El acuerdo nuclear entre India y Estados Unidos tiene grandes probabilidades de ser aprobado en ambas cámaras del Congreso legislativo estadounidense, tras el visto bueno que le dieron dos comités parlamentarios.
Diplomáticos indios consideran que el último e imprevisto acontecimiento, los siete misiles lanzados por Corea del Norte esta semana, puede ser de gran ayuda al acuerdo. Las pruebas crearon gran consternación en Corea del Sur, Estados Unidos y Japón. India podría capitalizar esto a su favor.
El acuerdo nuclear cuenta con un fuerte respaldo de sectores empresariales de Estados Unidos, de la poderosa comunidad india-estadounidense en ese país y de los grupos de presión sionista-judíos, de gran influencia en Capitol Hill (sede parlamentaria).
Pero en India, las opiniones están aun más divididas que antes del debate en el Congreso legislativo de Estados Unidos. La mayoría de los partidos políticos se oponen al acuerdo tal como ha sido reformulado en ese país.
De hecho, salvo el Partido del Congreso de India, que lidera la coalición gobernante del primer ministro Manmohan Singh, ningún otro sector ha salido en su defensa.
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Eso se debe en parte a que el contenido de las resoluciones aprobadas por mayoría la semana pasada en los comités de Relaciones Exterior del Senado y de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, difiere hasta cierto punto de lo que habían acordado Singh y el presidente George W. Bush en julio de 2005 y en marzo de este año, con motivo de la visita del último a India.
"En parte, la creciente distancia del acuerdo se debe a que los legisladores de Estados Unidos introdujeron cambios que obedecen a las exclusivas y unilaterales preocupaciones estadounidenses", señaló M. V. Ramana, físico y experto independiente del Centro de Estudios Interdisciplinarios sobre Ambiente y Desarrollo, con sede en la sureña ciudad de Bangalore.
"Algunos de esos cambios están en artículos no vinculantes y en el preámbulo, y no tienen consecuencias operativas. Pero ofenden la sensibilidad de los indios, quienes son muy susceptibles en asuntos relacionados con el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP) al que no adhirieron India, Israel ni Pakistán", añadió.
En el plano político, la oposición más dura al tratado nuclear proviene del derechista partido nacionalista hindú, Bharatiya Janata, que argumenta que el acuerdo no favorece a India y no debe mantenerse porque atará a futuros gobiernos.
En el plano científico, las críticas más férreas provienen de ex altos funcionarios de la Comisión de Energía Atómica.
Dos ex presidentes de esa Comisión, Homi Sethna y P. K. Iyengar, arguyen que el acuerdo limitará la capacidad de India para producir "un mínimo de armas nucleares como elemento de disuasión", permitirá que sus plantas de energía sean inaceptable e impertinentemente inspeccionadas por la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), y atará permanentemente al país a Estados Unidos.
Sethna sostuvo que sería preferible firmar el odiado TNP, en vez del acuerdo con Washington. "El TNP puede ser discriminatorio, pero siempre podemos salirnos, mientras que con este tratado, India permanecerá atada a perpetuidad".
El TNP es un asunto tabú en el discurso político de India.
Hubo otras críticas al convenio, pero con argumentos diferentes. Los partidos de izquierda, que gozan de una voz poderosa a pesar de su representación de siete por ciento en el parlamento, señalaron las condiciones que interfieren con la independencia de la política exterior india, por ejemplo en sus relaciones con Irán.
La resolución votada por el comité de la cámara baja estadounidense exige, en una sección no vinculante, que India se una a Estados Unidos para aislar y sancionar a Irán por sus pretensiones en materia de desarrollo nuclear.
La izquierda también arguye que en su forma actual, el acuerdo altera la secuencia de pasos que debería dar India.
Por ejemplo, bajo acuerdos anteriores, India debía negociar salvaguardas especiales con la AIEA y obtener aprobación del Grupo de Proveedores Nucleares —integrado por 45 países fabricantes de materia prima para el desarrollo de energía atómica— luego de que el Congreso estadounidense aprobara el tratado. En cambio, las nuevas fórmulas indican que debe hacerlo antes.
Los partidos de izquierda se oponen a que India tenga armas nucleares y a que efectúe más ensayos de armamentos, pero no quieren que Estados Unidos dicte una prohibición unilateral a dichas pruebas.
La Coalición de Desarme Nuclear y Paz, que reúne a más de 250 organizaciones, también se opuso al acuerdo, principalmente porque legitimará las armas atómicas de India (y de Estados Unidos) y marcará un retroceso en la campaña internacional por el desarme.
"También avivará una competencia malsana entre India y Pakistán, que está resentido con el acuerdo con Estados Unidos", indicó Shukla Sen, integrante de esa coalición con sede en la occidental ciudad de Mumbai (ex Bombay).
La coalición criticó duramente a los ultraconservadores de la Comisión de Energía Atómica por realizar reclamos alarmistas y exagerados acerca de que el acuerdo limitará el programa de armas atómicas. "Permitirá que India importe uranio y aumente su programa nuclear", sostuvo Sen.
El gobierno de Singh tiene por delante la ardua tarea de responder a las críticas internas, tanto de izquierda como de derecha. El parlamento comenzará a sesionar a fines de este mes.
"También tendrá que enfrentar dos desafíos más del exterior", indicó el físico Ramana.
"Uno de ellos es tratar de conciliar las diferentes resoluciones de ambas cámaras del Congreso (de Estados Unidos) para que favorezcan a India. El segundo es conseguir que el acuerdo sea aprobado por el Grupo de Proveedores Nucleares, una asociación informal de gobiernos que tratan de controlar la propagación de la tecnología militar", añadió.
En su campaña ante Estados Unidos, Nueva Delhi trabaja estrechamente con el Comité Judío Estadounidense, una poderosa organización sionista que está ayudando a atenuar los cambios más radicales de las resoluciones del Congreso.
En este momento, Walter F. Isaacson, director de asuntos gubernamentales e internacionales del Comité Judío Estadounidense, está en Nueva Delhi para mantener conversaciones con diplomáticos, funcionarios y políticos indios, destinados a "revisar el estado de situación" y planificar los próximos pasos.
Además de escribir y llamar por teléfono a los parlamentarios "nuestras 32 oficinas en Estados Unidos también contactaron a los representantes federales en sus circunscripciones", informó a la prensa Isaacson.
"A estas alturas, no puedo estar tranquilo", dijo Isaacson según el diario The Economic Times. "El Comité Judío Estadounidense, junto con la embajada de India en Washington, tratará de influir en la aprobación de los dos proyectos y su 'conciliación'. Al final, la inversión traerá sus réditos", añadió.
El Grupo de Proveedores Nucleares puede representar un problema mayor que el Congreso de Estados Unidos si algunos de sus miembros más recalcitrantes expresan su opinión en su próxima reunión de septiembre. Se considera que muchos de los Estados que lo integran, como China, Brasil, Japón, Sudáfrica y los países nórdicos, no se sienten cómodos con el acuerdo India-Estados Unidos.
Estados Unidos está trabajando duro para asegurarse de que no haya desacuerdos públicos respecto del tratado, según informó el periódico Nuclear Fuel. El Grupo de Proveedores Nucleares toma todas sus decisiones por consenso, por lo que es de suma importancia para Washington que no se ventile ningún desacuerdo.
En medio de estos cabildeos y negociaciones, Corea del Norte efectuó el martes siete pruebas de lanzamiento de misiles.
"India debe aprovechar en silencio la turbación causada en Estados Unidos y Japón, y ya que estos fueron los primeros ensayos con misiles de Corea del Norte después de los de 1998, Japón debe despertar respecto al asunto de la seguridad", dijo el diario The Times of India.
Las pruebas norcoreanas pueden servir para destacar el vínculo entre los misiles nucleares de Corea del Norte y Pakistán, tradicional rival de India, ya que "cierto número de misiles pakistaníes deben su origen a Pyongyang", señaló este jueves ese diario.
El periódico expresó el deseo de estos los hechos pudieran "contribuir a que Japón adopte una perspectiva más madura" ante el acuerdo India-Estados Unidos.
"Ante la perspectiva del sermón atómico japonés, India corteja a Japón para conseguir su apoyo en el Grupo de Proveedores Nucleares. India esperaría que Tokio adoptara una visión más 'razonada' sobre el debate nuclear que enciende a esta parte del globo", indicaron fuentes que pidieron reserva.
El incidente norcoreano podría inclinar a Japón a favor de India en el seno del Grupo de Proveedores Nucleares.