El polémico acuerdo de cooperación nuclear civil entre Estados Unidos e India sufrió un importante revés el fin de semana, cuando el Senado estadounidense entró en receso sin haber votado una ley que le hubiera dado al presidente George W. Bush los poderes necesarios para su puesta en práctica.
El gobierno indio quedó desconcertado y ahora deposita sus esperanzas en una breve sesión del Congreso prevista para mediados de noviembre, cuando se convoque después de las elecciones legislativas del 7 de ese mes a toda la Cámara de Representantes y a un tercio del Senado.
Tanto la administración de Bush como el gobierno indio han hecho un gran esfuerzo para una rápida aprobación de la ley 3709 en el Senado. La Cámara de Representantes ya aprobó una legislación similar amplia. Se esperaba que las dos cámaras reconciliaran los dos textos para producir una ley unificada.
Esta ley implícitamente reconocería a India como un estado nuclear "responsable" y permitiría así el comercio de material atómico civil, a pesar de que Nueva Delhi no firmó el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) de 1970.
El TNP está construido sobre tres pilares: prohíbe a los estados que no poseen armas atómicas adquirir ese tipo de material bélico, compromete a cinco estados con armamento nuclear (China, Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos y Rusia) a adoptar una política de desarme, y permite a todas las naciones acceder a tecnología nuclear sólo con objetivos pacíficos.
[related_articles]
India, Israel y Pakistán también son potencias atómicas, pero no suscribieron el TNP. Corea del Norte asegura tener armas atómicas, aunque eso no ha sido verificado por organismos independientes.
El texto del Senado atravesó por varias complicaciones de procedimiento.
El sábado, los legisladores del opositor Partido Demócrata introdujeron por lo menos 19 enmiendas a la ley y rechazaron la propuesta del líder de la mayoría del gobernante Partido Republicano en el Senado, Bill Frist, de aprobar el texto en su forma actual por "consentimiento unánime", con la promesa de que algunos cambios serían discutidos más adelante.
A pesar de que los demócratas se comprometieron a darle primera prioridad al tratamiento de la ley en la sesión del Senado prevista para el 13 de noviembre, no hay garantías de que entonces se lleve a cabo la votación.
Se calcula que los demócratas lograrán un mejor resultado que los republicanos en los comicios para el Senado y no permitirán que la nueva cámara se reúna antes de enero de 2007.
"Todo esto son malas noticias para el acuerdo", dijo a IPS el experto en asuntos nucleares indio M.V. Ramana, del Centro para Estudios Interdisciplinarios en Ambiente y Desarrollo, de Bangalore.
Es muy probable que se impongan cada vez más condiciones al pacto, limitando el grado de cooperación o exigiendo especiales garantías a India, y no a Estados Unidos, explicó el analista.
Si la ley no es aprobada en el actual periodo legislativo, el proyecto deberá atravesar otra vez todo el proceso de redacción de dos textos separados para las cámaras del nuevo Congreso.
Cuanto más condiciones se impongan al convenio, más se diferenciará de pasados acuerdos firmados por Bush y el primer ministro Manmohan Singh en julio de 2005 y en marzo 2006.
"Está claro que el destino del acuerdo nuclear ahora depende del misterioso proceso y las preocupaciones exageradas que caracterizan a la política interna estadounidense, más que en la dinámica del reflorecimiento de las relaciones estratégicas entre India y Estados Unidos", señaló el analista Achin Vanaik, profesor de relaciones internacionales y políticas globales de la Universidad de Nueva Delhi.
"Las preferencias de varios senadores y los intereses sectoriales influirán en la forma que adopte el acuerdo. La iniciativa ya no está en las manos de India", añadió.
El gobierno indio está particularmente desilusionado tras el resultado del fin de semana, sobre todo después de haber hecho una gran presión a través de su enviado especial, Shyam Saran, y más recientemente por medio del ministro de Defensa, Pranab Mukherjee.
La semana pasada, Mukherjee visitó Estados Unidos y se reunió con congresistas que defienden los intereses de India, así como con miembros del grupo sionista American Jewish Committee e influyentes representantes de la comunidad india.
Grupos empresariales estadounidenses, en particular los industriales y los fabricantes de equipos para la energía atómica, presionaron a favor del acuerdo, dijo Subrata Ghoshroy, del Instituto de Tecnología de Massachusetts, del Centro para Estudios Internacionales en Estados Unidos.
De aprobarse, el acuerdo sería un "triunfo del lobby empresarial", sostuvo. Pero ese triunfo aún debe esperar.