La ONU propondrá extender un año más su Misión de Estabilización en Haití (Minustah) para aplacar la creciente ola de violencia, anunció el secretario general del foro mundial, Kofi Annan, quien concluyó este viernes una visita al país caribeño.
También solicitará al Consejo de Seguridad la semana próxima un refuerzo de la misión.
Rodeado por miembros jordanos de la misión y en compañía del presidente haitiano René Préval, Annan dijo en el Palacio Nacional de Puerto Príncipe que no se admitirá que la impunidad prevalezca en medio de la inseguridad que dominó el país en las últimas semanas.
"Logramos mucho con nuestra asociación, pero es necesario hacer mucho más", dijo Annan.
El funcionario aseguró que el Consejo de Seguridad de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) considerará la extensión por un año del mandato de la Minustah, cuando lo habitual en estos casos es una prórroga por seis meses.
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También solicitará más expertos para capacitar a la policía haitiana, hoy objeto de acusaciones de corrupción, brutalidad y politización.
"Estamos decididos a trabajar con el gobierno para poner fin" a la inseguridad, aseguró.
"La situación no es fácil, pero con el apoyo de la ONU avanzaremos. El problema de la seguridad, que todos padecen, es el primordial", agregó Préval, quien se dirigió a los funcionarios y periodistas reunidos en el Palacio Nacional en creole, uno de los dos idiomas oficiales de Haití.
La Minustah —integrada, tras la partida de tropas jordanas, por 6.500 soldados y 1.500 policías— es criticada por inacción.
Una ola de delitos y matanzas sacude a este país de ocho millones de habitantes, y en particular a Puerto Príncipe, la capital, tras un periodo de relativa calma que siguió a la elección en febrero de Préval, quien ya había sido presidente de Haití entre 1996 y 2001.
La misión de la ONU asumió sus funciones de una Fuerza Multinacional Interina encabezada por Estados Unidos en junio de 2004, tras la caída en febrero de ese año del presidente Jean-Bertrand Aristide, en medio de una revuelta armada y protestas callejeras.
En los últimos días, cientos de haitianos se vieron obligados a abandonar sus hogares, incendiados y abandonados, y a huir a través del meridional barrio capitalino de Martissant. La violencia pandillera dejó al menos 30 muertos y despobló vecindarios otrora bulliciosos.
El lunes, intensos tiroteos entre miembros de las bandas y efectivos de la ONU cerca del aeropuerto de Puerto Príncipe obligaron a varios automovilistas a circular a toda velocidad y a contramano por las calles principales.
Dos supuestos ladrones fueron muertos a balazos por la policía, mientras robaban a comerciantes en el distrito Rues du Centre de la capital. Y la semana pasada, un policía haitiano fue muerto de un disparo en el centro comercial de la ciudad.
El jefe diplomático de la misión de la ONU en Haití dijo a IPS que esta fuerza procurará la participación de militares especializados para tratar con áreas problemáticas específicas.
"Solicitamos refuerzos adicionales con unidades especializadas contra los secuestros y también unidades como los equipos de SWAT (Armas y Tácticas Especializadas), para que estemos mejor preparados para apoyar a las fuerzas policiales de Haití", dijo a IPS Edmond Mulet, jefe de la misión.
Probablemente cada una de las nuevas fuerzas incluya a unas 100 personas dedicadas a tareas antisecuestros, dijo Mulet.
"La orden es que Minustah estabilice al país, y quienes lo están desestabilizando son los secuestradores y los líderes de las pandillas, también apoyados por intereses políticos, por narcotraficantes y por personas que preferirían tener impunidad en este país", agregó.
"Esperamos que Minustah se concentre a partir de agosto más en hacer cumplir la ley", sostuvo Mulet.
El primer ministro Jacques Edouard Alexis señaló la semana pasada a la emisora privada Radio Metropole que el gobierno de Haití estaba preparado "para usar cualquier medio necesario para que la ley y el orden sean respetados en todo el país".
Los secuestros en la capital haitiana aumentaron de 39 en junio a 61 en julio, según la fuerza de tareas antisecuestros de la ONU.
Minustah es la más reciente de una serie de misiones de la ONU que funcionaron en el país en los últimos 15 años.
En septiembre de 1993, en medio de una dictadura militar que había depuesto a Aristide en su primera presidencia, la ONU formó una para ayudar en la implementación del acuerdo alcanzado por las dos partes en la neoyorquina Isla de Gobernadores, en julio de ese año.
En 1996, esa misión fue transformada en Misión de Apoyo de las Naciones Unidas en Haití (Unsmih), que hasta 1997 intentó reafirmar las nacientes instituciones democráticas del país. Luego hubo otras dos misiones de la ONU, que duraron hasta 2000.