ESPAÑA: Desinterés e incógnita sobre futuro gobierno catalán

El resultado de las elecciones celebradas el miércoles en Cataluña, una de las más pobladas de las 17 comunidades autónomas de España, mostró un gran desinterés ciudadano y dejó abierta la incógnita acerca de quién gobernará.

El desinterés se evidenció en la abstención de la mitad de los ciudadanos con derecho a voto, a pesar de que por primera vez las elecciones se celebraron en un día feriado a mitad de semana, elegido con el objetivo de facilitar la concurrencia a las urnas, ya que en anteriores convocatorias en días laborales o en domingos, el abstencionismo había sido notorio.

Para evitar esas ausencias, las autoridades realizaron fuertes campañas llamando a votar en las que participaron los líderes de las dos principales fuerzas políticas españolas, el jefe del gobierno y líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), José Luis Rodríguez Zapatero, y el presidente del derechista Partido Popular (PP), Mariano Rajoy.

Con 100 por ciento de los votos escrutados, el partido ganador fue Convergència i Unió, (CiU Convergencia y Unión), una coalición nacionalista moderada que alcanzó 48 escaños del Parlamento Autónomo con 31,52 por ciento de los sufragios, insuficientes para obtener la mayoría legislativa necesaria para alcanzar la presidencia del gobierno de Cataluña.

Así lo reconoció su candidato, Artur Mas, quien manifestó que, "a pesar de haber ganado claramente, actuaremos con sentido de país, generosidad y humildad". Para ello "abriremos de inmediato un diálogo intenso para formar un gobierno fuerte", señaló.

José Montilla, del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC, Partido Socialista Catalán), reconoció a su vez "que ninguna fuerza política tiene el apoyo suficiente" para formar gobierno, por lo que "ha llegado la hora de dialogar y pactar" con la voluntad "de contribuir a la formación de un gobierno catalanista y de progreso que despliegue el Estatut", Estatuto de Autonomía, con el objetivo de poner en marcha las "ambiciosas políticas sociales a las que nos hemos comprometido".

Josep-Lluís Carod-Rovira, presidente y candidato de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC, Izquierda Republicana de Cataluña), manifestó satisfacción "porque hemos obtenido un resultado que creemos positivo" y dejó entrever que su partido volverá a ser, previsiblemente, "la llave" que abra la puerta "de un nuevo gobierno de coalición", que comenzará a negociarse este lunes.

En las anteriores elecciones, celebradas en 2003, CiU también obtuvo el primer puesto, con 46 escaños, pero no logró los apoyos políticos necesarios para alcanzar la presidencia de la Generalitat de Catalunya (gobierno catalán).

Al contrario, las negociaciones llevaron a que ocupara ese puesto el socialista Pasqual Maragall (quien no fue candidato en estas elecciones), al frente de un gobierno tripartito formado por el PSC (sección catalana del PSOE), la formación nacionalista de la ERC y la Izquierda Catalana Los Verdes (ICV, coalición del Partido Comunista y el ecologista Los Verdes).

Pero el gran derrotado de estas elecciones fue el PSC, que alcanzó el segundo lugar con 37 escaños (26,81 por ciento de votos), cinco menos de los obtenidos en 2003. Tercera se ubicó ERC con 21 escaños (14,06 por ciento), tres menos que en los comicios anteriores, cuarto el derechista Partido Popular (PP), que pasa de 15 a 14 legisladores, y quinta ICV, que subió de nueve a 12 sus parlamentarios (9,56 por ciento de los sufragios).

En sexto lugar y con tres escaños (3,04 por ciento de votos), se ubicó un nuevo partido: Ciudadanos de Cataluña, que tiene entre sus fundadores al actor y director de teatro Albert Boadella, de tendencia izquierdista.

Con estos resultados, todos los candidatos han admitido la necesidad de acuerdos. Uno de los posibles es que el socialista Montilla obtenga el apoyo de ERC e ICV, con lo cual lograría la mayoría necesaria para ser designado presidente.

Pero cabría la posibilidad de que ERC se negase a dar sus votos, manteniendo la posición asumida meses atrás, cuando decidió retirar su apoyo al actual gobierno tripartito. En ese caso podría ser designado Mas, de CiU, aunque para ello debería lograr el respaldo del PP, para contrarrestar los votos de ICV que, según todo indica, serían favorables al candidato socialista.

Lo que ningún analista cree posible es un pacto CiU-PSC, ya que los dirigentes de ambos partidos así lo establecieron de manera muy explícita.

No es este el único problema que deben enfrentar a partir de hoy las fuerzas políticas catalanas. El alto grado de abstención ciudadana es un importante llamado de atención que ningún partido puede ignorar.

De los 5.320.637 ciudadanos con derecho a voto (incluidos 108.851 residentes en el extranjero), votaron aproximadamente 50 por ciento. Del total de quienes viven en el exterior, la mayoría están en Francia (unos 16.500), Argentina (más de 13.000) y Andorra (cerca de 13.000).

De los catalanes nacidos fuera de España y con derecho a voto, inmigrantes que han sacado la ciudadanía española, el núcleo más numeroso es el de los nacidos en Argentina, 24.368, seguido de Francia, 22.241, y Marruecos, con 15.775.

Según el Instituto Nacional de Estadísticas, les siguen los nacidos en Alemania (9.994), Venezuela (9.046), Perú (7.965), Chile (6.756), Suiza (6.653), Brasil (6.494), República Dominicana (5.380), México (4.943), Colombia (4.902) y Cuba (4.036), entre otros.

La cifra de esas personas con derecho a voto, 163.655, está lejos de la cantidad de inmigrantes que residen en Cataluña, 939.321, con los marroquíes como el grupo más numeroso, 200.000, seguidos por 90.000 ecuatorianos, 50.000 rumanos y 45.000 colombianos.

Horas antes de las elecciones, el saliente presidente socialista Maragall dijo que todas las elecciones eran importantes, pero éstas lo eran más por producirse "al final del primer periodo de gobernación progresista de Cataluña", aludiendo a la hegemonía ejercida por la CiU desde que entró en vigor la Constitución, en 1978, hasta 2003.

La gran importancia de estas elecciones está en "saber si el pueblo de Cataluña quiere revalidar o no esa gobernación progresista", agregó Maragall. Lo ocurrido muestra como gran perdedor a su partido.

Ahora se abre el periodo de las incógnitas, no solamente en relación a Cataluña sino también al gobernante PSOE en el plano nacional, porque Zapatero se involucró directamente en estos comicios, no sólo designando candidato a su ex ministro Montilla, sino también de forma personal en la campaña.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe