TIMOR ORIENTAL: Australia, pacifista y buscapleitos

Los medios de comunicación de Australia desarrollan una intensa campaña para alentar un cambio de régimen en Timor Oriental, donde la potencia de Oceanía encabeza una fuerza internacional de paz desde hace dos meses.

La misión de paz se inició a raíz de las protestas lanzadas hace dos meses por ex oficiales del ejército y desertores de la policía del país más nuevo y pobre del mundo, de mayoría católica.

La prensa australiana, de gran predicamento regional e internacional cuando se refiere a la situación en Timor Oriental, ha descrito en los últimos meses la crisis como una lucha de poder entre un movimiento popular y el primer ministro Mari Alkatiri.

Según esas versiones, Alkatiri carecería de apoyo suficiente para mantenerse en el poder ante el embate del líder rebelde, el mayor Alfredo Reinado, quien habría recibido entrenamiento militar en la Academia de Defensa Nacional de Australia.

Pero las palabras "petróleo" y "gas" difícilmente aparecen mencionadas en los informes de la prensa australiana, a pesar de que son las principales razones detrás la intervención australiana.
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Alkatiri asumió la jefatura del gobierno en mayo de 2002 tras una abrumadora victoria electoral. El dirigente es musulmán y preside el Frente Timorense de Liberación Nacional (Fretilin), que libró una intensa lucha por independizar a Timor Oriental de Indonesia.

La historia de la independencia de Timor Oriental también ilustra las idas y venidas de la política exterior australiana y sus intentos de echar mano a los grandes yacimientos de crudo en los mares que circulan al país, avaluados en 30.000 millones de dólares.

Pero Australia siempre consideró su respaldo a la independencia timorense como una cuestión de principios humanitarios y de derechos humanos. Aun hoy, la prensa de este país recoge este argumento.

Un asesor de la Misión de Naciones Unidas de Apoyo a Timor Oriental (Unmiset) en 1999, James Dunn, dijo a la radio australiana ABC que Alkatiri era un "político que tenía una estrecha relación con su pueblo", un trabajador eficiente y buen funcionario, pero no una "persona fácil para relacionarse".

La rígida postura de Alkatiri a la hora de negociar con Australia los derechos de Timor Oriental sobre sus reservas de petróleo y gas natural en los últimos cinco años es lo que enfureció al gobierno de su poderoso vecino.

Por su parte, este país ha tratado de intimidar a su vecino pobre para que se someta a sus deseos de controlar la exploración y explotación de esos recursos naturales.

El portavoz de la organización australiana Free East Timor, Rob Wesley-Smith, cree que Alkatiri tiene inclinaciones dictatoriales y que el Fretilin se ha corrompido.

Pero también culpa al gobierno australiano del primer ministro John Howard de precipitar la crisis, pues Australia se ha quedado desde 1999 con casi 1.500 millones de dólares en regalías por la explotación de petróleo en las zonas marinas disputadas por los dos países.

Australia le ha "devuelto" a Timor Oriental unos 300 millones de dólares en asistencia en el mismo periodo, lo que ha elevado la dependencia del nuevo país, señaló..

"Con seguridad que esta zona disputada pertenece a Timor Oriental bajo la normativa de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar", dijo Wesley Smith a IPS.

La televisión australiana muestra cómo los efectivos australianos en Dili observan el saqueo e incendio reinante, lo que lleva al activista a pensar que quizá se trate de un plan siniestro de Canberra para alegar que Timor Oriental no funciona bien "y así poder controlar el robo de petróleo del mar de Timor", añadió.

La razón por la que Canberra odia a Alkatiri es que, además de ser el único dirigente timorense en hacer frente a las tácticas intimidatorias de Australia, también ha estrechado vínculos con países como Brasil, China, Cuba, Malasia y con su ex potencia colonial, Portugal.

La intención de Alkatiri es diversificar los lazos económicos de Timor Oriental, según la investigadora australiana Helen Hill.

"Es un nacionalista de la economía", escribió Hill sobre Alkatiri. El gobernante timorense "espera que una compañía petrolera estatal con respaldo de Brasil, China y Malasia permita a Timor Oriental beneficiarse de su propio gas y petróleo, además de las ganancias que procederán de las zonas compartidas con Australia", señaló Hill.

El primer ministro timorense también se ha pronunciado en contra de la privatización de los servicios de electricidad e implementó la centralización del comercio de medicamentos, a pesar de la oposición del Banco Mundial.

Además, Alkatiri rechazó la asistencia condicional de ese organismo multilateral de crédito y del Fondo Monetario Internacional, invitó a médicos cubanos a trabajar en centros de salud rurales y a colaborar con la instalación de una escuela universitaria de medicina, eliminó el cobro de matrícula en la enseñanza primaria e introdujo una comida gratuita a cargo del Estado para los niños y niñas.

Todo esto, y el hecho de haber recibido educación en su exilio de 24 años en Mozambique, son los argumentos utilizados por sus opositores en Australia para definirlo como un líder comunista.

El candidato preferido por Australia para sustituir a Alkatiri, el actual canciller José Ramos-Horta, pasó su exilio en Sydney, donde estableció un programa de capacitación diplomática.

Ramos-Horta declaró a la cadena televisiva australiana ABC que Timor Oriental no puede "permitirse la creciente pérdida de credibilidad de su gobierno y la pobre imagen del país", por lo que Alkatiri debería dar un paso al costado en interés de su propio partido.

Por su lado, Alkatiri advirtió que no renunciará.

La actual campaña contra Alkatiri puede leerse a la luz de las idas y venidas de la política de los sucesivos gobiernos australianos hacia Timor Oriental desde 1975, motivadas por el interés de controlar los recursos de crudo y gas natural de la zona.

Cuando Indonesia ocupó Timor Oriental, Australia respaldó la anexión. En 1989, Canberra firmó con Yakarta el Tratado del Mar de Timor que rige la utilización compartida de los recursos de la zona.

La Administración Transitoria de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que se hizo cargo de los asuntos de Timor Oriental tras la salida de Indonesia declaró ilegal ese tratado. En 2001, Australia firmó un memorando de entendimiento con esa autoridad de la ONU para continuar explotando el petróleo de la región.

Pocos días antes de que Timor Oriental declarara su independencia total en 2002, el gobierno de Howard anunció que no se sometería más a la normativa de la frontera marítima dictada por la comunidad internacional.

Alkatiri calificó entonces esa decisión de "poco amistosa" porque "ataba de manos" al gobierno timorense entrante.

Desde entonces, Alkatiri ha mantenido una serie de duros altercados con el canciller australiano, Alexander Downer. Tras duras negociaciones, en enero, el primer ministro timorense logró que Canberra aceptara una participación de 90 a 10 en las ganancias de Timor Oriental procedentes del campo gasífero Greater Sunrise.

Eso fue después de que ese país aceptara cesar sus reclamos por 40 años sobre el disputado mar en el marco de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. Para entonces la mayor parte de las reservas de crudo y gas natural de la zona se habrán desvanecido.

En 2005, se informó que el gobierno de Alkatiri había negociado con Petro China para construir una refinería de petróleo en ese país, socavando similares planes de Australia para construir una planta en la norteña ciudad australiana de Darwin, donde se procesaría todo el crudo del mar de Timor, de ambos lados de la frontera.

La visita del presidente de Timor Oriental, Xanana Gusmao, a China, prevista para este mes con el fin de cimentar un acuerdo en ese sentido, fue obstaculizada por el ejército australiano.

El politólogo de la Universidad de Sydney Tim Anderson cree que el gobierno de Howard planea imponer una junta militar en Timor Oriental encabezada por Horta, un debilitado Gusmao y algunos obispos católicos.

"La presencia de los invasores (australianos) hasta los comicios del año próximo podrían debilitar seriamente la posición dominante del Fretilin", señaló.

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