La oposición política de Venezuela acordó este miércoles que Manuel Rosales, gobernador del estado occidental de Zulia, fuera su candidato unitario para disputar la Presidencia al mandatario Hugo Chávez el 3 de diciembre.
Rosales, de tendencia socialdemócrata, cuenta apenas con 16 semanas para remontar la ventaja que significa la sólida implantación de Chávez en todo el tejido del poder y su respaldo popular, que se traduce en 55 a 60 por ciento de intención de voto sin haber comenzado aún abiertamente su campaña por la reelección.
En un país que ha visto largas campañas electorales "estos meses serían muy poco tiempo, pero en Venezuela vivimos condiciones anormales, por la situación política y la violencia verbal que hemos padecido", dijo a IPS Rosales en un diálogo en los últimos días.
Chávez "a lo mejor ha tenido prestados todos esos votos, pero en el país persisten la miseria y el descontento", añadió el hasta ahora gobernador del estado petrolero y ganadero de Zulia, el más rico y poblado del país, con 3,5 millones de habitantes.
Rosales fue ungido tras encuestas que lo mostraron como el oponente político mejor colocado en la opinión pública desde que hace dos meses una decena de aspirantes presentaron sus nombres, pues fue el único que alcanzó dos dígitos en los sondeos.
Sus rivales inscritos para una elección primaria organizada por la asociación Súmate para el próximo domingo, decidieron retirarse, comenzando por su escolta en las encuestas, el joven abogado Julio Borges, del partido centroderechista Primero Justicia.
También se retiraron la jurista Cecilia Sosa, el empresario Vicente Brito, el sindicalista Froilán Barrios, el periodista William Ojeda y el político socialcristiano Omar Calderón.
El editor y ex líder socialista Teodoro Petkoff, quien no participaba en esas primarias, se retiró la semana pasada, en tanto quedan en liza, pero fuera de esos acuerdos unitarios, el joven empresario Roberto Smith, de ínfima figuración en las encuestas, y el comediante Benjamín Rausseo, "El Conde del Guácharo", quien acaba de lanzarse.
Borges, Petkoff y Rosales se habían puesto de acuerdo para apoyar a quien de entre ellos encontrase más eco en el electorado.
"Esto es una reiniciación de la política, es la primera vez que se produce un acuerdo de esta naturaleza dirigido por los políticos. Este no es un candidato de los poderes fácticos, ni de los medios de comunicación, es un candidato surgido de la racionalidad política", opinó Petkoff.
La candidatura de Rosales "puede permitir ir recomponiendo las fuerzas políticas del país, dando lugar al nacimiento de otras, vigorizando algunas de las que ya existen y que en definitiva la política recupere el lugar que le corresponde", agregó.
Rosales, un antiguo maestro de escuela de 52 años, que fue concejal, parlamentario regional y alcalde de Maracaibo, la segunda ciudad del país, dirige un partido zuliano, Un Nuevo Tiempo, desde que en 1995 rompió con la socialdemócrata Acción Democrática, que fue la principal fuerza política del país y ahora, muy disminuida, aboga por la abstención.
Leopoldo Puchi, secretario general del pequeño Movimiento al Socialismo, de centroizquierda, dijo a IPS que "con este clima unitario se puede vencer el letargo, la apatía y la tendencia a la abstención que existe en la población".
En las elecciones parlamentarias de octubre de 2005, de las que se retiraron en bloque los principales partidos opositores, la abstención trepó a cerca de 80 por ciento del padrón electoral.
Puchi estimó que Rosales "debe abrirse a toda la población y no consumirse en su propia salsa opositora. Debe mirar al pueblo insatisfecho que ha venido votando por el presidente y tomar en cuenta sus reivindicaciones y su presencia".
Rosales, al anunciarse el acuerdo que le ungió candidato, hizo un discurso centrado en lo social —eje tradicional de los mensajes de Chávez— y ofreció que su gobierno entregará directamente a las familias un quinto del ingreso petrolero nacional, lo que llevaría a cada hogar entre 280 y 460 dólares mensuales.
Además, cada desempleado (13 por ciento de la población activa, equivalente a millón y medio de personas) recibirá el salario mínimo (230 dólares), y se otrogarán fideicomisos individuales para que cada familia pueda construir, adquirir o reparar su vivienda, ofreció el candidato.
"Lo social será la columna vertebral de nuestra gestión, porque no es posible que seamos un país petrolero tan rico y con un pueblo pobre", clamó Rosales.
Anunció que defenderá la propiedad privada, aunque entregará tierras urbanas y rurales a las familias que las necesiten.
En materia internacional, Rosales propuso "sostener relaciones con todos los países de acuerdo con nuestros intereses y no por razones ideológicas", además de que "no debemos traer conflictos internacionales a nuestro país".
Chávez anunció que desea romper relaciones diplomáticas, políticas y comerciales con Israel y desarrolla una "alianza estratégica" con Irán, en tanto en la región dejó atrás a la Comunidad Andina de Naciones (de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú) y se integró al Mercado Común del Sur, con Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
En la acera oficialista no hubo reacción inmediata al lanzamiento de Rosales, en parte porque el presidente y sus inmediatos colaboradores estaban abocados a recomponer el gabinete, la directiva parlamentaria y el comando de campaña de Chávez.
Chávez y sus seguidores recuerdan frecuentemente que Rosales avaló el efímero golpe de Estado que encabezaron en abril de 2002 el empresario Pedro Carmona y un grupo de generales actualmente exiliados en Colombia.
Por ese motivo ha estado pendiente la apertura de un juicio en su contra, en tanto el Consejo Nacional Electoral decidió permitirle que inscribiera su candidatura presidencial separándose temporalmente, sin renunciar, de la gobernación de Zulia.
Toda la oposición sigue reclamando condiciones más transparentes y confiables que las establecidas hasta ahora para los comicios por el poder electoral.
