La campaña para las elecciones del 3 de diciembre en Venezuela se tiñó de azul, con el conflicto por el uso de de ese color entre partidarios del presidente Hugo Chávez, aspirante a repetir el mandato y favorito en las encuestas, y de su emergente rival, Manuel Rosales.
Azul es también el color que marca un viraje publicitario de Chávez, cuya causa se había distinguido hasta ahora con el rojo y quien por estos días pide, vestido con una camisa celeste, más tiempo para gobernar "por amor". De ese modo hace un alto en sus aguerridos llamados a prepararse para combatir contra una posible invasión imperialista a Venezuela.
De parte de Rosales, su oferta más popular es entregar a los venezolanos pobres la quinta parte de los ingresos petroleros, de modo directo, a través de cuentas bancarias que se activarán con una tarjeta de débito cuyo nombre alude al color del crudo: "Mi negra". La publicidad de Rosales también usa como fondo el color azul.
Detrás de los asuntos cromáticos hay otros más severos. El bando de oposición dice que el gobierno puede buscar un fraude, mientras que Chávez denuncia planes desestabilizadores, en una suerte de conspiración cívico-militar.
La cuestión del azul llegó nada menos que al Tribunal Supremo de Justicia. Patria Para Todos (PPT), del bloque de partidos oficialistas, acudió a reclamar que ese color es empleado por esa agrupación desde hace 10 años y ahora fue tomado como emblemático por la publicidad de Rosales.
En la coalición de 40 partidos del abanderado opositor actúa un pequeño grupo, Movimiento de Integridad Nacional, que también utiliza el azul desde hace más de 20 años. Empero, el Tribunal Supremo acogió la queja del PPT y ordenó al Consejo Nacional Electoral que dictamine quién y cómo puede usar ese color con preferencia.
La solución "tratará de afectar lo menos posible a los competidores", adelantó Germán Yépez, directivo del Consejo Electoral, sobre el cual políticos y medios de comunicación opositores de Chávez acusan que cuado de los cinco miembros son pro-oficialistas. Tal vez entregando al PPT un azul más oscuro y a la coalición de Rosales uno más claro, explicó.
"No le vamos a devolver el azul, los colores son de todos los venezolanos", dijo Evelyn Trejo, esposa del candidato opositor. "Si no, entonces que el tipo (así llama Rosales a Chávez) devuelva el rojo, que no es de él", en alusión a que ese color fue característico, internacionalmente, de los partidos comunistas y socialistas y de otros.
Más tinta ha corrido sobre la "mancha azul" en la campaña de Chávez, luego de que en octubre su discurso agresivo dio paso a un mensaje publicitario que dice: "por amor al deporte me hice beisbolista, por amor a la naturaleza me hice pintor, por amor a la patria me hice soldado, por amor al pueblo me hice presidente".
Para proseguir, "necesito más tiempo, necesito tu voto, por amor", remata Chávez en su mensaje teñido de azul, "que baja el tono al rojo pasión, tiene un efecto de atenuación y apunta a un estado de relajación", dijo a IPS el parlamentario Erick Rodríguez, del comando de campaña oficialista.
El comando de Chávez "captó que (el presidente) está suficientemente posicionados en los sectores populares y se acercan a otros grupos", apuntó el analista Eleazar Díaz Rangel.
También Luis León, director de la firma encuestadora Datanálisis, señaló que, "afianzado Chávez en los sectores populares, es correcto que busque votos en la clase media", que en los últimos años ha nutrido las huestes de oposición.
Rosales acusó a Chávez de "practicar un amor fingido e hipócrita, porque ha maltratado al pueblo y regalado las riquezas del país", y en su comando Enrique Ochoa dijo a IPS que "ahora el presidente se viste de oveja cuando todos sabemos que es un lobo".
Entre las acusaciones típicas de una campaña electoral se abrieron espacio para algunas sonrisas. Tal el caso de la caricaturista Rayma, del diario caraqueño El Universal, que mostró a una escolar quejándose amargamente ante un condiscípulo: "Ocho años (los de Chávez en el poder) estudiando el odio, y ahora me hacen un examen sobre el amor".
Para el analista político Manuel Malaver, de tendencia opositora, "esta alusión al amor no ha logrado inyectarle emoción a la campaña de Chávez, que luce pesada y carente de ofertas, por contraste con la intensa y ágil de Rosales", quien visita varias ciudades cada día y casi cada tarde protagoniza un mitin o una caminata.
Chávez no hace campaña a pie y no hay contactos improvisados con quienes se le acercan. Sus recorridos suelen ser montado sobre un camión —que sus adversarios bautizaron "la carroza"— y la nuez de su campaña es una intensa publicidad combinada con sus apariciones en inauguración de obras y actos en espacios cerrados.
El mandatario ha denunciado reiteradamente que sus adversarios de dentro y fuera del país no han renunciado a "los atajos" para eliminarlo y hacerse con el poder, y alude constantemente a la posibilidad de un magnicidio.
"Ojalá, por su propio bien, que no se atrevan a intentar asesinarme", ha repetido Chávez, y a sus seguidores ha dicho: "Si me matan, ustedes saben qué hacer: profundizar la revolución".
En un acto realizado el lunes pasado con decenas de militares, el presidente dijo saber que un líder político opositor, que no mencionó, regresó del exterior para hablar secretamente con un alto oficial y éste no ha reportado la novedad. "Se vienen semanas riesgosas para el país", observó Chávez.
En el campo opositor, la aprensión se mantiene porque entienden que pueda haber fraude electrónico en los comicios. Acción Democrática, que fue durante la segunda mitad del siglo XX el mayor partido político del país pero hoy muy disminuido, continúa llamando a la abstención "por falta de transparencia" en el proceso.
En tanto, las encuestas continúan señalando a Chávez como vencedor en la contienda, con índices que van de 55 a 60 por ciento de intención de votos a su favor de quienes declaran que votarán.
Sin embargo, las consultas registran a la vez un ascenso de Rosales, al punto de que una de las firmas, Séller y Asociados, dijo que un sondeo a fines de octubre muestra la correlación 52 por ciento (para Chávez) a 48 (para Rosales), es decir casi un empate técnico. Hay otros 15 candidatos presidenciales inscritos, pero prácticamente sin figuración. El general Raúl Baduel, ministro de Defensa, ha dicho que la Fuerza Armada respetará y hará respetar el resultado que ofrezca el poder electoral y la Organización de Estados Americanos enviará una misión de observación para el mismo 3 de diciembre. (FIN/IPS/hm/dm/ip/ve sl la/06)
