Los temores de un golpe de Estado en Fiji se intensificaron este lunes luego de que el ejército hizo una redada en una armería de la policía e instaló puestos de vigilancia en la capital.
Soldados fuertemente armados primero tomaron control del cuartel general de una unidad policial de elite. Más tarde, ingresaron a la armería del Cuartel Policial de Nasova, cerca de Suva, y se llevaron armas de fuego.
Por la noche se informó que soldados estaban instalando puestos de control en varias carreteras.
Ante la prensa, el comandante de las Fuerzas Militares de Fiji, Frank Bainimarama, informó que la policía estaba siendo desarmada para asegurar que no disparara contra el ejército. "Las fuerzas van a garantizar la seguridad de todo el pueblo de Fiji", dijo en una declaración sin responder las preguntas de los periodistas.
Las redadas y los puestos de control son señales claras de que los militares avanzan en su plan de derrocar al gobierno electo del primer ministro Laisenia Qarase e instalar una administración interina bajo la ley marcial.
El comisario interino de policía, Moses Driver, afirmó que las redadas eran ilegales, y que la policía presentaría cargos contra los soldados.
"Fiji no está bajo ninguna ley marcial, ni el Poder Ejecutivo está incapacitado ni el sistema judicial está en desorden. Por tanto, el acto de confiscar armas de la policía es inaceptable, injustificado e ilegal. Estos actos ilícitos deben detenerse", sostuvo.
Mientras, Qarase, quien participaba de una reunión en la provincia de Naitasiri cuando se realizaron las redadas, se vio obligado a regresar a Suva en helicóptero, debido a que los militares establecieron un puesto de control en la carretera de Saweni.
Fiji, archipiélago de Oceanía con 900.000 habitantes, está en vilo desde el viernes, cuando venció el plazo dado por Bainimarama al gobierno para que renunciara.
El ultimátum fue dado tras el fracaso de las conversaciones entre Bainimarama y Qarase la semana pasada en Auckland. Los contactos eran auspiciados por la primera ministra de Nueva Zelanda, Helen Clarke, y su canciller, Winston Peters.
A pesar de las acciones del ejército, el distrito de negocios en la capital de Fiji estuvo abierto este lunes toda la jornada. Pero algunos minoristas dijeron haber tenido escasas ventas pese a tratarse de una buena temporada.
"Nuestras ganancias hoy fueron la mitad de lo normal", dijo Nawin Nirmal, cajero de una estación expendedora de combustible en el centro de Suva.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Minoristas de Suva, Himmat Lodhia, llamó a poner fin a la incertidumbre política, que está causando muchas pérdidas a los comerciantes.
Lodhia señaló que los negocios fueron especialmente afectados el viernes, cuando la ciudad se vio en pánico debido al ultimátum de Bainimarama.
El líder militar se enfrenta desde hace meses al gobierno, al que acusa de corrupción y de proteger a los perpetradores de un golpe de Estado en 2000.
Bainimarama además exigió al gobierno que deseche tres polémicos proyectos de ley, despida al comisario de policía y desarticule la unidad policial de elite de respuesta táctica.
El militar se opone también a una legislación sobre derechos de tierras que da prioridad a los indígenas fijianos sobre los habitantes de origen indio, que constituyen la mitad de la población.
El domingo, Bainimarama dijo en un programa televisivo que interpretó la negativa del gobierno a responder a sus demandas como una luz verde para que los militares lleven adelante su campaña de "limpieza" del Ejecutivo.
El líder militar anunció que prevé crear una administración civil interina y convocar a nuevas elecciones democráticas.
El gabinete de Qarase abandonó sus oficinas antes de que venciera el ultimátum de Bainimarama, pero el primer ministro salió públicamente al día siguiente a subrayar que su gobierno todavía tenía el control del país.
Este lunes reiteró que no renunciaría, aseguró que contaba con el apoyo del pueblo y advirtió a Bainimarama que estaba violando la ley.
The Fiji Times, el diario más importante del país, criticó al líder militar en su editorial de este lunes. El periódico afirmó que la mayoría de la población no lo apoya ni a él ni a sus planes, a los que calificó de "ilegales".
"La nación está tambaleando al filo de la incertidumbre. El pueblo, al menos la mayoría, está sufriendo, ya que cientos de personas perdieron su empleo y miles más cuelgan de un hilo", sostuvo en su editorial.
Australia y Nueva Zelanda amenazaron con suspender toda ayuda económica y todo vínculo militar con Fiji si Bainimarama tomaba el poder. Canberra envió barcos de guerra para realizar una rápida evacuación de los ciudadanos australianos en el archipiélago si los militares dan el golpe.
Por su parte, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Kofi Annan, alertó que se prohibirá la participación de Fiji en futuras misiones de paz del foro mundial.