Con un llamado a votar «No» a las autonomías departamentales, el presidente de Bolivia, Evo Morales, pondrá a prueba su popularidad este domingo frente a un imprevisto crecimiento de la intención de voto por el «Sí» liderado por el próspero departamento de Santa Cruz y seguido de otras regiones que aspiran a obtener mayores recursos de un Estado empobrecido.
Morales consiguió el 18 de diciembre el respaldo popular de un aplastante 53,7 por ciento del electorado que lo llevó a la Presidencia. Tras aplicar medidas de corte social y de recuperación de los recursos naturales, como la nacionalización de hidrocarburos, intenta canalizar la fuerza de sus adherentes contra la aprobación de las autonomías de los nueve departamentos de la república.
Bajo el argumento de que las autonomías responden a intereses oligárquicos de influyentes empresarios del oriental Santa Cruz, a los cuales acusa de buscar la división del país, Morales se sumergió en una campaña personal por el No, dejando de lado una posición inicial más favorable a alentar el proceso autonómico.
La postura del mandatario indígena colisiona con la de su vicepresidente, el intelectual izquierdista Álvaro García Linera, quien sugirió una posición neutral del gobierno ante el Referéndum Nacional Vinculante sobre la autonomía departamental sobre el que deberán pronunciarse 3,7 millones de electores.
La pregunta de la consulta es:
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"¿Está usted de acuerdo en el marco de la unidad nacional, de dar a la Asamblea Constituyente el mandato vinculante para establecer un régimen de autonomía departamental, aplicable inmediatamente después de la promulgación de la nueva Constitución Política del Estado en los departamentos donde este referéndum tenga mayoría, de manera que las autoridades sean elegidas directamente por los ciudadanos y reciban del Estado Nacional competencias ejecutivas y los recursos económico-financieros que les asigne la nueva Constitución Política del Estado y las Leyes?".
La ciudadanía elegirá simultáneamente a 255 asambleístas constituyentes que sesionarán en la capital, Sucre, —desde el 6 de agosto y por un plazo no menor a seis meses ni mayor a un año—, y expresarán su opinión sobre la independencia administrativa y económica de los nueve departamentos de la república.
"Los que queremos que gane el Sí estamos preocupados porque la derecha y otros sectores podrían interpretar la votación favorable a las autonomías como un rechazo a la gestión del presidente Morales, y perderíamos gobernabilidad que derivaría en la generación de tensiones y conflictos", dijo a IPS el coautor del proyecto de autonomía del departamento de Santa Cruz, Mario Galindo Sosa.
La posibilidad de obtener mayores ingresos financieros del Estado ha generado en las últimas horas una inclinación de líderes regionales y de electores hacia la autonomía, un comportamiento que aparentemente había escapado a las previsiones del partido de gobierno, el izquierdista Movimiento al Socialismo (MAS).
Los medios de prensa reproducen encuestas y sondeos de opinión que muestran un progresivo ascenso de las preferencias por el Sí, y personalidades de la izquierda, como el alcalde de la ciudad de Potosí, René Joaquino Cabrera, salieron el jueves a las calles enarbolando las banderas de la autonomía.
Una encuesta del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla), publicada este viernes y realizada en los departamentos del eje central, revela que 46,3 por ciento de los consultados se inclinan por las autonomías, frente a 42,50 por ciento de rechazo y 0,70 por ciento de indecisos.
En el área urbana de La Paz, 44,3 por ciento respalda la autonomía, frente a 41,58 de reprobación. En el área rural de La Paz, el voto por el Sí se impone con el sorprendente 54,19 por ciento frente a 39,42 por ciento.
En Santa Cruz, donde nació el movimiento autonomista, la votación por el Sí obtiene un arrasador 82 por ciento, contra 10,7 por el No, según el sondeo. En la zona rural cruceña el Sí alcanza 61,09 frente a 14,5 por ciento del No.
Cochabamba, la región donde el MAS logró mayoría en las elecciones generales, el Sí urbano se impone, mientras el No logra 30,05. En la zona rural, los votos por el Sí se estiman en 55,25 por ciento, y el No consigue 35,62 por ciento de preferencias.
La encuesta revela que en el sureño departamento de Tarija, donde se hallan las principales reservas de los 48 trillones de pies cúbicos de gas natural, el Sí tiene el respaldo urbano de 68,89 por ciento de consultados, contra 17,49 por ciento. En la zona rural, 67,45 por ciento se inclinaría por el Sí, contra 16,85 del No.
Tras la revolucionaria reforma gubernamental del año 1994, que estableció la distribución de recursos estatales entre los 328 gobiernos municipales de la república, una progresiva aspiración de obtener fondos y administración propios se instiló entre los habitantes de regiones alejadas de los centros urbanos, y ahora ese mismo espíritu conduce a la búsqueda de autonomía.
Pero la lucha por la autonomía nació en Santa Cruz, región que exporta anualmente unos 700 de los 2.200 millones de dólares de ventas nacionales de manufacturas y materias primas.
Tras la caída del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada (quien gobernó entre 1993-1997 y entre 2002-2003), en octubre de 2003, por una rebelión popular de habitantes de la ciudad de El Alto y campesinos de occidente, Santa Cruz asumió la batalla autonomista como respuesta a la creciente influencia de sectores indígenas de la zona andina.
A principios del año 2004, las organizaciones cívicas santacruceñas recolectaron 200.000 firmas y lograron que el Congreso legislativo considerara la realización de un referéndum vinculante sobre las autonomías. Morales aceptó impulsar esta aspiración en su programa de gobierno, junto a la convocatoria de la Asamblea Constituyente.
Pero la constituyente no era necesaria porque un congreso extraordinario habría canalizado las demandas regionales y sociales, dijo a IPS el historiador y docente universitario Alexis Pérez, quien cree más cercano el peligro de una "guerra civil" por la lucha de intereses económicos y políticos que se desatará durante las deliberaciones de la Asamblea.
Está en marcha una conspiración promovida por fuerzas externas vinculadas a empresas transnacionales, aliadas a grupos oligárquicos, afirma Pérez con la autoridad del analista que en los años 80 anticipó con precisión la aplicación de un radical modelo económico neoliberal para frenar la peor crisis del siglo XX vivida por este país andino.
En su opinión, un proceso de autonomía o federalización no corresponde a un país de escasos recursos financieros, y es previsible un final de "feudalización" a cargo de jefes políticos locales y de tendencias caudillistas.
Pérez atribuye al Banco Mundial la idea de promover la Asamblea Constituyente y la autonomía, pero responsabiliza al MAS por aceptarla y convertirla en una oferta electoral.
Este domingo, 26 partidos políticos, agrupaciones ciudadanas y pueblos indígenas terciarán con candidatos a uno de los 255 escaños de la Asamblea.
El MAS asumió la férrea oposición a la autonomía, mientras el frente derechista liderado por el ex presidente Jorge Quiroga (2001-2002), Poder Democrático (Podemos), adoptó como suyas las banderas de un "estado unitario y políticamente descentralizado".
La Corte Nacional Electoral (CNE), que rige la realización de la consulta, anunció que los resultados sobre el referéndum se definirán "por simple mayoría de votos válidos. Los departamentos donde el Sí obtenga la simple mayoría accederán a las autonomías departamentales inmediatamente después de la promulgación de la nueva constitución".
Sin embargo, el oficialismo interpreta que una victoria nacional del Sí permitirá que la Asamblea Constituyente analice y apruebe una norma que determinará la vigencia de la autonomía solamente en las regiones donde se apruebe esta opción.
Según esta interpretación, un apoyo nacional mayoritario al No evitaría la consideración en la Asamblea Constituyente de la norma requerida para operar la transferencia de competencias y recursos financieros del Estado a las regiones donde el voto por el Sí obtuviera mayoría.