Los resultados preliminares de las decisivas elecciones generales en Bosnia-Herzegovina confirman las profundas divisiones étnicas entre bosnios musulmanes, croatas y serbios.
Los conteos preliminares de los comicios celebrados el domingo en ese país de cuatro millones de habitantes, que integró la antigua Yugoslavia, indican que los candidatos abiertamente nacionalistas van ganando la contienda.
Haris Silajdzic, quien fuera ministro de Asuntos Exteriores en tiempos de guerra, obtendría "el cargo de representante de los bosnios musulmanes en la presidencia colegiada que gobierna a Bosnia Herzegovina", indicó este lunes el presidente de la Comisión Electoral Central, Branko Petric, en Sarajevo.
El Poder Ejecutivo está integrado además por un representante croata y otro serbio, según la estructura gubernamental estipulada por los Acuerdos de Paz de Daytona, que pusieron fin a la guerra librada entre 1992 y 1995 en ese país.
El pacto trató de imponer un equilibrio entre los distintos pueblos y establecer una nación multiétnica integrada por bosnios musulmanes, croatas católicos y serbios ortodoxos. Pero las heridas dejadas por la guerra, que se cobró más de 100.000 vidas, no terminan de cicatrizar.
El presidenciable de los croatas mejor posicionado es Ivo Miro Jovic, de la nacionalista Comunidad Democrática Croata, y el de los serbiobosnios es Nebojsa Radmanovic.
Los tres reflejan distintas visiones de futuro, sin muchos cambios desde la guerra
Silajdzic quiere que el gobierno central de Sarajevo tenga más poder, y deseas abolir entidades creadas por el tratado de paz.
Por su parte, Jovic alega que los croatas están en peligro rodeados de bosnios musulmanes y serbios, mientras que Radmanovic considera que no es necesario que Sarajevo tenga más influencia.
El líder de los serbiobosnios, al igual que otros dirigentes, está a favor de un referéndum sobre la separación de la República Sparska, pero esa posibilidad no está contemplada por la legislación.
Bosnia-Herzegovina, según los Acuerdos de Paz de Daytona, está constituida por la República Sparska (serbia) y la Federación de Bosnia-Herzegovina (croata musulmán), con un gobierno central en Sarajevo.
Pero sólo los bosnios musulmanes parecen dispuestos a mantener unida a Bosnia-Herzegovina, mientras los croatas y los serbios miran hacia sus parientes cercanos de Croacia y Serbia, este último país separado de Montenegro luego de un referéndum en mayo que proclamó la independencia de esa diminuta nación de 650.000 habitantes.
"Los líderes electos tienen una ardua tarea por delante", declaró el domingo Christian Shwartz Schilling, director de la Oficina del Alto Representante internacional, que supervisa el proceso de paz y de democratización desde 1995.
La Oficina concluirá sus funciones el año próximo, pues se espera que el país comience a gestionar sus propios asuntos, sin tutela externa. Pero ninguna promesa al respecto apareció en la campaña.
"Poco o nada se hizo en estas elecciones para explicar el futuro de esta nación como un todo", dijo a IPS Zlatko Lagumdzija, del Partido Social Demócrata, desde Sarajevo.
Bosnia está por firmar un acuerdo de asociación con la Unión Europea (UE) para fines de este año.
"Estamos lo más lejos que se puede estar de la UE. La campaña de los partidos se quedó en el ámbito de las divisiones étnicas, y quién le hizo qué a quién" en la guerra, añadió Lagumzija.
La Comisión Electoral Central de Sarajevo indicó que, según los primeros resultados, los partidos nacionalistas dominarán el parlamento central y los de cada región, la República Sparska y la Federación croata musulmana.
La complejidad de los procedimientos determina que los resultados definitivos se conocerán en los próximos 30 días.
El presidente de la Comisión Electoral Central señaló que concurrieron a las urnas 52,7 por ciento de las 2,7 millones de personas habilitadas a votar. Petric se negó a responder si esa proporción se debía a la apatía de la población por no vislumbrar un futuro mejor.
Haris Silajdzic admitió este lunes por la mañana ante electores alborozados que Bosnia aún tiene "representación étnica y no ciudadana".
"Obviamente hay partidos que tienen una concepción diferente, por lo que tendremos que dialogar", agregó.