PERIODISMO-IRÁN: Otra vez, la censura

Pocos se sorprendieron en Irán con la clausura el lunes del periódico reformista Shargh, que no ha ocultado su desagrado ante el triunfo electoral del presidente Mahmoud Ahmadinejad el año pasado.

Era improbable que el régimen tolerara la provocación que provocó la censura: una caricatura en la que un asno, con un halo alrededor de la cabeza, rebuznaba en un extremo de un tablero de ajedrez, enfrentado con un caballo impávido.

La ilustración de Shargh (oriente, en parsi) era una obvia referencia a Ahmadinejad, que se había ufanado sentirse rodeado de un halo cuando se dirigió el año pasado a la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Analistas políticos atribuyen la medida a la cercanía de las elecciones municipales y para la Asamblea de Expertos, cuerpo de supervisión religiosa y constitucional, para la cual los reformistas parecen haber superado sus divisiones anteriores y encaminarse a la conformación de listas únicas.

"Shargh era una especie de club político para los desilusionados por el resultado electoral. La clausura es el precio que pagan por sus ligeras críticas al gobierno. La situación es de alerta", anotó en su sitio personal en Internet el periodista Akbar Montajabi, quien trabajó en Shargh y otras publicaciones censuradas en ocasiones anteriores.

El gobierno de Ahmadinejad fue descrito la semana pasada por la Sociedad de Defensa de la Libertad de Prensa como "uno de los periodos más oscuros en la historia del periodismo iraní" por sus actos de censura y presión.

En los primeros días de la presidencia del reformista Mohammad Jatami (1997-2005), decenas de nuevos periódicos ganaron popularidad. Pero como las autoridades religiosas restringieron el poder de Jatami a meros asuntos administrativos, el Poder Judicial y otros cuerpos siguieron presionando a la prensa.

En un solo día de abril de 2000, por ejemplo, magistrados conservadores clausuraron más de 15 diarios.

"Desde el traspaso de la presidencia al conservador Ahmadinejad el año pasado, todos los periódicos cayeron en una autocensura cada vez mayor, por temor a otra enorme crisis", dijo a IPS una periodista reformista de Teherán.

"Los diarios, bajo presión judicial, del Ministerio de Cultura y Orientación Islámica, el Ministerio de Inteligencia y el Supremo Consejo Nacional de Seguridad, se volvieron muy conservadores. Pero el peligro de ser clausurados se cierne sobre sus cabezas todos los días", agregó la profesional, que solicitó mantener su identidad en reserva.

"Ningún periódico importante fue prohibido hasta que el gobierno debió clausurar su propio boletín porque publicó una historieta considerada insultante por la comunidad azerí, con el objetivo de calmar violentos disturbios que dejaron varios muertos", sostuvo la periodista.

"Pero la mayoría de los periodistas sintieron que, si se manejaban con cuidado y evitaban ciertos asuntos, sus diarios podrían sobrevivir. Hace un mes, el presidente del parlamento, un conservador, dijo que la 'época de prohibir periódicos' se había terminado. Todos comenzamos a creer que por fin no tendríamos que preocuparnos por nuestro trabajo todo el tiempo", relató.

"En los últimos meses, varios ministerios y, a veces, el Supremo Consejo de Seguridad Nacional recomendaron verbalmente y a veces por escrito a los periódicos no tocar asuntos delicados, como el conflicto nuclear y los disturbios en ciudades azeríes", recordó.

"Hace unas de dos semanas, el Ministerio de Orientación Islámica recomendó a nuestro periódico, en una carta, las agencias de noticias oficiales y 'confiables' que podían ser citadas por los diarios. Las otras fuentes no estaban autorizadas. Al parecer, otros periódicos recibieron la misma directiva", dijo a IPS un periodista de Shargh.

"La directiva nunca fue difundida oficialmente por el ministerio y nadie se atrevió a publicarla. En la lista de fuentes oficialmente aprobadas no figuraban algunos sitios de Internet e incluso organizaciones y personas que integran el gobierno conservador pero critican su desempeño", agregó.

El propio ministro de Orientación Islámica, Hossein Saffar Harandi, ex editor del conservador periódico Keyhan, anunció planes para controlar el uso de Internet.

Sitios de noticias como el portal Roozonline, en persa y con servidores en Europa, el sitio en persa de la cadena británica BBC y Emrouz, afiliado al opositor partido iraní Mosharekat, así como sitios personales de disidentes y activistas de derechos humanos fueron durante mucho tiempo inaccesibles para el público iraní.

"Tenemos planes de detener el crecimiento de los sitios de Internet, incluyendo los weblogs, para hacer el espacio de la información virtual más 'guiado'", dijo Harandi, según citó el periódico Baztab.

Harandi afirmó que los individuos deben ser responsabilizados por lo que escriben y publican en Internet.

Ya hay varios casos judiciales pendientes contra periodistas por publicar en la red. El Poder Judicial iraní es un bastión tradicional de conservadores.

Omid Memarian, periodista iraní radicado en California que escribe para varios periódicos de Internet y portales en persa, e incluso para la agencia de noticias IPS, debe presentarse ante un tribunal el 28 de octubre, dijo a la prensa en Teherán su abogado, Nasrin Sotoudeh.

Memarian será juzgado en ausencia si no regresa a Irán para el juicio. Otro periodista, que publica sus puntos de vista en Internet ya fue condenado a seis meses de prisión en suspenso en la ciudad santa de Qom, en el centro del país, por supuestos insultos al líder supremo iraní, ayatolá Alí Jamenei.

Los editores de libros también sufren restricciones. El Ministerio ha negado el permiso para reediciones autorizadas en el periodo de Jatami o en los primeros días de la presidencia de Ahmadinejad.

"Hay casi un millón y medio de libros que espera permiso para la segunda edición", dijo a IPS un editor y propietario de una librería en Teherán que solicitó mantener su identidad en reserva.

Ibrahim Yazdi, secretario general del Movimiento por la Libertad de Irán, protestó ante el Ministerio de Orientación Islámica en una carta abierta por su negativa a autorizar la publicación de una colección de sus discursos y ensayos, muchos ya impresos en periódicos y revistas, 15 meses después de que solicitar el permiso, informó Shargh el 5 de septiembre.

"En un país donde solamente de 3.000 a 5.000 copias de un libro pueden ser impresas en la primera edición por temor a sufrir pérdidas económicas, la negativa del permiso para impresiones posteriores significa la bancarrota para muchas editoriales, y eso es exactamente lo que el Ministerio quiere", dijo el empresario.

"En ocho años de relativa libertad nacieron muchas pequeñas editoriales, y ahora otras muchas deberán cerrar y el resto sufrirá mayores controles", se lamentó.

El 6 de septiembre, un comité especial del parlamento divulgó los resultados de un estudio sobre el desempeño del Ministerio de Orientación Islámica durante la presidencia de Jatami.

El informe critica severamente a los ex ministros por ser demasiado indulgentes en materia de prensa, edición de libros, autorizaciones de espectáculos musicales, teatrales y cinematográficos, e incluso acusó a ex funcionarios de corrupción.

El informe indica que, de los 659 libros cuya publicación se autorizó en el periodo de Jatami y fueron investigados por el comité, 518 habían sido hallados "defectuosos" por alentar la inmoralidad, ridiculizar valores religiosos o incluir descripciones explícitas de actos sexuales.

"El único medio de comunicación que les quedaba a los reformistas eran los medios impresos", dijo a IPS un analista de Teherán.

"Pero, a medida que se aproximan las elecciones para la Asamblea de Expertos y el Consejo de la Ciudad, fijadas para diciembre, los conservadores se vuelven más cautelosos ante la posibilidad de que los reformistas ejerzan influencia sobre la opinión pública a través de esos medios", señaló.

"La escisión en las filas de conservadores está crece rápidamente. Mientras, los reformistas parecen, por fin, haber manejado sus diferencias, moviéndose hacia una lista única de candidatos. Shargh fue el periódico reformista más leído y pudo haber jugado un rol decisivo en todo esto. Tuvo que ser silenciado como medida preventiva", dijo el analista. ***** +RELIGIÓN-IRÁN: El ayatolá Jeckyll y míster Hyde (https://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=38602) +DERECHOS HUMANOS-IRÁN: Premiada activista en riesgo de cárcel (https://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=38525) (FIN/IPS/traen-js-mj/ks/rdr/mm ic ip cr hd/06)

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