NO ALINEADOS: Hay vida más allá de la Guerra Fría

Cuando fue creado el Movimiento de Países No Alineados (NOAL), a inicios de los años 60 y en plena Guerra Fría, era el mayor agrupamiento político de países en desarrollo que asumía una postura unificada en la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Aún tiene un papel que desempeñar.

Al inicio, el mundo occidental miró al grupo con escepticismo por considerarlo prosoviético y, por lo tanto, antiestadounidense en su concepción de la política global.

El ex presidente de Sri Lanka Junius Jayewardene, quien también presidió el NOAL, reflejó quizá sin darse cuenta la visión occidental cuando en 1979 comentó que "hay sólo dos países realmente no alineados en el mundo: Estados Unidos y la Unión Soviética".

Todos los demás, señaló, están "alineados" con alguno de los dos polos.

Cuando le tocó a Cuba asumir ese año la presidencia del bloque, subrogando a Sri Lanka, el diario The New York Times impuso una estricta directiva editorial en su cobertura: mientras Cuba presida el NOAL siempre se lo debe describir como "el llamado Movimiento de No Alineados". Y así lo hicieron sus periodistas.
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El diario se negaba a reconocer que Fidel Castro fuera el líder de un país verdaderamente "no alineado" como para estar al frente de un movimiento políticamente diverso, a pesar de que uno de los requisitos para integrar el NOAL era la ausencia de bases o efectivos militares extranjeros en su territorio.

Casi 30 años después, Cuba volverá la semana próxima a ocupar la presidencia del movimiento de 116 países, pero esta vez con un envejecido y enfermo Castro, que ha cedido inclusive el mando del país. Ante la ausencia de estrechos lazos militares y políticos con un poder comparable al soviético, ese país quizá resulte más aceptable para Occidente y su prensa.

El NOAL, fundado en 1961, fue principalmente una creación de la Guerra Fría y por eso algunos analistas occidentales sostienen que debió haber muerto con ella, tras la caída del muro de Berlín, en noviembre de 1989.

Pero un diplomático asiático que no quiso dar su nombre señaló que no está prevista una medida tan drástica como esa para la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la alianza militar occidental también producto de la Guerra Fría.

"Si el NOAL no tiene razón de ser tras la Guerra Fría, tampoco lo tiene la OTAN", sin embargo desde entonces ésta ha sido reforzada y no debilitada, arguyó.

Mouin Rabbani, analista político y colaborador de la publicación Middle East Report, con sede en Washington, advierte que el NOAL nunca fue un grupo homogéneo de países y mucho menos una alianza.

"Creo que sería un error descartar (al bloque) por ser un grupo de diversas entidades cuyos intereses colisionan tanto como convergen", dijo Rabbani a IPS.

Está de más decir que la influencia y el peso relativo del NOAL fue mayor en la Guerra Fría por varios motivos. También es verdad que ha sido una potencia dormida e ineficaz desde que terminó ese periodo, agregó.

"Pero yo creo que tiene capacidad para recuperar al menos parte de la influencia y el papel perdidos. Y, a su vez, esto refleja la cambiante situación internacional, en especial el rotundo y reciente rechazo mundial a las políticas de Estados Unidos hacia el tercer mundo", dijo Rabbani.

Como las perspectivas de un mundo unipolar siguen crispando los nervios, es razonable que bloques como el NOAL, que defienden una agenda diferente, se encuentren en mejor posición para presionar por sus intereses y preocupaciones, añadió.

Se espera que al cierre de la cumbre del bloque, que se realizará en La Habana desde el próximo lunes 11 al sábado 16, los miembros adopten una declaración de 88 páginas redactada principalmente por Cuba y el actual país que preside el movimiento, Malasia.

El borrador de la declaración cubre una gran variedad de asuntos, desde la situación en Medio Oriente, Palestina, Afganistán, Iraq y Líbano, hasta cuestiones económicas y sociales como comercio, cooperación Sur-Sur, migración, tráfico de drogas y corrupción.

Pero el único aspecto polémico del texto fue la situación en Medio Oriente, en especial la última invasión de Israel a Líbano.

Singapur, antiguo miembro de la NOAL, expresó fuertes reservas a lo que consideró "una perspectiva tendenciosa e imparcial" de la guerra en el Líbano.

El borrador condena enérgicamente la agresión militar de Israel contra ese país, pero no menciona que la invasión fue producto del secuestro de dos soldados israelíes por el libanés Partido de Dios (Hezbolá), una milicia chiita y prosiria.

El embajador Vanu Gopal Menon de Singapur dijo a IPS que el NOAL podría perder credibilidad si no se muestra políticamente objetivo en su declaración.

En la reunión del Buró de Coordinación del NOAL, realizada en Nueva York la semana pasada, Menon declaró: "Comprendemos la situación en Líbano. Hemos seguido de cerca y con suma preocupación el desarrollo de los acontecimientos en ese país y hemos ayudado a nuestro modo a la población libanesa".

"No hay dudas del respaldo de mi delegación a los derechos del pueblo libanés. Al mismo tiempo, nuestro apoyo al NOAL, a sus principios y objetivos sigue siendo firme", añadió.

Además señaló que los asuntos que el bloque tiene por delante son esenciales. El NOAL debe tener una postura que "debe ser considerada, objetiva y reflejar la realidad".

Pero remarcó una "tendencia perturbadora dentro del NOAL" que parece no inclinarse por considerar otras posiciones de sus miembros, cuanto menos considerar sus propuestas. "Tratamos varias veces de introducir correcciones al texto" de la declaración, "pero no nos dejaron", añadió.

"En cuanto a Palestina, el NOAL de hecho jugó un papel histórico clave, a pesar de sus contradicciones y diferencias internas, al colocar el asunto en el centro de la agenda internacional y darle legitimidad en ese ámbito al movimiento nacional palestino", respondió Rabbani a IPS respecto del papel que el bloque había desempeñado en el proceso de paz de Medio Oriente.

Los logros obtenidos por la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en la ONU en la década del 70, por ejemplo, hubieran sido impensables sin la destacada contribución del NOAL, señaló.

"No creo que el NOAL esté hoy, y de hecho nunca lo estuvo, en posición de tomar medidas decisivas para resolver la cuestión de Palestina, pero sí creo que una vez más puede desempeñar un rol importante colocando la cuestión en la agenda internacional y, lo que no es menos importante, influir en la manera en que se discute el asunto en ese ámbito", indicó Rabbani.

Específicamente, la descolonización siempre fue el centro de interés del NOAL, destacó.

Ante la agonía del proceso de paz y la creciente oposición a las políticas de Israel y a la intervención de Estados Unidos en Medio Oriente, bien podría el NOAL subrayar la importancia de la descolonización como la clave para solucionar la cuestión de Palestina, en vez de considerarla un conflicto entre dos partes iguales, tal como se viene haciendo desde principios de los 90, añadió.

Con el tiempo, esto podría tener consecuencias importantes en la forma en que se formulan y adoptan las resoluciones de la ONU. "En este aspecto, creo que hay razones para tener confianza y optimismo", concluyó Rabbani.

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