Al cumplirse tres días del golpe de Estado en Tailandia, se oyeron las primeras voces contra esta «solución militar» a la crisis política que atravesaba el país. Manifestantes se reunieron este viernes para expresar su oposición a la junta, aunque también al derrocado primer ministro Thaksin Shinawatra.
"No a Thaksin. No al golpe", rezaba una pancarta ostentada por unos 20 disidentes congregados frente a un centro comercial capitalino. "No lo llamen reforma. Es un golpe", indicaba otra.
Aunque pequeños en número, estos disidentes dejaron grietas en la entusiasta imagen pintada por los medios oficiales, que aseguraban que el golpe del martes contra Thaksin, que se encontraba en Nueva York para participar de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, contaba con apoyo universal.
Los militares tomaron la medida arguyendo que así pondrían fin a la crisis política sin precedentes que vivía el país, motivada por una creciente oposición a la administración del primer ministro, y salvarían a la nación de una división.
Thanaphol Eiwsakul, editor de la revista Fah Diew Kan y defensor de las libertades civiles y políticas, es una de las principales voces contra los líderes golpistas.
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"Este golpe es contra la democracia, contra la ley. Los anuncios en televisión apoyando el golpe nos piden que respaldemos algo que es ilegal. ¿Daría usted el apoyo a algo que va contra las leyes?", dijo a IPS.
Sombat Boongnam-among, destacado activista por los derechos de las minorías en la septentrional provincia de Chiang Rai, también se levantó contra el nuevo orden político impuesto en este país a través de la ley marcial.
Los líderes golpistas "están censurando la opinión del pueblo y sólo se presenta una opinión, la de ellos. No tengo miedo de ser arrestado. Estoy en mi derecho de expresar mi opinión política abiertamente", dijo a IPS.
Este activista de 38 años, que lidera la protesta, ya sufrió la censura del nuevo régimen. Un sitio web que había lanzado el jueves para expresar sus opiniones sobre el golpe fue clausurado en la mañana de este viernes.
"Tuvimos casi 5.000 visitas en nuestro primer día. El proveedor de Internet dijo que nuestra información era demasiado peligrosa", indicó. Sombat participó de la manifestación este viernes usando una mordaza blanca con la palabra "libertad" repetida tres veces.
El grupo de disidentes, integrado por estudiantes, académicos, periodistas y activistas, parece estar determinado a continuar exigiendo el respeto de la democracia y de los derechos humanos.
Los líderes golpistas han prohibido actividades políticas y reuniones públicas de más de cinco personas, anularon la Constitución y clausuraron el parlamento, de 500 miembros.
También se adoptaron restricciones a la prensa. Además de exigirle a los periódicos y estaciones de radio y televisión que difundan información para promover la "unidad nacional", el gobierno militar también amenazó con tratar con mano dura aquellos que violen las nuevas disposiciones de control de la información.
El analista político Giles Ungpakorn, de la Universidad Chulalongkorn, de Bangkok, subrayó la ironía de las medidas adoptadas por la junta militar, cuyo nombre oficial es Consejo para la Reforma Democrática bajo la Monarquía Constitucional.
"Una de las críticas contra Thaksin usada para justificar este golpe era su control de los medios. Lo que tenemos ahora es 10 veces peor. Estoy contento de que haya voces de disidencia", dijo a IPS.
"Pertenecemos a una red de personas opuestas al golpe. Siempre hemos estado contra Thaksin, pero no queremos una reforma política en un clima de dictadura militar", dijo Giles este viernes a periodistas durante la protesta.
Los militares deben dejar de interferir en la política y volver a los cuarteles, restaurar la Constitución y los derechos de libre expresión, de asociación y de prensa, agregó.
Esta incipiente oposición contra la junta militar surgió en momentos que se busca al candidato ideal para convertirse en el nuevo primer ministro.
El jefe del Ejército y líder golpista, Sonthi Boonyaratglin, anunció esta semana que cedería el poder dentro de dos semanas para permitir la asunción de un jefe de gobierno interino.
Entre los nombres mencionados en los medios de prensa locales figura el respetado ex director general de la Organización Mundial del Comercio y actual presidente de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, Supachai Panitchpakdi.
Otras figuras manejadas son el presidente de la Suprema Corte y el gobernador del Banco de Tailandia (central).
"La tolerancia a este golpe no será indefinida. Tienen que entregar la autoridad a un gobierno civil pronto", dijo a IPS el académico alemán Michael Nelson, especialista en política tailandesa.