«Créanme que durante los 46 meses restantes de mi gobierno la pobreza disminuirá al 35 por ciento», afirmó este martes el presidente de Colombia, Álvaro Uribe, en el acto conmemorativo del día internacional para la erradicación de esa condición social, establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Según las estadísticas oficiales, la pobreza alcanza hoy a 49,2 por ciento de la población colombiana, y comprende a las personas que llegan a ingresos mensuales de hasta 94 dólares por mes, 60 por ciento del salario mínimo legal vigente, de unos 171 dólares.
La proyección de Uribe supera a la del gubernamental Departamento Nacional de Planeación (DNP), que prevé para 2010 una pobreza de 39 por ciento, cuatro puntos porcentuales más.
"Con la sabiduría de los técnicos y el entusiasmo de los políticos consolidaremos una gran bonanza que estamos empezando a vivir", aseguró el presidente. Y agregó una proyección más optimista aun: en 2019, sólo 15 por ciento de los colombianos serán pobres.
Según las metas establecidas por Colombia para cumplir con el primero de los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio, el país debería llegar a 2015 con un índice de pobreza de 28 por ciento, tomando como base la proporción de 53,8 por ciento de 1991, y con una indigencia de 8,8 por ciento, ya que en ese año alcanzaba a 20,4 por ciento.
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El primero de los ODM —adoptados por la comunidad internacional en 2000—, dispone reducir a la mitad la proporción de población en la pobreza entre 1990 y 2015.
"Incluso las metas del milenio son demasiado altas", dijo a IPS el economista Ricardo Bonilla, investigador de la estatal Universidad Nacional y coautor del estudio "Bien-estar: macroeconomía y pobreza" publicado en conjunto con la Contraloría General de la República en julio de este año.
"Para lograrlas se necesitaría un crecimiento anual del seis por ciento continuado. Pero aún si se lograra ese crecimiento, hay que tener en cuenta que los resultados de los primeros años causan nuevas expectativas, acordes con los impactos. Por consiguiente, lo que realmente se recomienda es disminuir la desigualdad en la distribución" de los ingresos, indicó Bonilla.
Pero, al contrario, la distribución de la riqueza se ha vuelto más desigual. Así lo confirmó este martes el informe de la Misión para el diseño de una estrategia para la reducción de la pobreza y la desigualdad (MERPD), contratada en 2004 por el primer gobierno de Uribe, iniciado en 2002.
"Los ingresos familiares totales del 20 por ciento más rico de la población corresponden a 62 por ciento del total. Los del 50 por ciento más pobre son apenas 14 por ciento. La distribución de la propiedad accionaria y de la tierra es extremadamente desigual y debe ser corregida", dijo el economista Hugo López, director de la MERPD, al presentar la evolución de la economía nacional en los últimos 15 años.
López puso énfasis en la crisis de finales de los años 90, y aseguró que la misma facilitó un aumento de la pobreza hasta 57 por ciento, entre 1999 y 2002, que en zonas rurales llegó a afectar a 78 por ciento de los habitantes.
"Esa crisis generó un retroceso de 10 años. A partir de 2002 se reinició la recuperación económica y la reducción de la pobreza en ocho puntos porcentuales, equivalentes a 2,3 millones de pobres menos en 2005", aseguró.
Sin embargo, la recuperación no ha impedido el distanciamiento entre ricos y pobres, reconoció. Y a continuación presentó las "Quince trampas de la pobreza", aquellas características sociales que limitan históricamente la calidad de vida de más de 20 millones de colombianos, en un total de 42 millones de habitantes.
Entre ellas, López citó indicadores demográficos y sociales, la gestación en mujeres adolescentes, el trabajo infantil, el analfabetismo, la desnutrición y la enfermedad, la carencia de documentos de identidad, la desinformación, el uso inadecuado de la tierra por parte de campesinos sin acceso a tecnología, la ausencia de créditos, la violencia y el desplazamiento.
En consecuencia, la MERPD presentó estrategias como la creación de una Red de Protección Social contra la Extrema Pobreza, que atienda integralmente las necesidades de las familias, rompa los círculos viciosos y ayude a superar esa condición social, a mejorar la calidad de vida y a cumplir con las metas del milenio, que incluyen dimensiones de educación, salud, igualdad de género y participación política.
La MERPD definió estrategias particulares para la reducción de la pobreza rural, la extrema pobreza, la pobreza moderada y la desigualdad social. Se sostuvo además que es importante "construir una sociedad más igualitaria y solidaria, cerrando las brechas sociales".
Pero, "¿cómo cerrar las brechas si las políticas del presidente Uribe las amplían cada vez más?", se preguntó el activista Alberto Yepes, coordinador de la campaña "Sin Excusas 2015, Colombia sin pobreza".
"Las reformas del presidente quitan impuestos a los ricos, mientras los pobres pagan cada vez más. Cuando un trabajador paga impuestos lo hace sobre la totalidad de sus ingresos. Las empresas pagan sobre ganancias. Y la reforma tributaria en estudio disminuiría de 38,5 a 32 por ciento los impuestos de las grandes empresas. Así no se disminuyen las brechas", concluyó. La Misión cuenta con el apoyo de entidades nacionales estatales e internacionales, como el Banco Interamericano de Desarrollo, agencias de cooperación de Corea del Sur, Finlandia, Gran Bretaña y Suecia, el Banco Mundial, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, el sistema de la Organización de las Naciones Unidas, el DNP y los ministerios de Hacienda, Educación y de Protección Social, entre otros.