La mayoría de los nepaleses que acudieron antes del jueves a la oficina del ex juez de la Corte Suprema de Justicia Laxman Prasad Aryal para formular a tiempo sus propuestas de reforma constitucional formulaban lo mismo: la instauración de la república.
"Tenemos una enorme presión para declarar la república, pero como la constitución será provisoria no podemos tomar una provisión de carácter tan permanente", dijo Aryal a IPS, poco después de concluido el plazo establecido para recibir iniciativas sobre el futuro institucional de Nepal.
Mientras realizaba estas apreciaciones en su casa en Katmandú, otros miembros del Comité de Redacción del Borrador de Constitución Interina que él mismo preside trabajaban horas extra en la recepción de sugerencias de numerosos ciudadanos.
El Comité ni siquiera había previsto consultar al público, pero "la gente estaba muy ansiosa" por elevar sus aportes. "Nos decían: ustedes deben incorporar nuestros deseos", agregó.
Aryal también colaboró en la redacción de la constitución de 1990, elaborada tras una intensa movilización popular que obligó al entonces rey Birendra a establecer una democracia multipartidaria en esta pequeña nación del sur de Asia ubicada entre las gigantescas China e India.
El actual Comité está integrado por legisladores tras la restauración en abril de la Cámara de Representantes, que había sido disuelta en 2002.
El actual rey Gyanendra, hermano de Birendra, se vio obligado en abril a ceder el poder absoluto que se había arrogado el 1 de febrero de 2005, en un golpe de Estado, por una enorme movilización popular.
La tarea del Comité es fijar normas para la disolución de la Cámara de Representantes, instalar un gobierno interino y conducir el proceso hacia las elecciones para una asamblea constituyente que elaborará una carta política definitiva.
La constitución temporaria regirá durante dos años hasta la elaboración de la definitiva, sugirió Aryal, quien estuvo 18 días encarcelado durante las movilizaciones de abril por protestar contra el estado de sitio.
La restauración de la actividad parlamentaria fue uno de los acuerdos alcanzados entre siete grandes partidos políticos y la insurgencia maoísta a fines de 2005. Los legisladores tendrían la función de gobernar interinamente hasta la elección de una asamblea constituyente, como reclamaban los rebeldes.
La insurgencia maoísta considera que sólo una asamblea de ese tipo podría crear un sistema político que represente a las mujeres, a los indígenas y a los "dalits", el estamento inferior del rígido sistema hindú de castas, excluidos del poder en los 237 años de historia moderna de Nepal.
En 1996, los maoístas se lanzaron a la insurgencia armada en defensa de los derechos de los oprimidos y por el reemplazo de la monarquía constitucional por un sistema republicano.
Hoy, los maoístas no figuran más en la lista de delincuentes más buscados, y sus dirigentes están enfrascados en una guerra de palabras con el gobierno del primer ministro Girija Prasad Koirala, del centroizquierdista Partido del Congreso Nepalí.
Los líderes insurgentes acusan a los políticos de faltar a su promesa de disolver con presteza la Cámara de Representantes. Los políticos replican que no establecerán el gobierno interino hasta que los rebeldes entreguen sus armas.
Los dirigentes parecen más interesados en sus cargos que en el futuro del país, según aryal. "Les dije a los legisladores: 'En esta Cámara hay una conspiración contra la elaboración de la constitución interina. Retrasarla es postergar la asamblea constituyente.'"
Aryal describió el futuro gobierno interino como "una especie de asamblea popular que actuará como parlamento e incluirá a los siete partidos y a los maoístas".
"Los maoístas dicen que la sociedad civil debería ser incluida, pero los siete partidos no quieren eso, porque temen que así dispondrán de menos escaños", agregó el ex juez.
Representantes de la sociedad civil anunciaron este jueves que protestarán en las calles la semana próxima por la lentitud del gobierno hacia la convocatoria a elecciones para la asamblea constituyente.
Las organizaciones femeninas condenaron la ausencia de las mujeres entre los seis miembros del comité de redacción del proyecto constitucional. Dirigentes políticas bloquearon calles y realizaron piquetes frente a oficinas de representantes de los partidos para manifestar su desazón.
Entre el centenar de propuestas por escrito al Comité, una, formulada por la dirigente del Partido Comunista Purushottam Prasad Pokharel, exige equidad de derechos para las mujeres y el fin de la práctica ilegal, aunque habitual, de la poligamia.
Pokharel aceptó en su iniciativa "una monarquía ceremonial en que el rey no tenga poder real" y una política exterior más amplia que ponga fin a la dependencia de India. (