La condena a 20 años de prisión contra quien fue asesor del ex presidente Alberto Fujimori, Vladimiro Montesinos, por haber organizado en 1999 un contrabando de armas a las guerrillas colombianas de las FARC, allana el camino para enjuiciar al ex mandatario por el mismo caso.
Montesinos fue condenado el jueves por haber concebido desde el Estado el contrabando de 10.000 fusiles Kalashnikov a las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia).
La pena aplicada por la Primera Sala Anticorrupción es la más alta de las 13 que se han dictado en su contra. Un año atrás fue sentenciado a 15 años de reclusión por haber sobornado con dinero público a propietarios de canales de televisión para que apoyaran la reelección de Fujimori (1990-2000).
El tribunal precisó que Montesinos cumplirá su condena el 17 de marzo de 2023, cuando tenga 77 años de edad.
Pero además tiene pendiente un proceso por su participación como organizador de un grupo de agentes de inteligencia que secuestró, torturó, hizo desaparecer y asesinó a sospechosos de pertenecer al grupo terrorista maoísta Sendero Luminoso. Por esos crímenes de lesa humanidad, la Fiscalía de la Nación ha pedido 25 años de prisión.
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Como parte de su fallo, la Primera Sala Anticorrupción decidió derivar los expedientes del caso al fiscal Jorge Chávez Cotrina, quien está a cargo de la acusación contra Fujimori por encubrir la participación de Montesinos en la entrega de armas a las FARC.
En el proceso se acreditó que Fujimori, en lugar de destituir a Montesinos y ordenar que lo investigaran, ocultó su responsabilidad y lo presentó "como el artífice del descubrimiento del contrabando de armas en una conferencia de prensa", dijo a IPS el procurador ad hoc del caso, Víctor Quinteros.
Para Quinteros existen evidencias de la responsabilidad de Fujimori, quien está preso en Chile a la espera de un juicio por extradición a su país donde, entre otros procesos, tiene pendiente uno por este caso.
"En el proceso contra Montesinos, Fujimori sólo estuvo en calidad de testigo. No como inculpado", explicó Quinteros: "En la exposición de la sentencia a Montesinos, se ha observado que existen elementos que ameritan una investigación para determinar la responsabilidad de Fujimori".
De acuerdo con el contenido de la resolución condenatoria, está probado que Montesinos montó una operación encubierta desde el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), que dirigía en las sombras, con la finalidad de proveer de armamento a las guerrillas colombianas. Para dicho fin reclutó a los hermanos José y Luis Aybar Cancho, familiares del coronel de la policía Manuel Aybar Marca, brazo derecho del ex asesor.
Los hermanos Aybar se hicieron pasar por altos oficiales del ejército y viajaron a Jordania para comprar 50.000 fusiles Kalashnikov. Allí los militares jordanos los contactaron mediante un intermediario, el conocido vendedor de armas Sarkis Soghanalian.
A pedido de Montesinos, los Aybar invitaron a éste a visitarlo en Lima.
El encuentro se produjo en enero de 1999. De acuerdo con las declaraciones de Soghanalian, cuando llegó a la capital peruana, estaba prevista una reunión con Fujimori, a quien incluso llevó algunos regalos. Pero a última hora, Montesinos le informó que el mandatario había cancelado la cita.
Al tiempo que acordaban con Soghanalian la compra de los fusiles, los hermanos Aybar se contactaron con el guerrillero Tomás Medina Caracas, de las FARC, y acordaron la venta.
Las investigaciones determinaron que las armas fueron embaladas en cajas con paracaídas, acondicionadas en aviones Ilyushin y lanzadas sobre el departamento de Vichada, este colombiano, un área bajo control de las FARC.
Pero después de cuatro vuelos, Soghanalian exigió el pago, que los Aybar tuvieron problemas para hacer efectivo. El traficante suspendió entonces la provisión de los Kalashnikov. Pero los 10.000 entregados fueron suficientes para aumentar de modo considerable la capacidad de fuego de las FARC.
Entre la segunda mitad de 1999 y la primera de 2000, las tropas del ejército colombiano chocaron con columnas de las FARC, logrando incautar muchos de los fusiles.
El Departamento Administrativo de Seguridad de Colombia (DAS), la policía secreta, hizo un seguimiento del origen de las armas y determinó que pertenecían a un lote de segundo uso que el ejército de Jordania había comprado en los años 80 a la entonces República Democrática de Alemania.
Los militares jordanos vendieron esas armas supuestamente al ejército del Perú. Pero cuando el DAS pidió información a Lima, ésta negó haber adquirido cualquier tipo de armamento a Jordania.
La explicación no satisfizo a Bogotá. Entonces, el 21 de agosto de 2000, en una sorpresiva conferencia de prensa en el Palacio de Gobierno, Fujimori anunció el hallazgo de una organización de contrabandistas de armas para las FARC y acusó a los hermanos Aybar y a Soghanalian de ser los cabecillas de la conspiración.
Por entonces, el mandatario soportaba un severo cuestionamiento interno e internacional sobre un fraude electoral que le había permitido reelegirse y por las denuncias de corrupción y violaciones de derechos humanos contra Montesinos. Poco después escapaba del país, renunciaba a la Presidencia por telegrama y se refugiaba en Japón.
Pero desde el principio la versión oficial del caso hizo agua: los hermanos Aybar dijeron que actuaron por orden de Montesinos y con conocimiento de Fujimori.
Luego de la caída del régimen, en noviembre de 2000, el ex jefe nominal del SIN, contralmirante Humberto Rozas, dijo la verdad: ni Montesinos ni el Servicio habían descubierto la venta de fusiles a las FARC.
En su testimonio ante el tribunal, Rozas informó que el 10 de agosto, 11 días antes de la conferencia de prensa de Fujimori, tres agentes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) adscritos a la embajada de Estados Unidos le entregaron copias de los contratos suscritos entre los Aybar y los militares jordanos por la venta de armas.
Rozas relató que llevó copias de los documentos a Montesinos, quien luego se reunió con Fujimori, y juntos organizaron la conferencia de prensa con más de una semana de anticipación.
El testimonio del ex jefe del SIN reveló que Fujimori sabía que Montesinos no había descubierto nada y que actuó apenas cuando la CIA entregó los contratos.
Fujimori solía alardear de que estaba al tanto de todas las actividades de Montesinos, pero cuando se confirmó la intervención de su asesor en el contrabando, cambió de versión.
Así lo explicó a los jueces japoneses que lo interrogaron en 2001 a pedido de autoridades judiciales peruanas: "Sabía las cosas que pude conocer, la parte que se podía percibir. Pero no pude conocer todos los hechos que se han descubierto".
"La sentencia impuesta a Montesinos ayuda a demostrar la responsabilidad de Fujimori", dijo a IPS el ex procurador ad hoc del caso, Ronald Gamarra.
"Al menos el delito de encubrimiento está probado", concluyó Gamarra.