Las diferencias políticas que cruzan los gobiernos de América Latina y el Caribe emergen detrás del proceso de elección, hasta ahora frustrado, de uno de sus representantes no permanentes ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
Guatemala y Venezuela quieren el puesto que en enero dejará vacante Argentina. Ambos gobiernos protagonizan una encarnizada lucha, iniciada la semana pasada ante los 192 miembros de la Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas).
Luego de tres días y 35 rondas de votaciones iniciadas el lunes pasado sin poder elegir a ninguno de los dos países postulantes, los miembros de la Asamblea del foro mundial volverán este miércoles a reunirse en su sede de Nueva York para un nuevo intento.
Guatemala fue hasta hora el país más votado, pero nunca pudo alcanzar el mínimo requerido, que son dos tercios de adhesiones de los delegados presentes sin contar las abstenciones.
El gobierno guatemalteco considera "lógico" que Venezuela renuncie a su postulación por ser el que recibió menos apoyo. Pero Caracas mantiene firme su candidatura, pues sostiene que está en juego su lucha "contra el imperio (Estados Unidos)", que apoya a Guatemala.
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Las divisiones latinoamericanas ante foros mundiales se evidencian con especial claridad desde 2005, cuando se registró una lucha cerrada entre México y Chile por llegar a la secretaría general de la Organización de Estados Americanos, con cinco rondas de votación empatadas.
En el caso del foro continental, México, cuya candidatura era defendida por Estados Unidos, declinó finalmente su candidatura y abrió el consenso en favor del gobierno centroizquierdista de Chile, que había sido acompañado en la primera instancia por países con autoridades de esa tendencia ideológica y hacia la izquierda.
Las diferencias volvieron a emerger en noviembre del año pasado en la Cumbre de las Américas, celebrada en la meridional ciudad argentina de Mar del Plata, donde el punto de disenso fue el proyecto del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), impulsado por Washington y que tuvo en ese sitio prácticamente su entierro definitivo.
La región de América Latina y el Caribe "está muy lejos de tener una única y fuerte voz en el concierto internacional", explicó a IPS Liliana Iglesias, experta en asuntos latinoamericanos de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Intereses políticos, rencillas internas y fobias respecto de Estados Unidos mantienen los enconos, algo que contrasta con lo que sucede en otras regiones como Europa y Asia, donde los consensos y el pragmatismo son más habituales, añadió esta profesora de relaciones internacionales.
Durante el fin de semana hubo intensos diálogos entre varios países latinoamericanos con la intención de destrabar sus disensos frente a la elección para el puesto en el Consejo de Seguridad de la ONU, pero no se registraron avances mayores.
Así lo indicaron a IPS fuentes diplomáticas mexicanas, que apoyan a Guatemala y pugnan por que Venezuela abandone su candidatura.
Según el embajador de México en la ONU, Enrique Berruga, la tradición diplomática indica que el país (Venezuela) que menos apoyos recibe, luego de tantas votaciones, es el que debe renunciar.
Tal postura es rechazada por Caracas, que entiende a su competencia como una lucha contra los intereses y el poder de Estados Unidos.
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, dijo el fin de semana que, aunque su país no alcance un escaño en el Consejo de Seguridad, en la lucha que libra hizo ya "daño al imperio (Estados Unidos)".
Berruga desecha la idea de que Estados Unidos haya impuesto a Guatemala como su candidato, como alega Chávez, y llamó a Caracas a resolver sus problemas con Washington en el marco bilateral.
"Si Venezuela y Estados Unidos tienen un problema entre ellos, que lo arreglen entre ellos, pero que no bloqueen la dinámica del grupo", indicó el diplomático.
La falta de acuerdo en América Latina para presentar un candidato único ante el Consejo de Seguridad mantuvo la semana pasada varado gran parte del trabajo de la Asamblea General de la ONU. Por ello, varios delegados de gobiernos de otras regiones, se mostraron molestos y llamaron a los latinoamericanos a resolver la situación.
El área de América Latina y el Caribe tiene derecho a dos escaños de duración bianual en el Consejo de Seguridad. Argentina termina su gestión en diciembre y Perú a fines de 2007.
Al no encontrar consenso, Chile sugiere la declinación de las dos candidaturas latinoamericanas y la búsqueda de una nueva, México pide por su parte que Venezuela se retire y Ecuador y Perú son presionados para que abandonen su persistente abstencionismo y opten por uno de los dos postulantes.
Mientras, Uruguay señala que estaría dispuesto a salir a escena como nuevo candidato, siempre que renuncien y lo pidan los otros y haya un acuerdo regional. En la región, los países del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), Bolivia y estados del Caribe apoyan la candidatura de Venezuela, mientras que América Central, México y Colombia están con Guatemala.
Fuera de la zona, los apoyos a Venezuela vienen de China, Rusia, Irán, Vietnam, Malasia, Indonesia, algunos estados árabes y otros de África subsahariana, mientras que Guatemala los tiene de Canadá, Estados Unidos, la mayor parte de la Unión Europea y aliados de las potencias occidentales en Asia, África y Oceanía.
Las votaciones, que son secretas, han ido fluctuando a favor de Guatemala entre 93 y 116 votos, mientras que Venezuela recibió entre 70 y 93 sufragios.