Con el fuerte reclamo de exiliados, organizaciones humanitarias y de legisladores de todos los partidos de España en favor de la democracia en Guinea Ecuatorial, finalizó este jueves una visita oficial de tres días del dictador Teodoro Obiang a este país en busca de nuevas inversiones.
Aquilino Nguema Ona Nchama, secretario general de la Unión para la Democracia y el Desarrollo Social, la principal fuerza opositora de Guinea Ecuatorial, dijo a IPS que el gobernante Partido Socialista Obrero Español y el centroderechista Partido Popular (PP) están de acuerdo en mirar para un costado y no denunciar las violaciones de los derechos humanos en su país.
"A ellos, lo que les preocupa son las inversiones de (la firma petrolera hispano-argentina) Repsol-YPF y de otras empresas españolas y así lo demostraron durante la visita del dictador", puntualizó.
"En nuestro país, 38 años después de la independencia y con 27 de Obiang al frente del gobierno, los enormes ingresos petrolíferos así como las demás riquezas van a parar a los bolsillos de una sola familia y allegados del poder, dejando a la gran mayoría de la población en la miseria", agregó.
La visita no sólo fue objetada por los exiliados ecuatoguineanos en España, sino también por parlamentarios de este país, incluyendo a parte del PSOE y del PP, más los de Izquierda Unida y nacionalistas vascos, gallegos y catalanes, quienes impidieron que Obiang fuese recibido en el Congreso de los Diputados, pese a que su presencia estaba prevista en la agenda oficial original.
En esa agenda faltó también uno de los actos más esperados, la conferencia de prensa que siempre ofrecen el presidente del gobierno español y el visitante. Obiang solamente habló públicamente en el acto de inauguración de la nueva sede de la embajada de su país en Madrid, pero sin permitir ninguna pregunta a los periodistas.
En ese discurso, el dictador reclamó a los partidos políticos españoles que fueran "imparciales" y que "no formen parte de la oposición guineana", la que a su juicio es "irracional", pues entiende que se debe ejercer en su país y no en el exterior.
Además impugnó a los medios de comunicación ya que, manifestó, "diga lo que diga la prensa, siempre es irracional" y en su mayoría buscan la división entre su país y España.
Pero, concluyó, "en España hay una política realista, porque estuve con el principal líder de la oposición, el señor (Mariano) Rajoy, he estado con el presidente del gobierno, con sus majestades (los reyes), por lo tanto aquí tengo amigos".
Aquilino Nguema subrayó a IPS que la afirmación de que la oposición se debe hacer en su país, "son palabras huecas, pues muchos ciudadanos hacen y pagan con cárcel, torturas y persecución" esa postura dentro de su país.
Añadió que hay dos centenares de presos políticos y una falta total de libertad en Guinea Ecuatorial, "por lo que no cejaremos en nuestra lucha hasta que se reconozcan nuestros derechos ciudadanos y caiga la dictadura".
El capítulo español de la organización no gubernamental Amnistía Internacional, con sede en Londres, envió una carta al gobierno de Zapatero, de la que todavía no recibió respuesta, con una lista de presos de conciencia y políticos que continúan encarcelados.
Amnistía subrayó que para un país de 550.000 habitantes, medio centenar de presos políticos es una cifra alta.
En la vereda de enfrente se situaron cuatro decenas de empresarios españoles que se reunieron con el visitante en la sede del Consejo Superior de Cámaras de Comercio, en un acto organizado por esa institución junto con la Confederación Española de Organizaciones Empresariales y el oficial Instituto de Comercio Exterior (ICEX).
La más destacada de esas empresas es Repsol-YPF, que en 2004 ya recibió una concesión para explorar y explotar yacimientos petrolíferos.
El presidente de Repsol-YPF, Antoni Brufau, ratificó el 23 de octubre el interés de la compañía por ampliar sus actividades allí después de entrevistarse con Obiang en la capital ecuatoguineana.
En esa oportunidad, Brufau, quien integró una delegación de ministros españoles encabezada por el canciller Miguel Ángel Moratinos, afirmó que Guinea Ecuatorial es un país con "mucho futuro" y llamó a aumentar las inversiones en el sector energético, fundamentalmente en petróleo y gas natural.
Este jueves, como conclusión de la visita, Moratinos y su homólogo visitante, Pastor Michá, comparecieron ante los periodistas subrayando que la visita se encuadra dentro del proceso de normalización de las relaciones bilaterales.
Moratinos sostuvo que "la única manera es dialogar, es encontrarse, es construir juntos, es mejorar la relación en el campo político, de inversiones y el campo cultural".
"¿Hay otra manera, hay otra alternativa?", preguntó, para luego responder que, "si me la dicen, la asumiré, pero yo no lo encuentro, no creo que desestabilizando un país o un régimen podamos mejorar la relación". "La única manera es con actos, decisiones y resultados", puntualizó.
El canciller español entiende que hay dos objetivos, uno es "defender valores y principios políticos, ayudar, acompañar, incentivar y motivar a un país como Guinea para avanzar en el proceso de democratización y defensa de los Derechos Humanos". El otro es también defender, en este caso los intereses españoles en ese país, "con mayor presencia, no con ausencias".
También destacó que Obiang promulgó hace una semana una ley contra la tortura e indultó a 40 personas que estaban en prisión. Eso lo consideró importante, porque "no son declaraciones fortuitas, sino datos, hechos, decisiones, resultados". Finalizó afirmando que esta visita se conocerá en el futuro como "un punto de inflexión".
Michá, por su parte, dijo que la delegación oficial de Guinea Ecuatorial no vino a pedir sino a consolidar relaciones y destacó que su país es el que más creció económicamente en los últimos años en la región y que sería ilógico "que el único estado de lengua y cultura hispana en África conozca tanto desarrollo y que no haya ni una empresa española".
Guinea Ecuatorial dependió de Portugal entre 1445 y 1777, pero fue cedida a España en los Tratados de San Ildefonso y Pardo, de 1778, a cambio de tierras hispanas en América del Sur.