El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva acariciaba este domingo su reelección, cuando el escrutinio oficial le daba casi 50 por ciento de los votos válidos, muy cerca de la mitad más uno que necesita para gobernar hasta 2011.
Según datos de 76,1 por ciento de los votos escrutados, Lula lograba 49,39 por ciento frente a 40,88 por ciento de su principal contendor, el socialdemócrata Geraldo Alckmin.
De acuerdo con la encuesta a boca de urna del Instituto Brasileño de Opinión Pública y Estadística (Ibope), divulgada a las 19 horas de este país, 22.00 GMT, no estaba definido el resultado.
Por los datos recogidos a través de entrevistas a 60.300 electores que acababan de emitir sus sufragios en 445 municipios, de un total de 5.600, Lula obtuvo la mitad de los votos válidos, mientras Alckmin logró 38 por ciento, y Heloísa Helena, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), ocho por ciento. Otros cinco candidatos sumaron cuatro por ciento.
El margen de error de dos puntos porcentuales más o menos, no permitía dirimir la duda —apuntada por encuestas de las últimas jornadas—, antes del escrutinio. Como pocos votos definirán si habrá reelección inmediata o segunda vuelta de los comicios presidenciales, es probable que el resultado final no sea previsible siquiera con 90 por ciento de los votos que estarán escrutados a la medianoche, según la previsión de la justicia electoral.
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Los primeros resultados oficiales del escrutinio, comprendiendo 41,37 por ciento de los votos emitidos por el electorado brasileño de 125,9 millones de personas, y divulgados casi simultáneamente con la encuesta, otorgaban a Lula 46,37 por ciento de sufragios válidos y a Alckmin 43,36 por ciento. Pero la diferencia se amplió a favor de Lula con el paso de las horas.
Como se conoce que el presidente Lula tiene amplia mayoría en el Nordeste y pierde ante su principal oponente en el sur y en especial en el muy poblado Sao Paulo, los resultados, que suelen computar primero los estados más desarrollados, variarán según la evolución del escrutinio.
Con las diferencias regionales, puede ser decisivo el índice de abstención, señalan los expertos. Si es elevada en el Nordeste, perjudicaría a Lula y favorecería la segunda vuelta.
La encuesta a boca de urna también inquirió sobre las intenciones de voto en una eventual segunda ronda, con un resultado de triunfo para Lula con 52 por ciento frente a 48 por ciento para Alckmin. Pero la experiencia electoral brasileña indica que todo puede cambiar en un mes. Una semana atrás, la reelección del presidente era casi segura según las encuestas.
En los estados, la encuesta a boca de urna reveló pocas sorpresas respecto de las elecciones de nuevos gobernadores.
En los dos principales distritos brasileños, por ser los más poblados y de economías más poderosas, triunfó el opositor Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB) de Alckmin, definiendo en primera vuelta a José Serra como gobernador de Sao Paulo, y a Aecio Neves en el meridional Minas Gerais.
Los dos son señalados como probables candidatos fuertes a la Presidencia en 2010. Serra, de 64 años, ya es un líder de perfil nacional, fue ministro de Salud entre 1998 y 2002, durante el gobierno de Fernando Enrique Cardoso, y candidato presidencial derrotado por Lula en 2002, pero luego fue elegido alcalde de Sao Paulo, en 2004, y ahora gobernador estadual con una amplia mayoría, de 58 por ciento de los votos.
Neves es un joven en ascenso, conocido en el país por haber presidido con brillo la Cámara de Diputados y ser el heredero político de un mito de la política brasileña, su abuelo Tancredo Neves, el presidente elegido en los comicios que pusieron fin a la dictadura y cuya asunción en 1985 fue impedida por una enfermedad que lo mató tras una agonía de cinco semanas que conmovió al país.
A los 46 años, Aecio Neves gobierna Minas Gerais desde 2003 y su reelección, con cerca de 75 por ciento de los sufragios válidos, significa una aprobación total de su gestión y el fortalecimiento de su liderazgo.
Además, se verá favorecido por un movimiento, dentro y fuera de su partido, en pro de quitar a Sao Paulo el dominio del poder político nacional. Desde 1995, la Presidencia de Brasil es ejercida por políticos paulistas: Cardoso hasta 2003 y Lula desde entonces. Ambos nacieron en otros estados, pero construyeron su carrera política en suelo paulista.
En cerca de un tercio de los 27 estados brasileños habrá segunda vuelta para definir gobernadores. Entre ellos se incluyen distritos importantes, como Río de Janeiro, Paraná, en el sur, y Pernambuco, en el Nordeste.
La tendencia indica que el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), de centro y dividido en muchos intereses locales y estaduales, conquiste la mayor cantidad de gobiernos estaduales y también de diputados. Por eso es apuntado como fuerza clave en la composición de cualquier gobierno nacional, sea de Lula o de Alckmin, cuyos partidos o coaliciones no dispondrán de mayoría parlamentaria.
El resultado de las elecciones estaduales también podría debilitar al gobernante e izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), de Lula, y fortalecer a la coalición opositora del PSDB con el conservador Partido del Frente Liberal (PFL).
La mayor sorpresa ocurrió en Bahía, otro importante estado del Nordeste, donde la encuesta a boca de urna indicó como favorito a Jacques Wagner, candidato del PT. Si se confirma su triunfo, en primera o segunda vuelta, se pondría fin a un ciclo local de gobernadores del grupo "carlista", encabezado por el actual senador Antonio Carlos Magalhaes, uno de los jefes del PFL.