Mientras arrecian en México la violencia y las presiones de los cárteles del narcotráfico sobre el gobierno, algunos dedos apuntan hacia el vecino del norte, Estados Unidos, un actor clave del negocio mundial de las drogas.
El éxito del combate al narcotráfico está sujeto a que Estados Unidos ejerza un control riguroso de la transferencia de tecnologías y precursores químicos a países donde se producen drogas tradicionales y sintéticas, y aplique estrategias preventivas del consumo dentro de sus fronteras, dijo a IPS el diputado mexicano Lucio Lastra Marín, del gobernante Partido Acción Nacional.
En lo que va del año, se han cometido en México más de mil asesinatos ligados a disputas entre narcotraficantes en este país. La Procuraduría General de la República, fiscalía nacional, ha identificado a sicarios al servicio de los cárteles del Golfo, Sinaloa y Tijuana entre los principales adversarios que se disputan centros de distribución en zonas turísticas.
Estados Unidos es el principal mercado para las drogas y también juega un papel central en la distribución de componentes para su elaboración.
En junio, el director de la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas de la Casa Blanca, John Walters, dirigió elogios al gobierno mexicano por su cooperación permanente en el combate al narcotráfico y el tráfico de precursores químicos (sustancias que intervienen en la elaboración de diferentes drogas) desde el arribo de Vicente Fox a la Presidencia, en 2000.
El zar antidrogas estadounidense resaltó la coordinación entre ambos países para abatir la producción y distribución de metanfetaminas, y aseguró que se vigilaba de modo permanente la producción de laboratorios farmacéuticos mexicanos y la distribución de sustancias como la efedrina en Estados Unidos.
Walters resaltó que era indispensable la cooperación binacional para lograr el éxito de la Estrategia de Control de Drogas Sintéticas, impulsada por el presidente George W. Bush.
Las metanfetaminas, en cuya elaboración se emplea la efedrina, son drogas sintéticas impuras que causan daños irreversibles en el cerebro de quien las consume.
Tras el robo violento de una tonelada de efedrina de las instalaciones de un laboratorio en la ciudad de México, el responsable de la seguridad pública, Joel Ortega, declaró que los hábitos de adicción han cambiado al aumentar el consumo de metanfetaminas y disminuir el de cocaína.
Para el especialista Luis Astorga Almanza, del Instituto de Investigaciones Sociales de la estatal Universidad Nacional Autónoma de México, en las últimas nueve décadas los gobiernos se han centrado en combatir el consumo de drogas y arrestar al mayor número posible de narcotraficantes, una estrategia que no ha funcionado y ha radicalizado las represalias del crimen organizado.
Astorga Almanza sugirió enfocarse en las alternativas que ofrecen investigadores de diversas instituciones, y propuso crear en México el centro de investigaciones especializado en problemas relacionados con el narcotráfico.
En cambio, se pronunció por no imitar las políticas que se aplican en otros países, como en Colombia o en Estados Unidos, ya que atienden a otros contextos.
Rosa Hilda Valenzuela, del opositor Partido Revolucionario Institucional, que gobernó México por siete décadas hasta 2000, comentó que el problema del narcotráfico "ya no es sólo nacional, sino internacional", lo que obliga a diseñar estrategias globales enfocadas a su origen.
Un informe del Ministerio de Salud divulgado en junio, señaló que en México 3,5 millones de personas de entre 12 y 65 años han consumido drogas alguna vez en su vida, y de este universo, unas 500.000 son adictas.
Para atender este problema, se creó el Consejo Nacional contra las Adicciones que depende del Ministerio de Salud.
Este organismo, con base en la Encuesta Nacional de Adicciones que será presentada este mes, asevera que a partir de 2003 comenzó a registrarse una disminución en el consumo de cocaína, y alerta sobre el riesgo de que esta tendencia se revierta, pues esa droga es de fácil acceso a través del mercado de estupefacientes al menudeo.
El procurador general Daniel Cabeza de Vaca informó a legisladores en febrero que la venta al menudeo de drogas se había triplicado en los últimos ocho años, pues en 1997 se registraron 13.228 casos y en 2005, 33.885, por lo cual este negocio ilícito se ha convertido en un asunto de seguridad nacional.
El fiscal urgió a los legisladores a aprobar una reforma legal para penalizar la pequeña venta como un delito grave, y asignar más recursos para combatir esta práctica. El proyecto establecía además qué tipo de drogas y qué cantidades podían tener en sus domicilios o transportar para consumo personal las personas adictas.
Pero este aspecto causó el desagrado de Washington y también despertó resistencias internas.
"Nos faltó informar más a la población en qué consiste esta reforma legal, se malinterpretó y creó confusión, por eso el presidente Fox decidió vetar la reforma que había sido aprobada por la Cámara de Diputados", dijo Lastra Marín.
No se trata de legalizar el consumo de drogas, sino de aceptar que hay adictos que requieren tratamiento, precisó.
El legislador añadió que si se legisla en ese sentido, "como ya se ha hecho con éxito en Holanda", los narcotraficantes verán cómo se reduce su mercado ilegal. En México se trabaja en el combate al tráfico de drogas, en medidas de prevención a las adicciones y en la readaptación, así como en reformas legales que den al Estado más recursos y facultades para combatir este delito.
El embajador de Estados Unidos en México, Antonio Garza, ha señalado que las drogas amenazan la relación bilateral, destruyen familias, generan delincuencia y convierten a la zona fronteriza en un lugar muy peligroso.
Según cifras del estatal Centro de Integración Juvenil, en las ciudades fronterizas de Tijuana y Mexicali, 80 por ciento de las personas que consumen drogas optan por las anfetaminas.
El Informe Mundial 2006 de la Organización de las Naciones Unidas sobre el Consumo de Drogas, difundido en julio, apunta que 162 millones de personas en el planeta consumen cannabis (marihuana), 35 millones son adictos a las anfetaminas, 16 millones a la heroína y 13 millones más optan por la cocaína. (FIN/IPS/ar/dcl/ip he cv sl/06)