EEUU-IRÁN: Bush accede a dialogar

Mientras en los pasillos de la ONU en Nueva York era evidente el ajetreo para evitar que el presidente estadounidense George W. Bush se topara con su par iraní Mahmoud Ahmadinejad, en Washington surgían señales alentadoras para el vínculo entre los dos países.

Este mismo martes, cuando Bush pronunciaba su discurso anual ante la Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), el ex secretario de Estado (canciller) James Baker anunciaba que la Casa Blanca le había encargado la misión de aceitar el diálogo con Irán.

Baker, copresidente del Grupo de Estudios sobre Iraq creado por el Congreso legislativo, indicó que aún está por determinarse cuándo se reunirá con un "alto representante" de Irán, a quien no quiso identificar. Pero el gobierno estadounidense ya autorizó la entrevista, aseguró.

"Confío en que nos reuniremos con un alto representante del gobierno iraní", dijo en una conferencia de prensa en el Instituto de la Paz, una de las instituciones privadas que apoya con su andamiaje académico al Grupo de Estudios sobre Iraq.

Para muchos en Washington, el anuncio deja en evidencia que la balanza de la política exterior se inclina una vez más en beneficio del ala "realista" del gobierno, en perjuicio de los halcones de extrema derecha encabezados por el vicepresidente Dick Cheney.

Baker es un realista consumado, que, según numerosas versiones, ha manifestado en privado críticas hacia la política del gobierno respecto de Medio Oriente.

Mientras, los halcones de Cheney, también predominantes en las oficinas civiles del Departamento (ministerio) de Defensa, se oponen a cualquier tipo de diálogo tanto con Irán como con Siria.

De hecho, Baker anunció el martes que el Grupo de Trabajo se reunirá esta semana con el canciller de Siria, un vínculo que el gobierno ha boicoteado durante casi dos años. Ya se reunió con el embajador de Siria en Estados Unidos.

Nativo de Houston, en el estado de Texas, la carrera política de Baker comenzó en 1970, cuando colaboró con la infructuosa campaña por una banca en el Senado de George Bush, padre del actual presidente.

En el último año de la presidencia de Gerald Ford (1975-1976), fue subsecretario del Tesoro, y ascendió a secretario en la primera presidencia de Reagan. En la segunda, se desempeñó como jefe del Estado Mayor de la Casa Blanca.

Entre 1976 y 1992 dirigió todas las campañas presidenciales republicanas.

Entre 1997 y 2004, encomendado por el secretario general de la ONU, Kofi Annan, negoció una solución política para el conflicto de Sáhara Occidental.

El Grupo de Trabajo sobre Iraq fue creado por el Congreso y discretamente apoyado por la Casa Blanca en abril, a sugerencia del legislador del gobernante Partido Republicano Frank Wolf.

La convocatoria a Baker fue motivada tanto por los riesgos en Iraq y las amenazas que plantean para todo Medio Oriente como por el tono cada vez más maniqueo del debate sobre política exterior en Estados Unidos.

Baker fue secretario de Estado de la presidencia de Bush padre (1989-1993). Antes de aceptar la designación del Congreso, solicitó el aval a Bush hijo.

El otro copresidente del Grupo de Trabajo es el ex diputado demócrata Lee Hamilton, director del Centro Internacional Wilson para Académicos con sede en Washington.

Los restantes integrantes son cuatro republicanos y cuatro demócratas, entre quienes figuran ex prominentes funcionarios de las presidencias de Ronald Reagan (1977-1989), Bush y Clinton (1993-2001).

La variedad de ideas oscila entre las del halcón republicano Clifford May, experto de la derechista Fundación para la Defensa de las Democracias, y el presidente del Consejo de Políticas para Medio Oriente y embajador retirado Charles Freeman.

Más de 60 expertos en Medio Oriente asisten al Grupo de Trabajo, que a comienzos de este mes estuvo cuatro días en Iraq.

Baker ordenó a todos los miembros del Grupo y a sus colaboradores no hablar con nadie sobre las deliberaciones hasta que su trabajo haya concluido, para no influir en las elecciones legislativas de noviembre.

El informe final será entregado al Congreso y a Bush, y hecho público de inmediato, aseguró Hamilton.

De todos modos, el Grupo de Trabajo aún no comenzó a discutir sus recomendaciones, informaron Baker y Hamilton el martes, en su primera aparición pública desde la creación del cuerpo.

Baker "nunca criticó abiertamente a Bush", sostuvo Steve Clemons, director del Proyecto Estrategia de la New American Foundation.

Los cuestionamientos de Baker se limitaron al modo en que el Pentágono manejó la invasión a Iraq y la ocupación de ese país del golfo Pérsico o Arábigo. De todos modos, condujo una gestión diplomática en 2004 para reducir la enorme deuda externa iraquí.

De todos modos, Baker, cuyo bufete de abogados representa a algunas de las principales compañías petroleras de Estados Unidos, ha cuestionado el alineamiento incondicional de Bush con Israel y la negativa presidencial a dialogar con Siria e Irán.

"Siempre ha sido un impulsor del diálogo", dijo el experto en asuntos iraníes Trita Parsi. El diálogo que encabezará Baker "ayudará a reducir la tendencia pesimista y la pérdida de confianza" entre Estados Unidos e Irán, afirmó.

"El mero hecho de que vaya a haber conversaciones es muy significativo en sí mismo", agregó Parsi.

De hecho, el director del Instituto Baker de Políticas Públicas (dependencia de la texana Universidad Rice que tiene al ex secretario de Estado como presidente de honor), Edward Djerejian, dijo el mes pasado, durante la guerra en Líbano, que el gobierno debería dialogar directamente con Siria e Irán.

Djerejian fue también el principal asesor en cuestiones de Medio Oriente de Baker, y también brindó consejos a la actual secretaria de Estado, Condoleezza Rice. El experto fue el mentor de la actual subsecretaria de Estado para Diplomacia Pública, Karen Hughes.

Rice, quien ha tratado con poco éxito de imponer una política exterior más flexible, en particular respecto de Irán, comparte esos puntos de vista, pero no ha podido aplicarlos por la presión de los halcones como Cheney.

"Me parece que Bush le dio a Rice espacio para avanzar en esta alternativa con Irán y Medio Oriente en general… pero eso no significa que haya comprado el proceso", dijo Clemons a IPS.

Hace 10 meses, el gobierno acordó, a sugerencia de su embajador en Iraq, Zalmay Khalilzad, iniciar negociaciones con Irán sobre la estabilización del área. Pero por presiones de los halcones, dejó de lado la iniciativa. (FIN/IPS/traen-mj/jl/ks/mm na ip ik sp gb/06)

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