuk
"Mientras se postergue el tema de Kirkuk, Iraq no tendrá estabilidad", alertó Barzinji.
La Constitución iraquí estableció una hoja de ruta de tres pasos para "normalizar la situación en Kirkuk" y celebrar un referendo a fines de 2007.
El informe insta a la Casa Blanca a no apoyar el traspaso de competencias a las regiones autónomas iraquíes, pero expertos en el Kurdistán temen que eso restaure épocas pasadas de fuertes regímenes centrales.
"Un fuerte gobierno central en Iraq, como recomienda el informe, está en contra de la estructura federal que constituye una de las principales demandas kurdas", dijo Azad Aslan, historiador de la Universidad Salahaddin, de Arbil.
"De hecho, este informe no hace otra cosa que reconocer la derrota de Estados Unidos en Iraq", añadió.
Los kurdos también temen verse limitados en su poder de influenciar los destinos del país si Washington sigue la recomendación de darle más participación a Irán, a Siria y a Turquía "para contener la guerra sectaria".