ELECCIONES-BRASIL: Lula debilitado para segunda vuelta

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva triunfó en las elecciones del domingo en Brasil, con 48,61 por ciento de los votos válidos, pero empieza en condiciones desventajosas la campaña para la segunda vuelta, el 29 de octubre, contra el socialdemócrata Geraldo Alckmin.

Crédito: Partido de los Trabajadores
Crédito: Partido de los Trabajadores
No haber obtenido la mayoría absoluta de los votos para asegurar su reelección en primera vuelta representó una derrota para Lula, que una semana antes disfrutaba de cómoda ventaja, según encuestas. La votación de Alckmin, de 41,64 por ciento, superó todas las expectativas, incluso las basadas en sondeos de última hora o en consultas en "boca de urna", a la salida de los circuitos comiciales.

Ello significa que posiblemente no se haya agotado el empuje de votos hacia el candidato del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), cuya votación superó a la de Lula en las regiones más ricas del país, el sur y el sureste industriales y el centro-oeste agrícola.

El éxito en primera vuelta de gobernadores del PSDB en los dos mayores estados brasileños en población y economía, los meridionales Sao Paulo y Minas Gerais, es otro factor que favorece a Alckmin.

La votación obtenida en Sao Paulo, distrito que tiene 22 por ciento del electorado brasileño con 28 millones de inscriptos, representa una aprobación de la gestión de Alckmin, gobernador paulista desde 2001 hasta inicios de este año. Éste será uno de sus argumentos en los debates de las cuatro próximas semanas de campaña.
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Lula afronta esa nueva batalla también golpeado en su ánimo personal y en su Partido de los Trabajadores (PT). La frustración de su esperada reelección se debió al nuevo escándalo protagonizado por miembros de su fuerza política que intentaron comprar un dossier a empresarios mafiosos con presuntas denuncias de corrupción de candidatos opositores.

La operación no está totalmente aclarada, pero la policía detuvo a dos de sus autores e identificó a por lo menos otros seis miembros del PT como vinculados a la intriga. Las investigaciones pueden producir nuevos hechos negativos para Lula, por ejemplo, si se comprueba que los 1,7 millones de reales (783.000 dólares) que iban a pagarse por el dossier provenían del partido o de dineros públicos.

Una pelea interna, que sería postergada para después de las elecciones, está ya prevista por militantes que acusan a cierto grupo paulista de dominar al PT y de adoptar prácticas que provocaron éste y el anterior escándalo, que estalló el año pasado cuando un aliado extrapartidario, el ex diputado Roberto Jefferson, denunció un sistema de sobornos a parlamentarios sostenido por el partido de Lula.

Pero, basándose en los números de las elecciones, no se puede apuntar un favorito en la segunda vuelta, reconoció Cesar Maia, alcalde de Río de Janeiro, importante dirigente del conservador Partido del Frente Liberal (PFL), coligado al PSDB.

A Lula le faltaron apenas 1,4 puntos porcentuales de votos para obtener la mayoría absoluta. Teóricamente, para asegurarse el triunfo le bastaría atraer una pequeña proporción del caudal de otros candidatos de izquierda, especialmente de Heloísa Helena, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), creado hace dos años por disidentes del PT.

Helena alcanzó 6,85 por ciento de los sufragios válidos y ya anunció que defenderá el voto nulo. Es difícil que ella pueda personalmente recomendar el apoyo a Lula, después de haber acusado al PT de convertirse en una "organización criminal", pero sus simpatizantes y los militantes del PSOL se verán en la disyuntiva de votar al mandatario o de favorecer al candidato de la derecha que acusan de "neoliberal".

A favor de Lula cuenta también que el PT no se debilitó electoralmente como se preveía. Obtuvo 83 diputados, menos que los 91 elegidos en 2002, pero más que los 81 con los que cuenta en esta legislatura tras la salida de varios disidentes.

En las gobernaciones de los estados, el PT logró cuatro gobernadores en la primera vuelta, sorprendiendo en el importante estado nordestino de Bahía, donde Jacques Wagner, ex ministro del Trabajo, triunfó contrariando todas las previsiones y encuestas. En 2002, el PT había conseguido sólo tres gobernadores, y todavía tiene por disputar dos estados más en segunda vuelta, si bien sus postulantes no son favoritos.

La campaña presidencial ahora exigirá debates sobre ideas, programas de gobierno y la práctica anterior de los dos candidatos. La experiencia de Lula, que disputó cinco elecciones presidenciales desde 1989, y los logros económicos y sociales de su gestión pueden favorecerlo, si consigue superar los efectos psicológicos del escándalo y de la expectativa frustrada el domingo.

El desempeño de Alckmin en los debates nunca ha sido brillante y hasta ahora no sufrió críticas a su gestión como gobernador de Sao Paulo. Uno de sus puntos débiles es la inseguridad en ese distrito, instaurada por el crimen organizado que paralizó en dos ocasiones este año algunas ciudades del estado, con incendios de autobuses y atentados a policías, y que promueve frecuentes rebeliones en los presidios.

Además de la disputa presidencial indefinida, las elecciones del domingo han dejado como saldo la consolidación de cuatro grandes partidos, con pequeños avances y pérdidas. Además del PT y de la coalición PSDB-PFL, que protagonizan la lucha por el poder político nacional, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) conquistó la mayor bancada en la Cámara de Diputados, con 89 escaños.

Pero el PMDB no alcanzó sus objetivos de obtener entre ocho y 10 gobiernos estaduales, triunfando sólo en cuatro en esta primera vuelta, mientras disputará otros seis el 29 de octubre.

Además de esos cuatro partidos, sólo tres más superaron la "cláusula de barrera", es decir el límite de cinco por ciento de los votos nacionales que permite a una fuerza obtener derecho al fondo partidario financiado con recursos del Estado, tiempo en televisión y participación en comisiones parlamentarias. Esa medida obligará a una aglutinación de los 29 partidos existentes, 16 de los cuales tienen representantes en la cámara baja o en el Senado.

Los resultados indican que los electores "absolvieron" a algunos políticos acusados de corrupción, así como otras ilegalidades y escándalos anteriores. El diputado electo con el mayor caudal en Sao Paulo, 739.827 sufragios, es Paulo Maluf, ex alcalde y ex gobernador paulista que simboliza la venalidad política en Brasil, pero nunca fue condenado por la justicia.

El ex presidente Fernando Collor de Mello, que en 1992 fue destituido y perdió sus derechos políticos por ocho años también por corrupción, resultó electo senador el domingo por el pequeño estado de Alagoas, en el Nordeste. Lograron asimismo escaños varios ex parlamentarios involucrados en escándalos, como el ex ministro de Hacienda de Lula, Antonio Palocci, quien será diputado por Sao Paulo.

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