MÉXICO: Incierto futuro de Convención Nacional Democrática

En 1813, 1914 y 1994, diferentes fuerzas sociales y políticas de México organizaron convenciones similares a la recién instalada por la izquierda. Las dos primeras cambiaron el rumbo del país, la tercera quedó en el olvido, y la actual despierta esperanzas y dudas.

Doce años atrás, la singular guerrilla indígena del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), en el sureño estado de Chiapas, instaló una Convención Nacional Democrática, con una convocatoria y metas casi idénticas a las que ahora propone la izquierda.

La experiencia fracasó y quedó en el olvido, luego de celebradas varias y multitudinarias sesiones en las selvas chiapanecas a las que acudieron muchos de los protagonistas de la actual CND.

Experiencias similares que corrieron suerte distinta fueron las de 1813 y 1914. La primera, el Congreso de Chilpancingo, reunió básicamente a fuerzas independentistas y fue determinante para sellar la emancipación de México del entonces imperio colonial español.

En 1914, la llamada la Convención de Aguascalientes reunió a facciones y fuerzas de una revolución liderada por Pancho Villa y Emiliano Zapata. De ella emergió, en parte, el actual Estado mexicano.
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El historiador y analista político Carlos Tello señaló que la convención organizada por la guerrilla zapatista en los años 90 nunca despegó, y lo mismo puede suceder con la actual, en la medida en que no logre aglutinar a sectores sociales representativos.

El Congreso de Chilpancingo, en cambio, marcó historia pues llegó a reunir a fuerzas que en su momento tenían el control político de gran parte de país, al igual que la Convención de Aguascalientes, cuyos líderes derrotaron en una guerra revolucionaria al ejército federal de entonces, señaló Tello.

"Afirmar que nuestra convención es una farsa y va al fracaso es no defender la democracia. Quienes dicen eso no están de acuerdo con las demandas de justicia y respeto a la voluntad popular", dijo a IPS Rafael Hernández, coordinador nacional de la Convención Nacional Democrática (CND), instalada el sábado 16 por fuerzas de izquierda.

A propuesta del líder de la izquierda y ex candidato presidencial Andrés López Obrador, derrotado en las elecciones del 2 de julio, la CND reunió ese día en la plaza central de la capital a un millón de personas.

Los asistentes designaron "presidente legítimo" a López Obrador, entre otras resoluciones. El gobierno saliente del presidente Vicente Fox, el gobernante y conservador Partido Acción Nacional (PAN) y algunos dirigentes de la izquierda calificaron a la CND de farsa y señalaron que representaba a un sector minoritario, con resoluciones sin ningún valor.

Según Hernández, el acto estuvo precedido de 10.728 asambleas populares y 168 foros de debate, en los que participaron más de 1,5 millones de personas en todo el país. "Lo del 16 de septiembre sólo fue una plenaria, y eso no lo quieren ver quienes señalan que la Convención representa una farsa", apuntó. "Somos un movimiento pacífico y plenamente democrático", enfatizó.

Los participantes de la CND son en su gran mayoría seguidores de López Obrador y, como él, sostienen que en julio hubo un fraude electoral para favorecer al conservador Felipe Calderón del PAN, declarado presidente electo el 5 de septiembre.

A su entender, todos los poderes institucionales, incluidos los jueces que validaron la elección, actuaron en contra del candidato de la izquierda.

Una vez agotados los canales institucionales para revertir el triunfo de Calderón, López Obrador y su Partido de la Revolución Democrática (PRD) tomaron el camino de la CND, instancia que sesionará cada seis meses.

Desde allí aspiran a presionar por cambios institucionales que lleven a una refundación del país, ahora secuestrado por el poder económico y la derecha, alegan.

También se anuncia la organización de un plebiscito antes de que finalice 2007, en el que se preguntará a los ciudadanos si se debería reformar la Constitución y convocar a una asamblea constituyente.

Para actuar en el ámbito de los poderes del Estado, las fuerzas de izquierda que habían impulsado la candidatura de López Obrador crearon el Frente Amplio Progresista, que reúne al PRD y a los pequeños partidos Convergencia y del Trabajo.

El historiador Lorenzo Meyer, del prestigioso Colegio de México, saludó la creación de la CND y del Frente, y consideró que ambos están llamados a ser protagonistas de la construcción de una democracia con instituciones de mejor calidad y representatividad.

Pero aun desde la izquierda surgieron críticas a esas iniciativas.

El Frente y la CND son "una salida ciega ante lo que fue un mar de posibilidades políticas (para la izquierda), y trata de unificar todas sus incongruencias con acuerdos dictados de manera vertical y autoritaria", opinó Marco Rascón, ex diputado del PRD.

Para Cuauhtémoc Cárdenas, fundador y líder histórico del PRD y candidato presidencial en 1988, 1994 y 2000, la designación de López Obrador en la CND como "presidente legítimo" es un grave error, tendrá un alto costo para la izquierda y no sirve al país.

Cárdenas criticó a López Obrador y a su equipo por actuar de forma autoritaria y no aceptar la crítica ni la derrota. Además, sostuvo, "el camino de la confrontación y no respetar un orden constitucional no dará los mejores resultados para el país".

"Respetamos las opiniones de los compañeros, pero lo que hay en la izquierda ahora es un movimiento democrático y pacífico que lucha por principios y contra el fraude electoral. Cárdenas debería estar junto a este movimiento, aquí es su lugar", dijo el coordinador de la CND.

El trabajo previo a la Convención fue de amplio debate e incluyó la presentación de cientos de propuestas puntuales, que se procesarán en los meses próximos, afirmó Hernández, ex diputado por el PRD y miembro de la dirección de esa fuerza política.

No obstante, reconoció que lo aprobado el día 16 fueron propuestas que en agosto presentó López Obrador a una asamblea pública en la que, como en la primera sesión de la CND, los asistentes mostraron su acuerdo alzando la mano, práctica que "nadie puede negar que también es una expresión de la democracia".

El coordinador indicó que las reuniones y debates de los miembros de la CND seguirán en los próximos meses, según un calendario que incluye la investidura de López Obrador a su cargo simbólico en noviembre, y una nueva reunión plenaria en marzo de 2007.

"Este es un movimiento nacional y democrático que hará historia", sostuvo.

López Obrador recibió el 2 de julio los sufragios de 20 por ciento de los 71,3 millones de electores inscritos en el padrón y, según encuestas, ha perdido respaldo social en las últimas semanas.

Calderón obtuvo apenas poco más —lo votaron 20,8 por ciento de los habilitados—, pero suficiente para ganar.

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