La veintena de organizaciones políticas que respaldan al presidente Hugo Chávez entraron en un proceso de disolución para constituir el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), atendiendo una orden del mandatario.
Durante la campaña electoral que culminó con su reelección el 3 de diciembre, Chávez había advertido que tras el triunfo impulsaría un "partido único de la revolución", como llama al proceso político que lidera y que ahora "entra en una nueva fase, de construcción del socialismo del siglo XXI", concepto difuso que maneja en sus discursos.
Además, promoverá una reforma de la Constitución que él mismo impulsó en 1999, para ajustarla a las propuestas que maneja —por ejemplo, declarar la economía venezolana como un sistema mixto de propiedad privada, estatal y solidaria o social— y permitir su reelección indefinida como presidente. El Movimiento Quinta República (MVR), organización creada por Chávez en 1997 a fin de competir en la primera elección presidencial que ganó, en 1998, "desapareció, pasó a la historia y cederá espacio al partido socialista unitario", proclamó en un acto con sus seguidores el pasado fin de semana.
El lunes 18, los dirigentes del MVR iniciaron los trámites para su disolución legal, a fin de traspasar bienes muebles e inmuebles al nuevo PSUV, cuando se constituya.
"Aquellos partidos que estén establecidos y que no quieran ir al partido único, los dejo en libertad de seguir su camino. Claro, tendrían que salirse del gobierno", advirtió Chávez, con lo que rápidamente se poblaron de caras largas las direcciones de grupos cuyos dirigentes querían debatir las opciones de formar un partido único o un "frente" de todos ellos.
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En Venezuela no hay ningún dirigente político connotado del sector oficialista que no ocupe algún cargo a sueldo en la estructura del Estado.
El día 3, Chávez fue reelegido con unos 7,3 millones de votos, frente a 4,3 millones del opositor Manuel Rosales. Dentro del oficialismo, unos 4,8 millones de electores sufragaron con la tarjeta del MVR, mientras que los grupos Podemos y Patria Para Todos (PPT), que tienen algunas gobernaciones regionales, obtuvieron 750.000 y 591.000, respectivamente, el Partido Comunista (PCV) 350.000, y el resto se lo repartieron grupos menores.
"No se cuenten mentiras, esos votos no son de esos partidos, son de Chávez, son del pueblo", afirmó el mandatario. "El partido nuevo no puede ser una sopa de letras, una suma de las mismas caras de siempre. Los nuevos líderes serán elegidos por la base; ya basta del dedo, que casi siempre es el mío", agregó.
El nuevo partido conservará las unidades de trabajo utilizadas durante la campaña electoral de este año, "batallones", "pelotones" y "escuadras", como las bautizó con su habitual lenguaje castrense Chávez, teniente coronel retirado.
"Un partido único de la revolución, si nos atenemos a la experiencia histórica, es el primer paso para desconocer el pluralismo político y la diversidad de la opinión política y cultural del país", advirtió el opositor Teodoro Petkoff, líder entre 1968 y 1971 de los comunistas que rompieron con la ortodoxia tras la invasión soviética a Checoslovaquia.
Según Petkoff, "el partido único pasa por una purga de revolucionarios, porque no todos caben, sólo estarán los que decida Chávez. Logrado ese objetivo, el siguiente paso es declarar que ese 'partido único' es expresión de los intereses de la nación y por tanto los demás, de oposición, no representan a la nación y deben ser proscritos".
Esa posibilidad fue descartada por los dirigentes del oficialismo. "La oposición tendrá sus partidos, lo que hacemos es unirnos los revolucionarios en uno socialista ", comentó el ministro de Información y portavoz del MVR, Willian Lara.
El sociólogo y ex ministro de Ciencia y Tecnología, Ignacio Ávalos, comentó a IPS que "en Venezuela deben resucitarse verdaderos partidos, en el gobierno y en la oposición, en el papel de mediadores entre la sociedad y el poder, no como el MVR que era una agencia electoral del oficialismo".
Sin embargo, "un partido unificado como un traje a la medida de Chávez no creo que sea bueno para él, para su gobierno ni para el país; lleva a una todavía mayor concentración de poder en el jefe del Ejecutivo", agregó Ávalos.
En conversaciones informales con los periodistas, dirigentes de partidos minoritarios dentro de la coalición oficialista expresan su desencanto por la ausencia de debate antes de la conformación del PSUV, cuya fecha de nacimiento podría ser el 4 de febrero de 2007, aniversario del fallido golpe de Estado militar que dirigió Chávez en 1992.
Algunos evocaron el caso cubano, cuyo Partido Comunista surgió sólo al cabo de años de integración de las organizaciones que respaldaban el proceso de cambios, primero en las Organizaciones Revolucionarias Integradas y luego en el Partido Unificado de la Revolución Socialista Cubana.
También hay aprensión por la conformación de la nueva pirámide de dirección. El mandatario advirtió a los dirigentes que "no hay tiempo que perder", por lo que pidió a sus aliados decidirse raudamente, y advirtió "quien no renuncie a buscar tranquilidad o fortuna no puede estar en la dirigencia".
"Es lo que hemos buscado los revolucionarios, unirnos y crecer", dijo el dirigente comunista Roberto Hernández, vicepresidente de la Asamblea Nacional (parlamento). "Y más ahora que estamos de acuerdo en el liderazgo de Chávez, en las transformaciones que ha emprendido y en su enfrentamiento con el imperialismo", agregó.
Fundado en 1931, el PCV es el decano de los partidos venezolanos y este martes divulgó una declaración de su Buró Político llamando a un congreso de la organización, seguramente a comienzos de 2007, para decidir sobre la "unidad orgánica del movimiento revolucionario venezolano", es decir, su integración al naciente PSUV.
"No vamos a pelear por cuestiones estériles. Lo fundamental es que se construya el proyecto socialista, y el legado histórico del PCV pasará al nuevo partido", dijo su secretario general, Oscar Figuera.
José Pinto, del pequeño Movimiento Tupamaro, implantado en barriadas populares del oeste caraqueño, dijo que decidirán su inclusión en enero, pero entretanto "nos alegra la desaparición del MVR y la incorporación de los líderes naturales al PSUV. Lo recomendable ahora es establecer mesas de discusión ideológica y política".
El politólogo Alberto Garrido recordó a IPS que desde 2004 Chávez "ha mostrado como enemigos de su proceso revolucionario a la ineficiencia, el burocratismo y la corrupción. Al disolver el MVR apunta a los tres blancos y golpea la doble estructura de los burócratas del partido, tanto en la esfera política como en la gerencia del Estado".
En su opinión "el lanzamiento del partido único no vendrá solo. Unos grupos aceptarán su extinción, pero es posible que se dividan otras organizaciones que hoy apoyan a Chávez y hagan nacer la oposición dentro del proceso, distinta de la otra, electoral y abstencionista" y que ha pugnado, sin éxito, por desalojar a Chávez del poder.