La elección del nuevo secretario general de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) puede ser aplazada hasta después del 15 de enero, a pedido expreso del electo presidente de Ecuador, Rafael Correa.
Esta solicitud del economista de 43 años que obtuvo el 26 de noviembre la más alta investidura de su país, habría sido efectuada por el buró político de su organización, Alianza País, utilizando como canales de transmisión las representaciones diplomáticas ecuatorianas en las restantes naciones andinas, según información obtenida por IPS.
El argumento sería su interés de definir la representación ecuatoriana en la CAN, una vez que haya asumido el poder el 15 de enero.
Todo hacía suponer que el actual canciller ecuatoriano Francisco Carrión sería el candidato de consenso para ocupar la secretaría general. Pero el pedido de Correa coloca a la CAN en un nuevo compás de espera.
Los gobiernos andinos habían previsto una sesión especial para designar al reemplazante de Allan Wagner, quien renunció al cargo el 27 de julio pasado, para ocupar la cartera de Defensa en el primer gabinete del presidente de Perú, Alan García.
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Para ello se convocó a una reunión del Consejo Andino de Ministros de Relaciones Exteriores durante la celebración de la II Cumbre Sudamericana, que se llevará a cabo en Cochabamba, en el centro de Bolivia, los días 8 y 9 de este mes.
Que el nuevo secretario general sea de nacionalidad ecuatoriana es una decisión tomada por el conjunto de países que integran actualmente la CAN: Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú.
Los reiterados mensajes de Correa expresando su voluntad de aproximar su país al Mercosur y su anunciado viaje a Brasil este jueves 7 para reunirse con los reelectos presidentes Luiz Inácio Lula da Silva y Hugo Chávez, de Venezuela, para partir desde allí a la cita de Cochabamba en compañía del brasileño, echan aún más sombras sobre el futuro de la CAN, sacudida por incesantes temblores desde el retiro venezolano del bloque subregional, en abril pasado.
El lunes, la economista peruana Ariela Ruiz Caro en un artículo editorial titulado «¿Ecuador también al Mercosur?» señala que, si bien ese bloque conformado por Argentina, Brasil, Paraguay Uruguay y Venezuela tiene dificultades y aún carece de una propuesta de integración alternativa, cuenta con un denominador común: el rechazo a los modelos de desarrollo implícitos en los tratados de libre comercio (TLC).
Mientras, el gobierno peruano considera que la consolidación de la actual política económica vía la firma del TLC, y el modelo de inserción que de su instrumentación se deriva, es el camino para lograr una sociedad más equitativa y un mayor bienestar para la población, señala Ruiz Caro. En la CAN, dice, esta visión sólo es compartida por Bogotá.
Por ello, la ministra peruana de Comercio Exterior, Mercedes Aráoz, pecó por falta de diplomacia pero no por falta de sinceridad cuando vaticinó graves problemas dentro del bloque, una vez que se confirmó el triunfo del izquierdista Correa en Ecuador, que refuerza la posición de Bolivia y de su presidente Evo Morales.
Dos modelos de desarrollo y dos concepciones de integración en evidente curso de colisión dentro de la CAN y obvias dificultades para avanzar en la negociación que el bloque mantiene con la Unión Europea, definen el escenario actual.
Las negociaciones en marcha en la CAN para concretar el ingreso de Chile como miembro asociado y el inicio de conversaciones con México para el mismo fin, hacen pensar en el intento de fortalecer una alianza del Pacífico en detrimento de un Atlántico más beligerante con Estados Unidos.
Si a ello se agrega un Mercosur (Mercado Común del Sur) que actúa como un imán para países como Ecuador y Bolivia, porque pese a sus dificultades permite conectarse con un discurso más homogéneo en el terreno político, podría vaticinarse otro duro remezón en el proceso de integración más antiguo de América Latina, iniciado formalmente en la colombiana Cartagena de Indias, en 1969.
Sin embargo, Ruiz Caro apunta un hecho que puede alejar los fantasmas de la división, al menos por ahora: la postergación de la aprobación legislativa en Estados Unidos de los TLC con Perú y Colombia, que beneficia el fortalecimiento de la región sudamericana en su conjunto «como un factor diferenciado y dinámico en sus relaciones externas a través de la concertación política», lo que puede quedar así definido en la cita presidencial de la Comunidad Sudamericana, este fin de semana en Cochabamba.
No en vano Correa ha dicho, sumándose a expresiones similares del venezolano Chávez, que es necesario unificar los procesos integracionistas, «porque el universo ya no puede ser la región andina».
* La autora es periodista peruana. Ha dirigido tres medios de comunicación en su país y en 1998 recibió el premio Coraje en Periodismo que otorga la International Women Media Foundation. Actualmente es consultora en comunicaciones para la región andina.