COLOMBIA: ELN y gobierno siguen diálogo, pero sin acuerdo

El diálogo iniciado hace 10 meses por el gobierno derechista de Colombia y el insurgente e izquierdista Ejército de Liberación Nacional (ELN) superó la fase «exploratoria» y pasa a una compleja etapa que debería desembocar en la elaboración de una agenda de paz.

La cuarta ronda de esas pláticas, efectuada en La Habana entre el viernes 20 y este jueves, no finalizó con un "acuerdo base" para eventuales negociaciones, sobre cuyo diseño y contenido se estuvo trabajando en estos días, aunque sí se acordó el establecimiento formal de la mesa de diálogo.

En un comunicado conjunto, Luis Carlos Restrepo, alto comisionado para la Paz del presidente Álvaro Uribe, y Antonio García, responsable militar del ELN, consideraron "positivo" para la continuidad del proceso el trabajo realizado durante la llamada "fase formal exploratoria" que comenzó en diciembre en Cuba.

"De todos modos, hay un cambio cualitativo fundamental, pues se consolida el camino recorrido y lleva a las partes a discutir temas sustanciales", dijo a IPS Jaime Zuluaga, integrante de la comisión civil facilitadora del proceso de diálogo entre el ELN y el gobierno de Uribe.

En su opinión, se abre una etapa muy difícil, con tensiones, "pero lo importante es que unos y otros han reconocido la buena voluntad para abordar esos asuntos".
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Según el comunicado, en esta ocasión se logró avanzar en el diseño del proceso, estableciendo dos ejes estructurantes para ese acuerdo base, que incluyen "ambiente para la paz y participación de la sociedad".

Al respecto, "gobierno y ELN presentaron sus propuestas sobre agenda temática", indicó el comunicado, que evaluó como logros la voluntad e identificación de las partes, y el inicio de la creación de un clima para la paz.

Asimismo, el texto destacó que la participación de la comunidad internacional "ha sido significativa para el avance de este proceso de paz".

Como parte de ese respaldo, Canadá, Italia, Holanda, Japón y Suecia se sumaron esta semana en calidad de observadores a los países "acompañantes", Suiza, España y Noruega, y a los que prestan apoyo logístico al diálogo, Cuba y Venezuela.

En declaraciones por separado, Restrepo y García evidenciaron que el trabajo para diseñar una agenda de paz no será fácil, aunque a la vez se mostraron dispuestos a dedicarle el tiempo que sea necesario.

"Vamos aproximando percepciones, aún nos falta decir qué tipo de conflicto es el que vamos a solucionar. Las lecturas son diferentes", dijo García.

Al parecer, la diferencia en este punto sigue siendo profunda. Para el gobierno de Uribe, reelecto en mayo para un segundo mandato que inició en agosto, lo fundamental es acabar con la confrontación armada, mientras el grupo rebelde insiste en que el único camino posible es terminar con las causas sociales, económicas y militares del conflicto.

El "ELN parte de que lo que trata de solucionar es un conflicto político, social y armado. El gobierno tiene otra lectura de lo que se pretende solucionar, porque si se sigue entendiendo que en Colombia hay una amenaza terrorista, va a ser complejo", añadió García.

No obstante, el líder guerrillero consideró que el gobierno colombiano comenzó a "evolucionar y al menos a decir que existe una matriz del conflicto. Eso nos coloca en otra condición de aproximación".

A su vez, Restrepo estimó que para la creación de un ambiente para la paz se necesita "una decisión clara" relacionada con la suspensión de acciones militares por parte del ELN, segunda guerrilla en armas del país después de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

"Eso implica suspensión de acciones contra la fuerza pública, contra la infraestructura, contra la población civil, especialmente el secuestro y la extorsión. Sin un paso en ese sentido, el proceso no avanza", afirmó Restrepo.

El funcionario añadió al respecto que el gobierno ha dicho con claridad que ante una decisión de estas características tendrá una actitud recíproca, con cese de acciones militares ofensivas contra el ELN e inclusive eventuales beneficios jurídicos, si son liberadas las personas secuestradas en poder de esa guerrilla.

Con anterioridad, García había admitido que un acuerdo de cese de hostilidades "hace parte" de la agenda temática a considerar en la mesa de diálogo, junto a asuntos como el desplazamiento forzoso de la población civil, que afecta a casi cuatro millones de personas según estimaciones independientes, y la amnistía para los prisioneros por causas políticas.

"Estamos entrando en una fase nueva de transición que nos pueda llevar a la estructuración de una agenda temática (….) que se podría definir en una próxima reunión a la cual cada delegación llevaría sus propuestas", sostuvo García.

Esa nueva cita podría realizarse a fines de noviembre o principios de diciembre, también en La Habana.

La primera ronda de conversaciones entre el ELN y el gobierno se celebró en diciembre de 2005, la segunda entre el 17 y el 18 de febrero de este año, y la tercera del 25 al 28 de abril.

El ELN y las FARC nacieron en 1964, aunque tienen orígenes diferentes.

El ELN se inspiró en la Revolución Cubana y en la católica Teología de la Liberación, y muchos de sus miembros fueron y son intelectuales. Las FARC, de orientación comunista, tienen una fuerte raigambre campesina y sus fuerzas provienen de la guerra civil colombiana de mediados de los años 40. El investigador canadiense James Brittain les atribuía 46.000 efectivos en 2004.

El conflicto involucra además a escuadrones de la muerte ultraderechistas y estrechamente ligados al narcotráfico, que dicen actuar a favor del Estado y que desde los años 80 se agruparon bajo el nombre de Autodefensas Unidas de Colombia, envueltas desde del año pasado en un polémico proceso de desmovilización.

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