José Montilla encabezará el futuro gobierno de la Comunidad Autónoma de Cataluña, conformado tras las elecciones del 1 de este mes por socialistas, la izquierda republicana y una alianza de verdes y comunistas, anunciaron este martes líderes de las tres agrupaciones.
Montilla, del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC, Partido Socialista Catalán), Joseph Lluís Carod-Rovira (ERC), presidente de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC, Izquierda Republicana de Cataluña), y Joan Saura, líder de Iniciativa per Catalunya VerdsEsquerra Unida i Alternativa (de ICVEUiA, coalición del Partido Comunista y el ecologista Los Verdes), presentaron la Entesa Nacional de Progrés (el programa de entendimiento) entre esas fuerzas.
El programa fue acordado tras los comicios donde el PSC, la sección catalana del Partido Socialista Obrero Española (PSOE), resultó segundo con 26,81 por ciento de los votos, seguido de la ERC, con 14,06 por ciento, mientras que de ICVEUiA quedó en sexto lugar con 9,56 por ciento.
Así, las tres agrupaciones suman 69 escaños en el parlamento que, todo indica, quedará constituido el 17 de noviembre.
Convergència i Unió, (CiU Convergencia y Unión, coalición del nacionalismo catalán moderado) quedará fuera del gobierno autónomo, pese a que fue la más votada, con 31,52 por ciento de los sufragios que le dieron 48 escaños.
Precisamente, esa posición de CiU presagia una difícil situación para el actual gobierno socialista de España, dado que sus votos han sido decisivos en el Parlamento, al carecer el PSOE mayoría absoluta propia.
Por esa razón, este martes no ha sido un día de fiesta para el jefe del gobierno español y secretario general del PSOE, José Luís Rodríguez Zapatero, quien ha debido asumir que pierde apoyos por la forma en que se negoció y anunció el futuro gobierno catalán, pérdida que podría provocar la convocatoria anticipada de las elecciones generales en España.
Al anticiparse el lunes la intención de constituir la nueva coalición de gobierno, el número uno de CiU, Artur Mas, manifestó su oposición advirtiendo a Zapatero que, "si da por bueno el (gobierno) tripartito perderá toda opción para recurrir a CiU para sostener su mayoría en Madrid (sede del Parlamento)".
Zapatero no tendrá que esperar mucho tiempo para comprobar este desafío, dado que en las próximas semanas se debate en el Parlamento español el presupuesto gubernamental para 2007 y su aprobación depende, precisamente, de los votos de esta formación política moderada catalana.
Montilla, por su parte, procuró calmar los ánimos, comprometiendo su esfuerzo y el de las otras dos opciones políticas (ERC e ICVEUiA) para que "la Entesa Nacional de Progrés", no vuelva a sufrir una crisis, como la que obligó a anticipar las elecciones autonómicas, tras la salida de la izquierda republicana del anterior gobierno catalán constituido en 2003.
Según lo anunciado, Montilla será el nuevo presidente de la Generalitat (gobierno autónomo de Cataluña) y Carod-Rovira, el futuro vicepresidente, en tanto que Saura asumirá la Consejería de Interior, Relaciones Institucionales y Participación.
El líder socialista afirmó que presidirá "un gobierno fuerte, dialogante, pero firme, que evite la crispación, pero que defienda con contundencia los intereses de Cataluña".
"Quiero hacer de Cataluña un país próspero, seguro, de igualdad y de justicia social, que llegue a los niveles de bienestar a los que tiene derecho y a los que siempre ha aspirado", añadió.
Mirando hacia el futuro y con la esperanza de que el tripartito no vuelva a desintegrarse, fruto de desavenencias internas, Carod-Rovira manifestó que será "un gobierno fuerte, que nadie lo dude". No obstante, precisó que el mismo aplicará "políticas serenas, constructivas y estables" para trabajar por "la cohesión social".
Pero todo indica que la tensión política ya está subiendo en Cataluña. Mas, presidente de la coalición CiU, calificó al nuevo gobierno de "coalición de perdedores", basándose en que su partido volvió a ser el que más votos obtuvo y que incluso mejoró respecto de la elección anterior.
El secretario general de esa formación, Joseph Andoni Duran i Lleida vaticinó, por su parte, que esa coalición "durará muy poco", ya que quienes la integran sostienen proyectos distintos.
Esa afirmación se corresponde con la realidad, ya que mientras el PSOE y su filial catalana apoyan la unidad de España, aunque impulsando una mayor autonomía de las comunidades, la ERC mantiene una posición independentista que, de prosperar, llevaría a la separación de Cataluña.
Es que ha sido precisamente la aprobación este año de un nuevo Estatuto de Cataluña, con cuyo texto no estuvo de acuerdo ERC, oponiéndose a su aprobación en el Parlamento, lo que llevó a su salida del gobierno tripartito anterior, forzando la convocatoria anticipada de las elecciones que acaban de celebrarse.
Durán i Lleida también mandó este domingo un aviso al jefe del gobierno español: si apoya la constitución del tripartito "no habría motivo alguno para apoyar al gobierno", salvo en algunas leyes que se tramiten en el Parlamento y con las cuales estén de acuerdo. Zapatero apoyó esa constitución, aunque desde su partido se oyeron voces críticas.
Para el Partido Popular (PP), la principal fuerza de oposición en toda España aunque débil en Cataluña (su formación sólo obtuvo 14 diputados, uno menos que en las anteriores), el gobierno tripartito presentado este martes es una "coalición por interés de poder".
Ángel Acebes, secretario general de esta formación, pronosticó que éste será "la segunda derrota de Zapatero", señalando que la primera fue la pérdida de votos y escaños en estas elecciones catalanas
Acebes enfatizó también que Zapatero está favoreciendo al separatismo, ya que "el independentismo es hoy mucho más fuerte que hace tres años y el gobierno mucho más débil".
El jefe del gobierno socialista no logró "frenar los impulsos centrífugos o aplicar las reivindicaciones independentistas, sino que las reforzó", añadió.
Puesto entre la espalda y la pared, y consciente de que este nuevo gobierno tripartito catalán creará a partir de ahora serios obstáculos a Madrid, Montilla manifestó que "presidirá una administración dialogante, pero firme, que evite la crispación pero que defienda con contundencia los intereses de Cataluña".
"Quiero hacer de Cataluña un país próspero, seguro, de igualdad y de justicia social, que llegue a los niveles de bienestar a los que tiene derecho y a los que siempre ha aspirado (el pueblo)", enfatizó.
Saura, por su parte, agradeció al PSC "por su contribución generosa" al hacer posible "la Entesa Nacional de Progrés", y a ERC que ha decidido "priorizar el avance social por encima del avance nacional", en una clara alusión a la promesa de esa formación en el sentido de participará en el tripartito, suavizando sus presiones en pro de una Cataluña independiente.
Al respecto, Carod-Rovira, también envió una señal de tranquilidad a Zapatero, al afirmar "que gobernará con la mano tendida hacia todos los sectores políticos" de fuera del gobierno, "porque hay retos que son de todos"
Con todos estos antecedentes, Zapatero deberá enfrentarse en las próximas semanas al ímpetu independentista que ERC querrá darle al gobierno catalán y a la vez a la decisión de CiU de no apoyarlo en el Parlamento español, "salvo que se trate de cuestiones claras para nosotros", como precisó Mas.
Y todo indica que, tal como lo anticipó el derrotado candidato de CiU, el presupuesto no es una de esas cuestiones claras, aunque sí lo sea para el resto de las comunidades españolas y para actual gobierno central, que sin su aprobación no podrá gobernar.