Desde principios de septiembre, 170 científicos de 25 países exploran por primera vez la isla de Espíritu Santo, en el archipiélago de Vanuatu, en Oceanía, para realizar un inventario sobre la biodiversidad tropical. La riqueza de esta zona es tal que ya catalogaron un centenar de especies.
La misión multidisciplinaria, denominada Santo 2006, busca indexar especies desconocidas hasta hoy, antes que el cambio climático las diezme definitivamente. Las variaciones climáticas, derivadas del uso de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas), producen un aumento en el nivel del mar que pone en riesgo a regiones insulares, como Espíritu Santo, en todo el mundo.
"Por esta razón debemos darnos prisa", dijo a Tierrramérica Philippe Bouchet, naturalista de 53 años y director de la unidad de Taxonomía y Colecciones del Museo de Historia Natural de París (MHN).
"A esta altura de nuestra civilización, continuamos desconociendo la existencia de numerosas especies", agregó Bouchet, quien coordina la misión, en cooperación con científicos del Instituto de Investigación para el Desarrollo de Francia y de la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN).
Junto con el MHN, estos dos organismos escogieron Espíritu Santo como eje de la expedición multinacional porque ha permanecido prácticamente inexplorada y dispone simultáneamente de bosques tropicales y arrecifes de corales, los dos ecosistemas más ricos y más amenazados por el cambio climático.
Además, Espíritu Santo es la isla más grande y más alta del archipiélago de Vanuatu, una cadena montañosa en el Pacífico Sur de más de 1.700 metros de altura coronada por el monte Tabwemasana, de 1.879 metros.
A su relieve se añade su edad geológica. Data del Mioceno, época previa a la última glaciación. El aislamiento geográfico y ecológico de la isla es un factor importante en la evolución y vulnerabilidad de las especies.
Las islas constituyen reservas particularmente ricas en especies endémicas, pero también microcosmos amenazados por especies invasoras.
Según Bouchet, estos microorganismos constituyen la esencia del mundo vivo, por el número de especies, su peso en el conjunto de éstas y el papel que juegan en el mantenimiento de la integridad del planeta.
"Hoy sólo tenemos una visión fragmentada de la biodiversidad", expresó Bouchet. Su afirmación se confirma comparando el número de especies ya inventariadas —1,8 millones— con las estimaciones científicas de que existirían decenas de millones.
La isla también es interesante desde el punto de vista demográfico y étnico. Sus apenas 30.000 habitantes hablan más de 40 idiomas y dialectos.
La investigación para elaborar el inventario constituye un salto cualitativo en un mundo inexplorado. "Poner el pie en un territorio virgen de toda presencia humana es muy intrigante", dijo a Tierramérica Vincent Prié, biólogo del MHN de París. "Uno tiene la impresión de presenciar los primeros balbuceos de la vida".
En las primeras semanas de la investigación, los científicos ya clasificaron una centena de especies cuya existencia era ignorada hasta ahora.
"Dada la riqueza ecológica de Espíritu Santo y sus alrededores, era evidente desde el principio de la misión que aquí descubriríamos especies desconocidas", dijo Bouchet. "Nosotros estimamos que podremos catalogar unas 3.500 especies de moluscos sólo en la región sur de la isla, casi el doble del total de especies presentes en todos los mares europeos".
Una de estas especies, descubierta el 13 de septiembre, es el Scandarma sp., un cangrejo capaz de trepar mangles.
Otra tarea de Santo 2006 es establecer el origen geográfico de las especies asentadas en la isla.
Michel Pascal, etnobiólogo del Instituto Francés de Investigación Agrícola, encontró un caracol gigante invasor. "Este tipo de caracoles viene de África. Es exótico en Oceanía; seguramente llegó a la isla durante la Segunda Guerra Mundial, escondido en un pote de flores. Lo que es seguro es que el caracol es devastador para la vegetación de Espíritu Santo", dijo.
El programa comprende cinco grandes módulos de exploración y clasificación, unificados alrededor de un hábitat particular: los grandes fondos marinos, los arrecifes coralinos, las regiones constituidas por grutas terrestres y submarinas, y las boscosas, tanto en costas como en montañas, y los ríos..
Estos módulos serán estudiados desde una perspectiva única, para estimar la magnitud real de la biodiversidad y ponderar el peso de especies muy raras en la composición de las poblaciones totales.
"La catalogación de las especies de Espíritu Santo permitirá identificar organismos para prevenir los efectos negativos de las actividades humanas sobre la biodiversidad", señaló Bouchet.
Las especies descubiertas en Espíritu Santo serán indexadas en el MHN de París, y el resultado será puesto a disposición del Centro de Información del Convenio sobre la Diversidad Biológica, firmado en 1992 durante la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro.
* El autor es corresponsal de IPS. Este artículo fue publicado originalmente el 14 de octubre por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica.