GRAN BRETAÑA-IRAQ: El grito de la mayoría silenciosa

Más de tres años después de la mayor manifestación en la historia de Londres, celebrada entonces contra la invasión a Iraq, la organización Stop the War (Detengan la guerra) convoca a una protesta para este martes en la capital británica.

El propósito de los responsables de la nueva campaña es que las fuerzas de la coalición se retiren de territorio iraquí.

La movilización de 2003 no logró detener la guerra, como era su intención. Pero los hechos suscitados luego de la invasión a Iraq, el 20 de marzo de 2003, confirmaron a los ojos de muchos que los miles que se manifestaron en las calles tenían razón,y el gobierno estaba equivocado.

El creciente desastre militar en Iraq demuestra, según los organizadores de la protesta, que los informes de inteligencia que sirvieron a Gran Bretaña y Estados Unidos para justificar la operación, según los cuales el régimen de Saddam Hussein contaba con armas de destrucción masiva, no resistían el menor análisis.

Stop the War organiza una protesta que se realizará este martes en Londres, a las puertas del Palacio de Westminster, sede del Parlamento.
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Mientras, se realizará en ese recinto el primer debate plenario sobre la presencia militar británica en Iraq, convocado por el Partido Nacional Escocés y el galés Plaid Cymru.

"Es una desgracia que el debate haya sido convocado por dos pequeños partidos", dijo a IPS Lindsey German, de Stop the War. "Eso demuestra que los grandes partidos fueron penalmente irresponsables en torno a Iraq."

El Partido Conservador había respaldado al gobernante Partido Laborista en decisión de acompañar a Estados Unidos en la invasión a Iraq.

La tercera fuerza política de Gran Bretaña, el Partido Demócrata Liberal, se opuso entonces a la guerra, pero ahora ha dejado de pedir que la retirada de los soldados de este país de Iraq.

"Siempre dijeron que, una vez que la guerra comenzara, ellos la apoyarían", señaló German. "Exigen un cambio de estrategia, pero eso, claramente, no alcanza para retirar las tropas."

Dos recientes encuestas de opinión pública mostraron un apoyo mayoritario de los entrevistados británicos —de 61 por ciento en una y de 62 por ciento en la otro— a que los militares sean retirados de Iraq de inmediato.

"Y eso es para un inmediato repliegue de fuerzas", dijo German. "Muchos más apoyan una retirada en una etapa posterior."

Stop the War también hace campaña para que las tropas británicas salgan de Afganistán. La organización se estableció hace cinco años para intentar evitar la invasión a ese país, en octubre de 2001. Su foco se trasladó dos años después a Iraq, donde la invasión resultó ser más dramática, y por lo tanto un error mucho más desastroso.

El centro de las protestas sigue siendo Iraq. La nueva campaña se desarrolla luego de declaraciones formuladas por altos funcionarios estadounidenses y generales británicos de que las fuerzas de la coalición deberían retirarse de Iraq.

El general Richard Dannatt, jefe de las fuerzas armadas británicas, dijo que la presencia militar extranjera en Iraq solamente están empeorando las cosas.

Los efectivos británicos deberían replegarse "pronto", sostuvo. En Estados Unidos, un alto funcionario del Departamento de Estado expresó que el "fracaso" estadounidense en Iraq se originó en "la arrogancia y la estupidez", en un comentario que luego fue retirado.

En los últimos tres años y medio, la organización antibélica realizó protestas ocasionales de escasa convocatoria.

La próxima protesta marca la renovación de la campaña, alentada por el hecho de que altos dirigentes involucrados en la ocupación admitieron que las fuerzas de la coalición se habían equivocado.

Surgen señales de que la opinión pública británica quiere que el gobierno adopte una posición independiente respecto de Estados Unidos.

En un estudio publicado por el diario en The Guardian, 61 por ciento de los ciudadanos británicos encuestados dijeron desear que sus soldados se fueran este año, aunque Estados Unidos quisiera que ellos se quedaran.

Apenas 30 por ciento respaldó al primer ministro Tony Blair en su decisión de mantener las tropas en Iraq siempre que sea necesario. En la última encuesta de The Guardian, en septiembre de 2005, 51 por ciento de los entrevistados se manifestaron favorables al repliegue de las tropas británicas de Iraq.

El viceprimer ministro iraquí Barham Salih dijo la semana pasada en Londres que el gobierno británico no podría cambiar de dirección tan fácilmente. Pero el apoyo al régimen títere en Iraq ha caído.

Al concentrarse ahora en Iraq, Afganistán no puede quedar demasiado atrás en las prioridades. Las tropas británicas no lucen como si estuvieran en una posición triunfante —o incluso de quedarse— tampoco en Afganistán.

Al menos, Gran Bretaña decidió reducir sus efectivos en Iraq. Pero miembros de Stop the War dicen que eso puede no ser suficientemente bueno ni para Gran Bretaña ni para ese país.

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