El gobierno canadiense ya no brinda información basada en investigaciones sobre cambio climático.
Según el opositor Partido Liberal de Canadá, el gobierno del conservador primer ministro Stephen Harper ha limpiado desde comienzos de julio sus sitios web de información sobre el recalentamiento planetario y el Protocolo de Kyoto, convenio internacional que dispone la reducción de emisiones de gases invernadero.
Ahora, al visitar la página http://www.climatechange.gc.ca/, los internautas encuentran el siguiente mensaje: "El sitio de cambio climático del gobierno de Canadá no está disponible actualmente."
En el tiempo relativamente breve que Harper lleva al frente del gobierno, el primer ministro canadiense ha recibido reiteradas acusaciones de seguir los lineamientos que marca el presidente estadounidense George W. Bush.
Ahora parece haber asumido el hábito del gobierno de Bush de mezclar ciencia y política, suprimiendo intencionalmente información de sitios web oficiales relativos al cambio climático y sus consecuencias.
[related_articles]
Además, funcionarios de su gobierno trabajan en secreto en el diseño de su plan "Hecho en Canadá" en materia de ambiente, sin participación significativa de organizaciones especializadas. La presentación del plan está prevista para octubre.
El escepticismo de Harper sobre el recalentamiento planetario coincide con el de Bush, que en muchas ocasiones afirmó que no está científicamente comprobada su vinculación con las emisiones de gases invernadero, producto, en buena medida, de la quema de combustibles fósiles.
El propio primer ministro canadiense cuestionó la base científica del cambio climático, al calificarla de "hipótesis controvertida".
Un experto en asuntos ambientales que ha asesorado a Harper, Bob Mills, describió el Protocolo de Kyoto, ya ratificado por el parlamento de Canadá durante el anterior periodo de gobierno, como "un gran complot socialista".
Según una declaración emitida el mes pasado por el Partido Liberal, el equipo de Harper "se está comprometiendo en una ciencia revisionista, eliminando sistemáticamente las referencias al cambio climático de los sitios web del gobierno".
"Este es un gobierno que niega el cambio climático", dijo John Godfrey, experto liberal en asuntos ambientales. "A ellos no les gusta la ciencia, y ahora quieren censurarla. Esto es orwelliano."
Por su parte, el parlamentario liberal Mark Holland destacó que el gobierno de Harper "está estrechamente vinculado a importantes escépticos sobre el cambio climático en Estados Unidos y en la industria del petróleo".
"Este gobierno tiene antecedentes de escuchar a las personas con dudosos puntos de vista sobre el ambiente y el cambio climático. Ellos fingen estar interesados en un enfoque 'Hecho en Canadá'", pero, acotó Holland, el proyecto es apenas un pretexto para no hacer nada.
"El sitio sobre cambio climático ofrecía antes un análisis ampuloso pero realista del problema, y un relato altruista, aunque poco convincente, de lo que el (anterior) gobierno hacía al respecto", escribió el periodista Richard Littlemore, en un comentario publicado en julio en el sitio DeSmogBlog.com.
"Eliminar una referencia a Kyoto no tiene importancia", pero "las palabras 'cambio climático' han sido suprimidas de todo" el sitio "excepto su título", sostuvo Littlemore, quien además es asesor de la firma canadiense de relaciones públicas James Hoggan & Associates.
Holland atribuyó al experto estadounidense en opinión Frank Luntz, vinculado con el gobernante Partido Republicano, "la estrategia del gobierno (canadiense) de simular preocupación por el ambiente mientras desmantela programas sobre cambio climático y limpia los sitios web del gobierno de cualquier información que demuestre que el recalentamiento del planeta existe".
Luntz, quien se reunió con Harper y sus correligionarios conservadores a comienzos de este año, es un encuestador y estratega político de alto perfil que durante más de una década ayudó a dar forma a la agenda política y a los mensajes del Partido Republicano.
Hendrik Hertzberg, de la revista The New Yorker, recientemente atribuyó a Luntz como la creación de "innovaciones lingüísticas como 'impuesto de la muerte' para referirse a los gravámenes a la propiedad y 'cuentas personales' para alentar la privatización de la seguridad social".
Una sección de un conocido memorándum de 2002 dirigido por Luntz a candidatos republicanos al Congreso legislativo llevaba como título "Ganar el debate sobre recalentamiento planetario: una perspectiva general".
En ese memorándum, Luntz aconsejaba a los candidatos "continuar haciendo de la falta de certeza científica un asunto primordial en el debate".
El experto sostuvo que "el principio más importante en cualquier discusión sobre recalentamiento planetario es su vínculo con las ciencias durasà El debate científico se está cerrando, pero aún no está cerrado. Todavía hay una ventana de oportunidades para desafiar a la ciencia".
Paradójicamente, mientras los gobiernos de Bush y de Harper todavía se aferran a este libreto, Luntz parece haber cambiado su posición en materia de cambio climático.
En un documental estrenado hace poco por la cadena televisiva británica BBC, Luntz previó que "la mayoría de la gente concluirá que el recalentamiento global realmente ocurre y que el comportamiento humano está afectando el clima".
Luntz afirmó haber actuado con rigor cuando le dio sus consejos al Partido Republicano. Pero agregó que si el gobierno de Bush todavía cuestiona a la ciencia "es su responsabilidad".
"Yo no soy el gobierno. Lo que ellos quieren hacer es problema de ellos. Y eso no tiene nada que ver con lo que yo escribo. Ni con lo que yo creo", agregó.
Un comunicado de prensa del Partido Liberal también señala la "cercana amistad" de Harper con Gwyn Morgan, ex presidente de la firma de gas y petróleo canadiense EnCana.
Morgan es "un importante escéptico sobre el cambio climático de la provincia de Alberta, a quien Harper intentó infructuosamente designar en un puesto de gobierno", según los liberales.
"Todo esto tiene que ver con el control de la información, no con el control de los gases invernadero", dijo Godfrey. "El gobierno estaría encantado si el público canadiense simplemente se olvidara del recalentamiento planetario, y no vamos a permitir que eso ocurra."
El gobierno de Harper se comprometió a elaborar antes de octubre una exhaustiva iniciativa en materia de ambiente, la cual supuestamente incluirá programas de reducción de emisiones de gases invernadero.
Funcionarios del gobierno sostienen que han buscado un amplio espectro de puntos de vista al respecto, pero, según el periódico The Chronicle Herald, "muchas organizaciones ambientales dicen haber sido dejadas afuera".
"La realidad es que el público no fue consultado en absoluto", dijo Ann Coxworth, de la Sociedad Ambiental de Saskatchewan, una de las organizaciones de la Red Acción Climática, coalición de instituciones dedicada a convocar foros públicos y talleres sobre cambio climático en varias ciudades canadienses.
El gobierno liberal había elaborado el denominado Proyecto Verde, pero los conservadores lo frenaron apenas llegaron al poder.
La presentación de una nuevo programa en materia ambiental parece seguir los pasos del plan de energía pergeñado por el vicepresidente estadounidense Dick Cheney.
La Fuerza de Tareas de Energía de Cheney trabajó en secreto y aceptó las recomendaciones de empresas públicas y de las industrias del petróleo, el gas, el carbón y la energía nuclear, según un informe del Consejo de Defensa de los Recursos Naturales.
Al igual que Cheney, Harper excluyó a las organizaciones ambientales y trabajó "en estricto secreto", según The Chronicle Herald.
"No nos están informando lo suficiente de lo que intentan hacer como para que nosotros les demos algún consejo significativo", dijo John Bennett, director ejecutivo de la Red de Acción Climática.
"Necesitamos tener un plan en el que puedan trabajar todos los canadienses juntos. No se logra un plan como el que se anuncia metiéndolo por la puerta de atrás y anunciándolo seis meses después", se lamentó Bennet.
(*) Bill Berkowitz es un connotado observador del movimiento conservador estadounidense. Publica periódicamente la columna "Conservative Watch" en la revista electrónica WorkingForChange.org.