CHINA-INDIA: El comercio todo lo puede

La visita de cuatro días a India que inició este lunes el presidente de China, Hu Jintao, reavivó un viejo debate sobre si los dos países más populosos podrían colaborar entre sí para poner fin a décadas de desconfianza y enemistad.

Los gigantes de Asia no sólo son hogar de casi 40 por ciento de la población mundial, sino que también se perfilan para consolidarse como las mayores economías del planeta, junto a Estados Unidos, en el futuro cercano.

Ambos países libraron una breve pero sangrienta guerra fronteriza en 1962, pero los vínculos bilaterales comenzaron un lento descongelamiento a partir de fines de los años 80.

No faltan personas en los dos países que sospechen de las intenciones del otro para "dominar" el continente y ganar territorio.

El embajador de China en India, Sun Yuxi, desató una controversia el 13 de este mes cuando dijo en una entrevista televisiva que la nororiental provincia india de Arunachal Pradesh era en realidad territorio chino.

Sus declaraciones motivaron duras respuestas de varios funcionarios de Nueva Delhi, encabezados por el ministro de Relaciones Exteriores, Pranab Mukherjee.

En el pasado, Beijing ha expresado su malestar por la asistencia india a quienes hacen campaña por la independencia del Tíbet.

En los últimos años, los mercados de ciudades indias se han visto inundados por productos chinos más baratos, como bombillas, juguetes, prendas de vestir y hasta imágenes de divinidades hindúes.

Muchos comerciantes se sienten amenazados por estas importaciones y afirman que muchos productos están siendo contrabandeados desde China por Nepal.

Funcionarios y expertos en defensa de Nueva Delhi no olvidan los estrechos vínculos económicos y militares forjados entre China y Pakistán, histórico rival de India en Asia meridional.

En el último año, arguyendo razones de seguridad nacional, autoridades de gobierno indias lograron bloquear por lo menos dos grandes inversiones de firmas chinas en telecomunicaciones y en el desarrollo de un puerto marítimo.

La causa de las compañías chinas fue defendida en India por miembros de los partidos comunistas, que proveen de vital apoyo a la coalición de gobierno centroizquierdista Alianza Progresista Unida, liderada por el partido del Congreso.

Representantes chinos, por otra parte, denunciaron haber sido discriminados a pesar de haber presentado las mejores ofertas para los proyectos. Estas acusaciones fueron negadas por las autoridades indias.

Ambos países se acusan mutuamente de dificultar la entrega de visas a empresarios de cada lado.

No obstante, el comercio entre los dos países se incrementó de manera asombrosa, por lo general excediendo las expectativas de los gobiernos.

El intercambio comercial bilateral pasó de 260 millones en 1980 a casi 8.000 millones de dólares en 2003, y se espera que alcance 20.000 millones de dólares durante el actual año financiero, que termina en marzo de 2007, y 30.000 millones de dólares en 2009, según un informe de la Federación de Cámaras de Comercio e Industria Indias (FICCI).

Si estas proyecciones se materializan, China superará a Estados Unidos como mayor socio comercial de India.

"Con el ingreso de China a la Organización Mundial del Comercio, se abrieron inmensas oportunidades para realizar emprendimientos de riesgo compartido y colaboraciones en negocios", señala el informe de la FICCI.

Un funcionario del Ministerio de Comercio e Industria indio, que habló con IPS a condición del anonimato, aseguró que, a pesar de las denuncias de discriminación, a decenas de importantes compañías industriales chinas se les ha permitido establecer oficinas en India en los últimos años.

Muchas firmas indias también, en sectores tecnologías de la información, farmacéutica, industria automotriz, metales y químicos, se establecieron en China a partir de los años 90.

"El crecimiento económico anual de ocho por ciento de India se está acercando al de 10 por ciento logrado por China, y creo que si el competidor de hoy se convierte en el colaborador del mañana, será mejor para toda la humanidad", dijo Rajesh Shukla, del Consejo Nacional para Investigación Económica Aplicada, un organismo de investigación autónomo con sede en Nueva Delhi.

Gilbert Etienne, profesor emérito del Instituto de Estudios Internacionales, con sede en Ginebra, quien viajó reiteradamente a China e India en los años 50, dijo a IPS que los dos países tienen mucho por aprender del otro en experiencias de desarrollo.

Etienne subrayó que, "a comienzos de los años 50, gracias a la 'pax británica', las carreteras, vías de tren y redes de energía indias eran superiores y más caras que las chinas, pero, gracias a las grandes inversiones públicas, la situación se revirtió por completo a fines de los años 70".

El experto añadió que, en la China rural, las prácticas agrícolas son muy superiores a las aplicadas en India. Al mismo tiempo, subrayó que "China se encuentra entre los países más derrochadores de recursos naturales" y se podría beneficiar de India.

Las compañías chinas están menos capacitadas que las indias para expandirse al exterior, gracias entre otras cosas a un mejor manejo del idioma inglés, agregó.

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