En el marco de un agravamiento de la situación de seguridad y la profundización de las divisiones políticas en Iraq, surgió una nueva disputa entre líderes kurdos y el gobierno central sobre el acceso a los recursos petroleros del país.
Las autoridades kurdas y las federales en Bagdad intercambiaron duras palabras en los últimos días.
Es posible que la disputa se intensifique luego de que el Gobierno Regional Kurdo, a cargo de las provincias septentrionales de Arbil, Sulaimaniya y Dohuk, presente un publicitado proyecto de ley en el parlamento regional referido al control del petróleo en el norte del territorio.
Este proyecto generó gran malestar en el gobierno federal.
En un intento por calmar la creciente confrontación, la secretaria de Estado (canciller) de Estados Unidos, Condoleezza Rice, instó a los líderes kurdos en su última visita al norte a hacer concesiones a Bagdad sobre la distribución de los recursos petroleros.
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Las autoridades del Kurdistán acordaron compartir una porción no especificada de sus ganancias con Bagdad, pero aclararon que no cederán el control de sus pozos al Ministerio de Petróleo de Iraq.
"No hemos hecho ninguna concesión, y el gobierno kurdo tiene el derecho constitucional de explotar la riqueza petrolera en las áreas bajo su control", dijo a IPS el jefe del Comité Económico y Financiero del parlamento kurdo en Arbil, Dler Shaways.
"Es parte de las características del sistema federal que las regiones puedan gobernarse a sí mismas y controlar sus ingresos", añadió.
Los sucesivos "regímenes en Bagdad han usado nuestra riqueza petrolera para comprar bombas y destruir el país con ellas", dijo Shaways, quien acusó a las autoridades federales de adoptar "un enfoque colonialista en la relación con el Kurdistán".
La disputa comenzó en diciembre del año pasado, cuando el gobierno kurdo oficialmente anunció el descubrimiento de petróleo en la septentrional localidad de Zakho por parte de una pequeña firma noruega.
Estas exploraciones llevaron al ministro de Petróleo, el chiita Hussein al-Shahristani, a declarar que su cartera "no está comprometida con contratos de inversión firmados en el pasado por funcionarios de gobierno de la región del Kurdistán".
La administración kurda en cambio ofreció otras opciones de coexistencia con el gobierno federal si éste se negaba a reconocer su autoridad sobre la riqueza petrolera del norte.
En el curso de los últimos tres años, desde la invasión liderada por Estados Unidos, el gobierno kurdo firmó tres acuerdos para compartir la producción. Los convenios fueron suscritos con las compañías turcas Petoil, en abril de 2003, y Genel Enerji, en enero de 2004, y con la canadiense Western Oil Sands.
Gran parte del desacuerdo sobre la administración del petróleo y la distribución de las ganancias se debió a las ambigüedades en el texto de la Constitución.
La ley fundamental le otorga la propiedad de los recursos petroleros y gasíferos al pueblo iraquí, pero estipula que "el gobierno federal y los gobiernos regionales productores deben asumir la administración del petróleo y del gas extraídos en los campos actuales".
La frase "campos actuales" ha sido aplicada por funcionarios kurdos a aquellos que ya están produciendo petróleo, y no los recientemente explorados.
Muchos ven la disputa como parte de una batalla más amplia de los kurdos por la autodeterminación y de Bagdad por afirmar el control en todo el territorio. El gobierno central teme que la riqueza energética le dé al Kurdistán mayor influencia y más herramientas para desafiar su poder.
Por su parte, los árabes sunitas, que constituyen el núcleo de la insurgencia contra Estados Unidos y el gobierno iraquí, temen que el ejemplo kurdo inspire a los chiitas a tomar un camino similar para controlar las riquezas petroleras del sur.
Mientras, muchos iraquíes lo único que quieren es que se termine la escasez de combustible que sufren desde hace años.
Abdullah Razwan, un empleado público de 32 años, de Arbil, no está interesado en la disputa.
"No podemos comprar un barril de combustible sin gastar todo mi salario mensual. ¿Qué diferencia puede hacer en mi vida quién controle el petróleo?", señaló.