El golfo de Corcovado, que alberga en el sur de Chile por casi cinco meses al año a cientos de ballenas azules que buscan alimento, está en vía de convertirse en área marina y costera protegida.
La ballena azul es el animal más grande del mundo (puede superar los 30 metros de longitud) y aún se considera en peligro de extinción, ya que la industria ballenera redujo su población a tres por ciento en el hemisferio sur.
Los cetáceos de esta especie comenzaron a ser observados en 1999 por un grupo de científicos en el mar adyacente a la isla de Chiloé y el golfo de Corcovado, entre la X y a XI región del país, mil kilómetros al sur de la capital de Chile.
Según las investigaciones más recientes, estos gigantescos mamíferos arriban junto a sus crías a la zona en febrero para alimentarse de krill, un crustáceo abundante en la zona, y abandonan las costas chilenas entre junio y julio.
Este descubrimiento contradice los tradicionales postulados científicos que señalan que la ballena azul (balaenoptera musculus) migra en verano hacia los polos para alimentarse y en invierno hacia los trópicos para dar a luz a sus crías y reproducirse.
Considerando la importancia mundial del hallazgo, la Comisión Regional del Medio Ambiente (Corema) de la X región de Los Lagos, la Universidad Austral de Chile y el Centro Ballena Azul (CBA) elaboraron en 2003 una propuesta técnica para convertir el sector en Área Marítima y Costera Protegida de Múltiple Usos (AMCP- MU), categoría distinta de un santuario natural.
"Optamos por una categoría más amplia, de manejo integral de ecosistemas, que se deriva del Protocolo de la Comisión Permanente del Pacífico Sur (creada en 1952 por Perú, Ecuador, Colombia y Chile)", explicó a Tierramérica Rodrigo Hucke-Gaete, investigador del CBA.
"Se puede declarar una gran área marina y costera protegida, combinando la protección del ecosistema y las actividades productivas que allí se realizan", añadió..
En 2004 y 2005 se llevaron a cabo una serie de "talleres de socialización" para dar a conocer públicamente la propuesta, con la participación de representantes del gobierno central, autoridades locales, empresarios salmoneros y turísticos, además de la comunidad.
La iniciativa es apoyada por todos los sectores, inclusive por los dos multimillonarios que poseen terrenos aledaños al golfo de Corcovado: el empresario ecologista norteamericano Douglas Tompkins y el ex candidato a la presidencia chilena por la oposición derechista, Sebastián Piñera..
Una vez perfeccionada la propuesta se presentó a la Comisión Regional de Uso del Borde Costero de la X región, integrada por autoridades gubernamentales y representantes de los sectores productivos y turísticos de la zona, que la aprobó por unanimidad en marzo.
Ahora está en manos de la comisión del mismo nombre de la XI región. Si la respuesta de esta entidad también es afirmativa, deberá ser estudiado por los ministerios de Defensa, de Economía y Secretaria General de la Presidencia, los cuales deben emitir un decreto que es finalmente firmado por el Presidente de la República.
Chile ya ha declarado tres áreas marítimas y costeras protegidas de múltiples usos gracias al proyecto "Conservación de la biodiversidad de importancia mundial a lo largo de la costa chilena", desarrollado por la gubernamental Comisión Nacional del Medio Ambiente (Conama) desde 2005.
La Conama postuló este proyecto al Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF son sus siglas en inglés) para apoyar, en una primera etapa (2005-2010) la designación de tres áreas protegidas y diseñar un completo sistema de administración.
A largo plazo, el organismo pretende formar una red de áreas protegidas, fortaleciendo las asociaciones público-privadas y promoviendo el turismo de naturaleza.
"En estos momentos, nuestro principal objetivo es crear un marco institucional reglamentario y de gestión nacional de las áreas marítimas y costeras protegidas", comentó a Tierramérica el coordinador nacional de este proyecto, Roberto de Andrade.
Las tres áreas declaradas son Punta Morro-Río Copiapó, ubicada en la III región de Atacama, Lafken Mapu Lahual (Mar y Tierra de Alerces), en la X región de Los Lagos, y Francisco Coloane, en la XII región de Magallanes.
El proyecto tiene un presupuesto de 11 millones de dólares, de los cuales 6,1 millones son aportados por el gobierno de Chile, 3,8 por el GEF y 1,1 por privados.
Rodrigo Hucke-Gaete tiene la esperanza que a fines de este año el Golfo de Corcovado alcance esta categoría, lo que permitiría estudiar el comportamiento de las ballenas azules en un entorno seguro.
A pesar de que este lugar no integra la lista de 12 sectores prioritarios identificados por la Conama, de Andrade cree que su designación como área marítima y costera protegida va a depender de los estudios complementarios que se sigan realizando, de la articulación de las dos regiones y del grado de consenso que alcancen todos los sectores involucrados.
* La autora es corresponsal de IPS. Publicado originalmente el 1 de julio por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica. (