SERBIA: Constitución nueva, problemas viejos

La ciudadanía de Serbia aprobó la primera Constitución no comunista en 60 años, pero no con un entusiasmo comparable, ni mucho menos, al exhibido por el gobierno y los ultranacionalistas al promoverla.

El mínimo de 50 sufragios por el "sí" y 50 por ciento de asistencia a las urnas entre los ciudadanos habilitados para votar apenas se cumplió en la consulta popular del sábado y el domingo, a pesar de las exhortaciones masivas del gobierno a las urnas y a la unidad nacional.

La Comisión Electoral Central anunció en la mañana del lunes que la concurrencia fue de 53 por ciento de los 6,6 habilitados, de los que 51,46 por ciento votaron a favor del proyecto de constitución aprobado.

La ventaja de la nueva ley fundamental por sobre el "no" fue de unos 100.000 sufragios.

"Es bueno que la Constitución haya sido aprobada después de todo", dijo a IPS el juez Zoran Ivosevic, miembro del Tribunal Constitucional. "Pero el escaso margen debería servir de advertencia al gobierno."

"Muchos se quedaron en casa porque, obviamente no compartían sus puntos de vista sobre este asunto, señalado como crucial", agregó.

La nueva Constitución señala que "Kosovo siempre será una parte integral de Serbia", justo en momentos en que se aproximan a su fin las negociaciones patrocinadas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre el estatus futuro de esa provincia, de mayoría albanesa.

La meridional provincia es administrada por la ONU desde 1999, luego que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) bombardeó Serbia durante 11 semanas y puso fin a la represión de dos millones de albanokosovares a manos del régimen serbio encabezado entonces por Slobodan Milosevic (1989-2000).

En Kosovo, otrora cuna del estado Serbio medieval, los serbios son hoy una minoría. Los albaneses confían en que las negociaciones patrocinadas culminen con la consagración de la independencia de la provincia.

La Constitución serbia recién aprobada obliga a cualquier futuro presidente serbio a jurar que "hará todo lo que esté a su alcance para mantener a Kosovo dentro de Serbia".

Esta cláusula no parece es objeto de unanimidad, ni mucho menos. Muchos manifiestan su disgusto por los llamados a votar la constitución de lados opuestos del espectro político.

El ultranacionalista Partido Radical Serbio y el presidente reformista Boris Tadic, del Partido Democrático, a menudo emitían mensajes coincidentes por el "sí".

"Es increíble que en nombre de la 'unidad serbia' o de Kosovo o de la Constitución uno vea a los dos en el mismo lugar", dijo a IPS Ivana Basevic, una maestra de Belgrado de 45 años. Ella se abstuvo de votar.

"Los radicales simbolizan aquello contra lo que siempre se plantó la gente normal. Junto con Milosevic, permitieron que los bombardeos ocurrieron. Perdieron a Kosovo en 1999 y ahora imponen nuevamente el patriotismo por la provincia", expresó.

Milosevic fue depuesto en 2000. Los radicales constituyeron la mayoría de su gobierno durante años.

"La gente está cansada de que Kosovo sea señalada en particular por este gobierno también", declaró a IPS el analista Zoran Lucic, director del no gubernamental Centro para las Elecciones Libres y la Democracia. En los últimos 10 años, esta organización observó todas las elecciones en Serbia, y realiza sondeos de opinión pública regularmente.

"Nuestras últimas encuestas muestran que 30 por ciento de los serbios creen que Kosovo será independiente, el mayor porcentaje hasta ahora", destacó Lucic. "Los votantes están enviando señales de que es hora de que otros asuntos salten a la agencia."

"El hecho de que la Constitución fuera adoptada de esta forma no tendrá absolutamente ninguna influencia en las conversaciones sobre el futuro de Kosovo", dijo Milica Delevic, del Movimiento Europeo en Serbia, en una conferencia de prensa realizada en la noche del domingo.

"No se espera que haya ninguna vuelta atrás en las negociaciones, debido a que Serbia adoptó una nueva Constitución".

Sus puntos de vista fueron compartidos por altos funcionarios internacionales en Kosovo, que en los últimos días enviaron mensajes similares a Belgrado.

Por otro lado, el referéndum no parece haber resuelto otros dilemas en la vida política de Serbia. La insatisfacción generó algunos reclamos, incluso para restaurar la monarquía constitucional.

El príncipe Aleksandar Karadjordjevic, heredero del trono serbio, llamó un debate público al respecto.

El príncipe, a quien se le permitió vivir en Serbia sólo después de la caída de Milosevic, dijo a medios serbios que "la monarquía constitucional tiene muchas ventajas comparada con una república".

Los Karadjordjevic huyeron cuando estalló la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), y el régimen comunista que asumió luego de la guerra les prohibió regresar. "El rey debería ser una institución que una al pueblo", opinó el príncipe. "Realmente necesitamos algo así." (FIN/IPS/traen-js/mj/vpz-ss/eu ip hd/06)

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