El Tribunal Electoral de México concluirá este domingo el recuento de 9,07 por ciento de los votos de las elecciones presidenciales del 2 de julio, en tanto, las dos principales fuerzas en contienda refuerzan sus estrategias de presión y pelean el apoyo popular en vísperas de los comicios para la gobernación de Chiapas.
Felipe Calderón, del gobernante y conservador Partido Acción Nacional (PAN), ha reiterado que el avance del recuento ordenado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación no altera el resultado inicial que le dio el triunfo.
Calderón superó por un margen de 0,58 por ciento de los sufragios a su contrincante, el ex alcalde Andrés López Obrador, según el conteo finalizado por el Instituto Federal Electoral el 6 de julio.
López Obrador, de la coalición izquierdista Por el Bien de Todos, integrada por los partidos de la Revolución Democrática (PRD), del Trabajo y Convergencia, anticipó que no reconocería el resultado del recuento parcial e insistió en sus denuncias de irregularidades y de un fraude en su contra.
La oposición de izquierda, que en los comicios pasó de tercera a segunda fuerza política del país, inició el 30 de julio una resistencia civil pacífica encabezada por López Obrador, en reclamo de un recuento total de los sufragios, como única alternativa para legitimar los resultados electorales.
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El periódico Diario Monitor informó este viernes que Calderón busca el apoyo del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, así como el reconocimiento de su eventual triunfo por parte de otros sectores políticos y empresariales del país.
Para ello, añade el diario, Calderón destinó a Arturo Sarukhán, ex cónsul de México en Nueva York y miembro de su equipo, a difundir su plan de gobierno de coalición, en el que incluiría a miembros del izquierdista PRD.
Otro diario, El Universal, reprodujo fragmentos de un artículo de López Obrador publicado este mismo viernes por el diario estadounidense The New York Times, en el que el izquierdista reitera su llamado al recuento total de sufragios y pide el apoyo de la comunidad internacional vinculada a México por intereses personales, filosóficos o comerciales.
El izquierdista agrega que "la credibilidad de México en el mundo aumentará solamente si clarificamos los resultados" de la contienda presidencial.
Por su parte, Calderón reiteró que los casi 15 millones de mexicanos que votaron por él en los comicios no se equivocaron, pues "optaron por la legalidad" y no por quienes por "ambición personal" propician la pérdida de empleos y la paralización económica mediante protestas, como sucede con los campamentos instalados en la ciudad de México por la coalición Por el Bien de Todos.
López Obrador ha dicho que sólo si se hace un recuento total desmovilizará a sus seguidores y, en tal caso, esperaría y acataría el resultado aun si no le favoreciera. Sin embargo, también ha dicho que no permitirá el triunfo de la derecha, y que de consumarse tras la resolución de las impugnaciones, su adversario sería un "presidente espurio" e "ilegítimo".
El Tribunal Electoral, responsable de calificar los comicios presidenciales y de entregar la constancia de triunfo, tiene hasta el 31 de agosto para resolver los recursos interpuestos, y entre el 1 y el 6 de septiembre deberá determinar, si hay condiciones, quién gobernará al país durante el periodo 2006-2012.
Paralelo al recuento parcial de las mesas de votación impugnadas, López Obrador y sus seguidores continúan con los actos de resistencia civil, consistentes en el bloqueo temporal de las oficinas gubernamentales.
Otra pugna electoral se desató el jueves por los comicios para gobernador del estado de Chiapas, en el sur del país, prevista para el 20 de agosto.
Los candidatos del PAN y del minoritario Partido Nueva Alianza (PNA) declinaron sus postulaciones para sumarse a la candidatura de la coalición formada por los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Verde Ecologista de México (PVEM).
Además, estos últimos han denunciado ante la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Electorales, que está en marcha una "elección de Estado" para favorecer al candidato del PRD en Chiapas.
Los denunciantes afirman que el actual gobernador de Chiapas, Pablo Salazar Mendiguchía —triunfador en 2000 con el respaldo del PRD— actúa ahora respaldando al postulante del partido de López Obrador, Juan Sabines.
De momento, las autoridades electorales estatales no han hallado evidencias que sustenten esa acusación.
López Obrador informó que la próxima semana viajará a Chiapas para respaldar a Sabines, y acusó al PAN y al PNA de negociar su apoyo a la alianza PRI-PVEM a cambio de que éstos reconozcan el eventual triunfo nacional de Felipe Calderón.
De acuerdo con un sondeo del periódico Reforma sobre la contienda por el gobierno de Chiapas, el candidato de Por el Bien de Todos y el de la alianza PRI-PVEM están empatados con 42 por ciento de las preferencias electorales, mientras que el PAN tiene 13 por ciento y Nueva Alianza apenas dos por ciento de apoyo entre los encuestados.
En el plano nacional, una vez concluido el recuento de sufragios en 11.839 urnas de las 130.437 instaladas en los comicios presidenciales, el Tribunal Electoral evaluará los resultados y emitirá un fallo inapelable, cuya fecha de promulgación aún se desconoce.
En un intento por contrarrestar las manifestaciones de la coalición Por el Bien de Todos, la empresarial Confederación Patronal de la República Mexicana y organizaciones como la no gubernamental Sociedad en Movimiento, salieron a las calles y formaron una valla humana para protestar por los bloqueos de los simpatizantes de López Obrador.
Analistas políticos como José Antonio Crespo y Jorge Zepeda Patterson han alertado sobre el riesgo de confrontación entre los simpatizantes de los dos candidatos presidenciales, y han subrayado que el trabajo del tribunal tiene que desarrollarse sin presión alguna.