El gobierno de España considera relevante en lo inmediato «apagar el incendio» provocado en Medio Oriente por el ataque militar israelí contra poblaciones y entidades civiles en Palestina y el Líbano, enfatizó este jueves el ministro de Asuntos Exteriores de España, Miguel Ángel Moratinos.
Para ayudar a enfrentar la catástrofe producida en Líbano por los ataques israelíes, el gobierno español anunció este jueves el aporte de un millón de euros (1,3 millones de dólares), una décima parte de los 10 millones (13 millones de dólares) que aportarán los 25 países de la Unión Europea (UE).
Desde el miércoles 12 han muerto unas 300 personas en Líbano, la gran mayoría civiles, por la ofensiva israelí contra el islámico Partido de Dios (Hezbolá), la milicia de origen chiita y prosiria que secuestró 10 días atrás a dos soldados de Israel.
Esa acción fue la causa esgrimida por Israel para iniciar sus ataques y bloqueo contra el vecino Líbano, respondidos a su vez por bombardeos de Hezbolá. Las bajas israelíes se cuentan en algo menos de 30, 15 de ellas civiles.
Madrid está dispuesta a enviar efectivos para una fuerza de paz que podría disponer la Organización de las Naciones Unidas (ONU). El secretario general del foro mundial, Kofi Annan, ya dialogó sobre esa iniciativa con el presidente del órgano ejecutivo de la UE, José Manuel Durâo Barroso, y con el máximo responsable de la política exterior europea, Javier Solana.
Pero esa misión militar debe ser aprobada primero por el Consejo de Seguridad de la ONU y por el parlamento español, admitió Moratinos al hablar este jueves en el Forum Europa, convocado en Madrid para discutir sobre el conflicto.
Mientras, masivas manifestaciones se celebraron este jueves en Madrid y otras ciudades españolas en reclamo de paz en Medio Oriente y contra la acción militar israelí en el Líbano y en la franja de Gaza.
Convocaron a esas protestas el gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE), la coalición Izquierda Unida, las dos centrales sindicales mayoritarias, Unión General de Trabajadores y Comisiones Obreras, y varias organizaciones no gubernamentales, entre ellas la Plataforma 2015, Paz Ahora, la Asociación Hispano-Palestina Jerusalén, el Consejo de Juventudes y la Plataforma de Mujeres Artistas.
Bajo el lema "Paz en Oriente Próximo", los manifestantes pidieron un cese inmediato de la violencia, señalando que "nunca podrá haber una solución militar para este conflicto" si no media un reconocimiento mutuo de dos Estados, el palestino y el israelí.
Los organizadores reclamaron al gobierno español, a la UE y a los miembros del Consejo de Seguridad que "actúen con urgencia", antes de que la crisis adquiera mayor dimensión.
El conflicto en Medio Oriente tuvo una repercusión interna inesperada en España, por las críticas que despertó el jefe de gobierno José Luís Rodríguez Zapatero al fotografiarse el miércoles rodeado por un grupo de jóvenes socialistas y luciendo un pañuelo palestino que le había colocado uno de ellos.
La imagen —que fue acompañada de un duro discurso de Zapatero contra la "desproporcionada" respuesta militar israelí— fue criticada por dirigentes de la comunidad judía española y del opositor y derechista Partido Popular (PP).
Gustavo de Arístegui, portavoz de política exterior del PP, calificó de "inoportuna y extemporánea" esa fotografía.
Más duro fue el empresario Mauricio Hatchwell, dirigente de la comunidad judía madrileña, quien dijo a Moratinos en el Forum Europa que Zapatero dio una muestra del "antisemitismo" del gobierno español al posar para esa fotografía.
El portavoz parlamentario socialista Diego López Garrido arguyó que la imagen fue producto de la casualidad y la espontaneidad de jóvenes asistentes al Festival Internacional de las Juventudes Socialistas, que sorprendieron al mandatario colocándole el pañuelo al cuello.
Moratinos dijo a IPS que no hubo "una pose" de Zapatero. El canciller rechazó de modo tajante las afirmaciones de Hatchwell y el presunto incendio causado por esa imagen.
"El único incendio que el presidente desea apagar es el conflicto de Oriente Próximo", dijo.
España se considera amiga de Israel y, como tal, "no es hacerle un favor decirle que está en la buena dirección" cuando se piensa que actúa equivocadamente, dijo Moratinos. No se deben confundir las críticas al gobierno con un rechazo al pueblo israelí, "gran error que a veces muchos representantes del mundo judío cometen", indicó.
El gobierno español está muy preocupado por Israel, agregó el ministro. "¿Israel se siente más seguro ahora? Digo que no. Desgraciadamente, las acciones unilaterales no han aportado más seguridad a Israel", e incluso en ocasiones le han dado alas a grupos como el palestino Hamas (Movimiento de Resistencia Islámica) o Hezbolá, al permitirles creerse "la única resistencia" a la política de Tel Aviv, aseveró Moratinos.
El canciller es considerado un experto en Medio Oriente. Fue director general de Cooperación con el Mundo Árabe (1991-1993), embajador en Israel (1994-1996) y representante de la Unión Europea en el Proceso de Paz en Medio Oriente (1996-2004).
Moratinos se mostró convencido de que los europeos pueden jugar un papel decisivo para cambiar la situación en Medio Oriente, porque sus países tienen peso económico y visión democrática.
Pero falta que crean que lo pueden hacer y que tomen nota de cómo la crisis puede afectar la seguridad de Occidente. "¿O es que pensamos que eso no afectará a la seguridad de España y de toda Europa?", interpeló..
El debate sobre esta nueva fase del viejo conflicto árabe-israelí no ha hecho más que empezar en España.
El diario madrileño La Razón publicó este jueves una entrevista al embajador israelí en España, Víctor Harel, quien expresó preocupación por las declaraciones de gobernantes españoles que afectan las relaciones bilaterales, ya que su país "tiene derecho a la autodefensa".
El secretario de Estado de Relaciones Internacionales de España, Bernardino León, afirmó que Israel "debe poner fin a sus acciones bélicas y al bloqueo integral del Líbano" y procurar la resolución de la crisis por "medios pacíficos".
Además, el gobierno español exige a Hezbolá que libere incondicionalmente a los soldados israelíes secuestrados y que "se abstenga de ejecutar nuevas acciones armadas" contra el territorio de Israel, agregó León.
En opinión de Madrid, Hezbolá "ha de disolver su milicia, de modo que pueda restaurarse plenamente en Líbano la autoridad estatal", concluyó.