DERECHOS HUMANOS-PAKISTÁN: Denuncias persiguen a Musharraf

La última gira por Estados Unidos y Gran Bretaña del presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, puso otra vez sobre el tapete a las denuncias de violaciones a los derechos humanos cometidas por su gobierno.

Las organizaciones Human Rights Watch (HRW) y Amnistía Internacional aprovecharon el viaje del mandatario pakistaní la semana pasada para presentar informes sobre el desempeño de ese país de Asia meridional en materia humanitaria.

HRW informó propagados abusos en la parte pakistaní de la provincia de Cachemira, mientras que Amnistía acusó a Musharraf de "vender" sospechosos de terrorismo a Estados Unidos por millones de dólares.

"En Azad (Cachemira pakistaní) hay un estado general de represión política", dijo a IPS Brad Adams, de HRW.

"Para participar de la política, para ser una figura pública o para competir por un cargo, hay que aceptar la idea de que Azad debe ser parte de Pakistán", afirmó, y señaló que la situación es similar en el lado indio.
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"También hay que defender la misma postura en (la provincia india de) Jammu y Cachemira", indicó.

Adams subrayó que existe mucho temor en Pakistán a manifestar oposición al gobierno.

"Hay un gran problema de torturas a personas involucradas en política en Azad, y muchas personas no querrán involucrarse porque temen la violencia de los militares y de la policía", indicó.

"Encontramos a muchos con miedo a hablar con nosotros en Azad sobre estos temas, más que en cualquier otra parte de Pakistán", añadió.

India y Pakistán se disputan el control de Cachemira desde 1947, cuando se independizaron del imperio británico. Se trata de una zona rica en petróleo y cuya población es mayoritariamente musulmana, al igual que Pakistán.

Esta disputa desencadenó tres guerras entre los dos países, por lo que la Organización de las Naciones Unidas creó una frontera provisional —la llamada línea de control— a través de la cual, sin embargo, el intercambio de fuego es aún frecuente.

En la parte bajo control indio, integrada al estado de Jammu y Cachemira, actúan grupos separatistas que han perpetrado en los últimos años varios atentados. Nueva Delhi acusa a Islamabad de respaldar militarmente a esos guerrilleros islámicos, pero el gobierno pakistaní sostiene que sólo les brinda "apoyo moral y diplomático".

HRW divulgó el 12 de septiembre un informe sobre abusos perpetrados en la Cachemira india, en el que también denunció el apoyo que reciben las milicias extremistas de parte de Islamabad.

"Hay abusos de las milicias en el lado indio que son promovidos desde Pakistán, y el informe sobre India trata de eso. Los habitantes de ambos lados son muy infelices", indicó Adams.

Luego de realizado el informe sobre la Cachemira india, HRW vio la necesidad de hacer uno similar sobre lo que ocurría en el lado pakistaní.

"Entendimos como asunto de principios que debíamos ver qué estaba sucediendo en Azad, pues hay una gran propaganda de que esa zona es un paraíso. La idea está menos difundida hoy, pero aún se cree que las cosas sólo van a mejorar cuando Cachemira esté unificada bajo administración pakistaní", afirmó Adams.

Mientras, las declaraciones de Musharraf en Estados Unidos, de que Pakistán había ganado millones de dólares en recompensas por entregar a Washington varios sospechosos de terrorismo, motivaron preocupación en Amnistía.

La organización "ha seguido de cerca las violaciones a los derechos humanos en Pakistán durante varias décadas, y nunca hubo un país en donde detectáramos tan particularmente el fenómeno de las desapariciones, esto es, personas llevadas por la policía o por las fuerzas de seguridad y a quien nunca más se las vuelve a ver", dijo a IPS Sarah Green, de Amnistía.

"Esto significa que no tienen acceso a abogados o a sus familias, y que podrían estar recluidas en centros de detención secretos. No se sabe cómo podrían estar siendo tratadas", añadió.

Amnistía cree que hay cientos de desaparecidos en Pakistán.

"Estas personas primero fueron detenidas por las fuerzas policiales y agentes de seguridad pakistaníes, y muchas fueron entregadas a los servicios de inteligencia estadounidenses", indicó Green.

"Creemos que, de los prisioneros en (la base militar de) Guantánamo, dos tercios fueron arrestados en Pakistán", añadió.

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