El presidente de Bolivia, Evo Morales, le dijo al mundo lo que éste no ha sido capaz de admitir en el último medio siglo: que la coca no es lo mismo que la cocaína, y que no es una droga.
"Esto es coca. No es cocaína", dijo el miércoles el mandatario ante la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) mostrando una hoja de ese cultivo que llevaba en su chaqueta.
Defendiendo el derecho de las comunidades indígenas bolivianas a cultivar ese producto, llamó a adoptar cambios en los esfuerzos internacionales contra el problema de la droga, que se concentran principalmente en la destrucción de las cosechas en lugar de controlar la demanda de estupefacientes.
Morales subrayó que la hoja de coca no sólo provee el sustento básico para las comunidades indígenas de la región andina, sino que también es usada con propósitos religiosos y médicos.
"Es parte de nuestra identidad nacional. Representa a la comunidad y a la colectividad del pueblo indígena", dijo a IPS en conferencia de prensa.
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Morales, quien en diciembre pasado se convirtió en el primer presidente indígena de América del Sur, dijo que planeaba una serie de reuniones con funcionarios de la ONU para defender la postura de su gobierno en este tema.
Por su parte, reiterando que la coca es un narcótico y que su uso tradicional es ilegal, funcionarios de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (INCB) de la ONU sugirieron que podrían entrar en colisión con las pretensiones del gobierno de Morales.
Los acuerdos internacionales son "muy claros en relación con la hoja de coca", dijo Melvyn Levitsky, miembro de la INCB, tras la divulgación de un estudio mundial sobre el uso y la producción de narcóticos.
Desde 1961, la ONU ha adoptado tres tratados sobre control de drogas, y Bolivia los suscribió todos.
El presidente boliviano respondió a la ONU señalando que la opinión general sobre la coca está basada en estudios con enfoque eurocentrista realizados entre 1949 y 1952.
Las investigaciones efectuadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en ese período consideraban a la coca algo dañino, pero estudios más recientes tuvieron conclusiones opuestas, subrayó Morales.
"La coca no daña la salud humana", dijo el mandatario a IPS, citando un estudio de la estadounidense Universidad de Harvard, que concluye que la hoja de ese cultivo "es el mejor alimento del mundo".
Los investigadores "no sólo recomendaron masticarla, sino también comerla", destacó.
Morales señaló que la producción de coca es destinada en su mayor parte a la fabricación de drogas porque hay una creciente demanda de estupefacientes en los países industrializados, que también son responsables del suministro de químicos necesarios para el desarrollo de cocaína. "Le pediría a los países industrializados que comprendan que hay una necesidad de reducir la demanda. Si no lo hacemos, el negocio de la cocaína continuará", afirmó.
El mandatario también instó a las naciones del Norte a tomar las medidas necesarias contra la banca privada responsable de mover "millones y millones de dólares" de dinero proveniente de la droga de un país a otro.
En respuesta a una pregunta, Morales criticó a los programas auspiciados por Estados Unidos de fumigación aérea sobre cultivos de coca propiedad de indígenas en la frontera con Colombia.
"Han gastado una gran suma de dinero en esto, pero ¿cuál es el resultado? Casi nada", dijo a IPS, para añadir que "las acciones represivas o militaristas no son la solución".
En respuesta a otra pregunta, el presidente defendió su decisión de nacionalizar los recursos naturales bolivianos, señalando que las condiciones socioeconómicas del país no pueden soportar un "modelo capitalista y económicamente colonialista" de desarrollo.
No obstante, rechazó las especulaciones de que su gobierno podría expulsar a todas las compañías extranjeras con inversiones en Bolivia.
"No hay expulsión de compañías. Estas tienen el derecho a sus ganancias. Pero nosotros necesitamos socios, no propietarios ni jefes de nuestros recursos naturales", subrayó.