Cuba aprovechará el Día de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), este sábado, para exhibir parte de su arsenal militar, que debió adecuar a las nuevas circunstancias tras la desintegración de la Unión Soviética, su otrora principal abastecedor en esa materia.
En el desfile previsto, en el día en que también se realizará el postergado festejo de cumpleaños del presidente Fidel Castro, se podrán observar vehículos anfibios, infantería motorizada, piezas de artillería, helicópteros y aviones, junto a tropas especiales, guardiamarinas, milicianos y otros cuerpos del ejército, a juzgar por los preparativos verificados con varias semanas de antelación.
"Raúl (Castro, ministro de las FAR,) es detallista, le gusta que todo salga perfecto", comentó a IPS un hombre ya mayor y vestido de miliciano que observaba el lunes pasado el ensayo general de la revista militar en la Plaza de la Revolución, escenario de multitudinarias manifestaciones convocadas por el gobierno.
Vecinos de la avenida Paseo, que desemboca en esa explanada capitalina, dijeron recordar que en la última década sólo vieron tanto ajetreo por esos predios cuando el papa Juan Pablo II visitó Cuba, en enero de 1998.
Este papa, fallecido el año pasado, ofició una misa ante una multitud que, encabezada por el propio Fidel Castro, repletó la Plaza por sus cuatro costados.
Convaleciente aún de una delicada operación intestinal, la presencia del mandatario cubano en el desfile es una incógnita aún hasta este viernes.
El líder de la Revolución Cubana postergó para este sábado los festejos previstos para el 13 de agosto, día de su cumpleaños número 80.
La celebración incluyó un coloquio internacional sobre el gobernante, al que éste no pudo asistir por consejo de sus médicos, que fue convocado el miércoles y el jueves en La Habana por la Fundación Guayasamín, creada en 1977 para promover la obra del artista plástico ecuatoriano Oswaldo Guayasamín.
Informes oficiales indican que este sábado desfilarán también 300.000 residentes de los municipios capitalinos más cercanos a la Plaza, como expresión de la unidad entre el gobernante "Partido Comunista de Cuba, las FAR y el pueblo".
Este país caribeño de sistema socialista basa sus concepciones de defensa en lo que llama "guerra de todo el pueblo", que descansa como fuerza decisiva en las tropas terrestres y toma experiencias de lucha guerrillera y convencional tanto propias como de otros países.
Esa doctrina concede especial importancia al protagonismo de la población civil en la resistencia ante una eventual agresión externa. Se calcula que un millón de hombres y mujeres, pertenecen a las llamadas Milicias de Tropas Territoriales y reciben entrenamiento militar de manera periódica.
Por otra parte, unos tres millones y medio de trabajadores están organizados en las Brigadas de Producción y Defensa, para ocuparse, en caso de guerra, de la defensa de pequeñas zonas, producir alimentos y garantizar los servicios.
"La guerra de todo el pueblo está lejos de ser una simple concepción teórica, es una realidad presente cotidianamente en cada tarea dirigida a fortalecer la defensa del país", señaló en junio pasado, Raúl Castro, también primer vicepresidente, pero que ocupa la presidencia interina del país desde julio debido a la enfermedad de su hermano.
Las FAR nacieron de las fuerzas insurgentes que comandó Fidel Castro en la Sierra Maestra contra el ejército regular del entonces dictador Fulgencio Batista, tras desembarcar el 2 de diciembre de 1956 en las costas cubanas a bordo del yate Granma. Batista fue derrotado por las fuerzas revolucionarias y huyó del país el 1 de enero de 1959.
A las tradiciones guerrilleras se unieron en años posteriores las experiencias de lucha en África, fundamentalmente.
Se calcula que más de 300.000 "combatientes internacionalistas" participaron en la guerra por la independencia de Angola de Portugal en 1975, conteniendo la invasión militar sudafricana, y luego sostuvieron el gobierno del Movimiento Popular de Liberación de Angola enfrentado a una guerra civil por más de dos décadas.
Hasta 1991, cuando se disuelve la Unión Soviética, los cuerpos armados cubanos contaron con la ayuda de Moscú, que le suministraba gratuitamente el armamento de combate y vendía camiones, helicópteros, aviones de transporte, piezas de repuesto y otros insumos técnicos.
Según estimaciones oficiales, el valor del armamento cubano en tres décadas de cooperación militar desde los años 60 alcanzó unos 10.000 millones de dólares, a "precios viejos", supuestamente vigentes hasta fines de la década del 80.
Las reglas de juego cambiaron bajo el impacto de la crisis económica que sobrevino a la desaparición de la Unión Soviética y de su bloque socialista europeo, principal socio comercial de la isla caribeña. La Habana dejó de recibir donaciones de armamentos y las compras tuvieron que ajustarse a precios del mercado mundial.
En una de las escasas referencias públicas al tema, el propio Raúl Castro admitió en 1993 que por esa época hubo que atenerse al uso racional de los recursos disponibles y a la "inventiva" del personal para "producir los repuestos y conservar la técnica".
El ministro de las FAR reconoció ese año, en una entrevista al periódico El Sol de México, que la fuerza militar cubana de esa época era demasiada grande y costosa.
"El a-b-c de toda doctrina militar o de la ciencia militar es que este potencial depende del desarrollo económico del país", principio "que estuvo alterado" en tres décadas de ayuda soviética en la esfera militar, indicó.
Un convenio sobre colaboración técnico-militar firmado en septiembre con Rusia, en el marco de la visita de su primer ministro, Mijaíl Efimovich Fradkov, a La Habana, parece encaminado a reactivar alguna relación en este campo, aunque se desconocen detalles.
La industria militar cubana produce actualmente el fusil de francotirador pesado "Mambí", destinado a la lucha contra los helicópteros y el de francotirador "Alejandro" (nombre de guerra de Fidel Castro), que perfora los chalecos blindados existentes, según fuentes expertas.
También se fabrica el carro de combate "Fiero", con alto poder de fuego y elevada maniobrabilidad, destinado a las Tropas Especiales, cuerpos elite de las FAR.
Otro de los productos de la Unión de la Industria Militar es la lancha "Flecha", para misiones propias del servicio de guardacosta, de especial importancia en el resguardo de las fronteras del archipiélago cubano.
Un informe del parlamento cubano señaló que en el presupuesto estatal para 2006 se consideran "los recursos necesarios para mantener y desarrollar la capacidad combativa y las reservas materiales que garanticen los requerimientos de la defensa del país y la preservación del orden interior".
El reporte, de diciembre de 2005, no indicó el monto del producto interno bruto que se dedicó este año al sector militar, pero justificó el gasto en el "recrudecimiento de la política de agresiones y amenazas del gobierno norteamericano (estadounidense)", de George W. Bush.
