MÉXICO: Derrota en Tabasco debilita a López Obrador

La izquierda de México no logró poner fin el domingo a 89 años de gobiernos del PRI en el sudoriental estado de Tabasco, de donde es oriundo el líder izquierdista Andrés López Obrador, quien apostó todo su capital político al postulante perdedor.

La primera magistratura del tropical estado, ubicado en el Golfo de México, fue una vez más para el candidato del PRI (Partido Revolucionario Institucional). Andrés Granier obtuvo una diferencia de 10 puntos porcentuales sobre su contendiente Raúl Ojeda, del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Eso indican los resultados oficiales preliminares y encuestas a boca de urna realizadas por varias empresas privadas.

Los electores, casi 1,4 millones, debían elegir además a 21 diputados y 17 presidentes municipales (alcaldes).

El PRD denunció irregularidades como la compra de votos y una marcada inequidad en el acceso a los medios de comunicación. El oficialismo distribuyó bicicletas, alimentos y materiales de construcción, según denuncias de la izquierda y de organizaciones no gubernamentales.
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Cinco días antes de los comicios, la policía de Tabasco detuvo a unos 45 militantes de la izquierda a los que acusó de pretender perturbar el proceso electoral. Varios de ellos continúan detenidos.

El PRD, al igual que en los comicios presidenciales del 2 julio, consideró que hubo fraude e indicó que impugnaría los resultados de estas elecciones ante los tribunales.

Los comicios en Tabasco constituyeron la primera prueba electoral de la izquierda tras su derrota en los presidenciales, que dieron como ganador al conservador y oficialista Felipe Calderón, y cuyo triunfo aún no es reconocido por los seguidores de López Obrador, quienes amenazan con impedir que tome posesión el 1 de diciembre.

Ojeda, del PRD obtuvo 42,8 por ciento de los votos, mientras Granier, del PRI, recibió 52,9 por ciento, indicó el Instituto Electoral local en la mañana de este lunes, cuando se habían computado 95,7 por ciento de las urnas.

López Obrador había señalado que el triunfo de su partido en su tierra natal daría aire a su movimiento de resistencia civil, que se inició en julio con la instalación de un campamento de más de 40 días en la capital, seguido con marchas y la organización de una Convención Nacional Democrática, cuyos integrantes lo nombraron "presidente legítimo".

"Los comicios de Tabasco fueron una secuela y una prolongación de las elecciones presidenciales donde estuvo en juego la resistencia civil pacífica de López Obrador", señaló el columnista del diario Reforma, Miguel Granados.

Encuestas indican que la izquierda y su ex candidato presidencial, que en julio obtuvieron la mayor votación de la historia para ese sector del espectro político, han perdido apoyo ciudadano durante los últimos meses.

La dirigencia nacional del gobernante Partido Acción Nacional (PAN), cuyo candidato a la primera magistratura de Tabasco obtuvo apenas 3,5 por ciento de sufragios, tuvo a bien considerar que las elecciones de ese estado indicaban que la ciudadanía no apoyaba las estrategias de López Obrador.

"Él (López Obrador) planteó la elección como un referente y como una confrontación contra Felipe Calderón. Ahora el PRD debe darse cuenta de que esa estrategia no funcionó y que la ciudadanía no quiere eso", dijo a IPS Arturo García, secretario de estrategia electoral del Comité Ejecutivo Nacional del PAN.

El cuanto a legisladores locales y alcaldes de Tabasco, el PRD también perdió frente al PRI, pero de modo más ajustado.

Para el politólogo e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México, Aroldo Romero, la derrota del PRD en Tabasco podría agravar las divisiones de la izquierda y acelerar sus procesos de debate. "Se viene mucha discusión y posiblemente un deslinde de López Obrador de parte de varias de las figuras del PRD", opinó Romero a IPS.

Cuauhtémoc Cárdenas, el fundador de ese partido y tres veces candidato presidencial, y varios diputados señalaron, antes de las elecciones en Tabasco, no compartir la idea de desconocer a Calderón como presidente electo y exhortaron a abandonar esa estrategia.

No obstante, el secretario general del PRD, Guadalupe Acosta, dijo a IPS que no hay fisuras en la izquierda.

Sobre las elecciones en Tabasco, declaró que eran importantes, pero que perderlas no representa un golpe definitivo.

El PRD denunció que el PRI y el PAN se unieron en Tabasco para impedir que Ojeda ganara y así golpear al movimiento de López Obrador.

Ojeda, quien como diputado de la izquierda se opuso a reformas legales que favorecieron a la poderosa empresa de televisión Televisa, recibió en castigo durante la campaña electoral una escasa presencia en los medios de comunicación tabasqueños, dominados por esa misma firma.

Militantes del PRD denunciaron además que el gobierno de Tabasco, dominado por el PRI desde el siglo pasado, entregó recursos públicos a la población para favorecer a su candidato Granier.

Como prueba de ello, exhibieron fotografías y vídeos de depósitos llenos de bicicletas, bolsas de alimentos y sacos de cemento, que autoridades estaduales y militantes del PRI habrían distribuido entre la población.

Estos documentos serán evaluados por los jueces, autoridades facultadas para determinar si hubo irregularidades, así como su magnitud y su incidencia en las preferencias de los electores.

En las elecciones presidenciales, que ganó Calderón por menos de uno por ciento sobre López Obrador, los magistrados detectaron irregularidades, pero las consideraron insuficientes para anular los comicios o revertir el resultado.

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