Los ensayos con misiles realizados esta semana por Corea del Norte sacudieron a toda Asia Pacífico y desataron una nueva crisis que durará por largo tiempo, alertaron analistas de la región.
"En Japón, la reacción contra Corea del Norte es muy fuerte en este momento. China llama a dar una respuesta más suave. La situación es muy delicada y dependerá de la inminente reacción en la Organización de las Naciones Unidas (ONU)", fue el sombrío análisis del profesor Masao Okonogi, experto en asuntos norcoreanos para la japonesa Universidad de Keio.
Okonogi subrayó la enorme preocupación desatada en Japón por la noticia de que Corea del Norte había lanzado siete misiles al mar entre el martes y el miércoles.
El malestar japonés hacia de Corea del Norte ya era grande antes de los ensayos misilísticos. Tokio aún protesta ante Pyongyang por el secuestro de 13 ciudadanos japoneses en los años 70 y 80 para usarlos en el entrenamiento de espías norcoreanos.
Ahora, el gobierno del primer ministro Junichiro Koizumi encabeza un llamado internacional para adoptar medidas severas contra Pyongyang, como impedir el descenso en puertos japoneses de la tripulación de los barcos norcoreanos e interrumpir los viajes de funcionarios japoneses a Corea del Norte.
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Pero es improbable que la prohibición de ingreso al "Man Gyong Bong-92", un ferry norcoreano dedicado al transporte de pasajeros y mercaderías, le genere problemas a Pyongyang, y tendría valor puramente simbólico, según observadores.
"El gobierno norcoreano tiene que ser castigado por Japón y Estados Unidos", opinó Kaoru Sakata, una ama de casa de 53 años, que compró todas las ediciones extra de los periódicos japoneses sobre las pruebas con misiles de esta semana.
Japón lidera gestiones en el Consejo de Seguridad de la ONU para sancionar a Corea del Norte, y para ello procura acercarse aun más a Estados Unidos.
"Los miembros del Consejo de Seguridad, especialmente los permanentes (China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia), no deberían hacer nada que lleve a Corea del Norte a creer que tiene adeptos", dijo Shinzo Abe, principal secretario del gabinete japonés, ante una audiencia internacional el jueves.
Abe, un conservador, se refirió a la iniciativa japonesa de presentar un proyecto de resolución en el Consejo de Seguridad castigando a Corea del Norte por las pruebas y calificarlas de "inaceptables".
Okonogi dijo a IPS que, si no se aprueba la resolución —sobre la que China y Rusia ya se muestran reticentes— Corea del Norte se sentirá más fuerte y se agravarán las ya problemáticas relaciones en Asia oriental.
Song ll Ho, embajador de Corea del Norte a cargo de la normalización diplomática con Japón, dijo el jueves a periodistas en Pyongyang que, aunque Tokio anunció sanciones, "está en su interés frenarlas".
Kim Myong Chol, norcoreano residente en Japón que preside el Centro de Paz Coreano-Estadounidense y que visita frecuentemente Estados Unidos, dijo el viernes a periodistas que "Corea del Norte no dudará en atacar de nuevo si es provocada por Estados Unidos o Japón".
Kim habló de posibles respuestas con armas nucleares si Washington se embarca en una escalada armamentista en torno a Corea del Norte, y agregó que las sanciones japonesas eran una "provocación".
Informes de prensa también señalan que Corea del Norte se está preparando para un segundo lanzamiento de misiles intercontinentales Taepodong-2.
El experto estadounidense en temas norcoreanos Bradly Martin explicó que la belicosidad de Pyongyang era similar a los pasos previos dados por la dirigencia estalinista de la antigua Unión Soviética para usar las pruebas con misiles como estrategia para iniciar conversaciones con Estados Unidos.
Martin subrayó que los ensayos de esta semana fueron realizados en el marco de un diferendo con Washington, que impuso sanciones contra un banco de Macao sobre el que recaen sospechas de lavado de dinero para Corea del Norte.
También hay informes de que los ensayos pretendían causar indignación y temor en Japón para forzarlo a imponer sanciones y congelar las relaciones bilaterales, con el fin de dejar así en suspenso la polémica por los secuestros.
"El objetivo era solamente crear tensión y confusión, y obligar a Japón y a Estados Unidos a ir a la mesa de negociaciones", dijo a los medios japoneses Baek Seung Joo, director de un equipo de investigadores sobre asuntos norcoreanos en el Instituto Coreano para Análisis de Defensa, con sede en Seúl.
Aún está por verse si se logrará este objetivo. Pero, como señalan los analistas, los ensayos con misiles definitivamente indignaron a los japoneses, quienes insisten en que se debe hacer algo urgente para contener la amenaza norcoreana.
El influyente periódico Yomiuri criticó a la ONU en un editorial publicado el viernes por no haber una resolución contra Corea del Norte cuando disparó un misil de prueba en agosto de 1988, destacando que, desde entonces, el país continuó con su plan de desarrollo nuclear.
"El problema para Japón es que otros países no se toman la amenaza de Corea del Norte tan seriamente", señaló el diario, y criticó a Estados Unidos por no tomar medidas más severas. También llamó a Japón a "preparar un medio efectivo para defenderse".